La falta de un gen produce ratones asesinos
Los investigadores advierten que los resultados no son extrapolables a humanos
Ratones fabricados con un gen de menos se convierten en peligrosos asesinos de sus compa?eros de jaula en los laboratorios, seg¨²n ha comprobado un equipo de cient¨ªficos de Estados Unidos. El gen en cuesti¨®n es el que produce ¨®xido n¨ªtrico, un neurotransmisor muy implicado tambi¨¦n en el cerebro humano en las zonas que controlan las emociones. Los investigadores se han apresurado a advertir que no han dado con el gen de la criminalidad y que el resultado no es autom¨¢ticamente extrapolable a humanos, porque el cerebro de ¨¦stos es mucho m¨¢s complicado.
El nNOS (siglas en ingl¨¦s de sintasa del ¨®xido n¨ªtrico neuronal) es una enzima que est¨¢ en el cerebro de los ratones y los humanos y es especialmente abundante en las partes del cerebro que se cree est¨¢n implicadas en la regulaci¨®n de las emociones. "Pero eso no quiere decir que la enzima juegue exactamente el mismo papel en los humanos y los roedores", dice el jefe del equipo, Solomon H. Snyder, de la Universidad John Hopkins (Baltimore). "El pensamiento y los sentimientos humanos son mucho m¨¢s complicados que los de los ratones y los centros superiores del cerebro humano est¨¢n mucho m¨¢s desarrollados, que en los ratones".El descubrimiento de Snyder, publicado esta semana en la revista Nature, lleg¨® casi por casualidad. La nNOS es s¨®lo una de una familia de enzimas que producen ¨®xido n¨ªtrico, un neurotransmisor, que ayuda a la comunicaci¨®n en el cerebro. Diversas formas de nNOS est¨¢n implicadas en cierto numero de actividades, entre ellas el movimiento de los miembros, la reproducci¨®n y la formaci¨®n de la memoria e incluso la regulaci¨®n de la presi¨®n arterial. Inicialmente los investigadores se centraron en la formaci¨®n de la memoria. Sin embargo, tuvieron que cambiar de camino cuando al cabo de un a?o se empezaron a producir misteriosas muertes en una colonia de ratones deficientes en el gen que produce la nNOS.
"Pusimos grupos de cinco ratones machos deficientes en nNOS en jaulas y cada ma?ana descubr¨ªamos uno o dos ratones muertos en cada jaula", recuerda Snyder. La sospecha de los investigadores de que los ratones se estaban matando unos a otros se confirm¨® con v¨ªdeos, al igual que un comportamiento sexual "excesivo e inapropiado" respecto a las hembras.
El grado de agresividad de estos ratones era tan alto que los investigadores tuvieron que limitar sus experimentos a 15 minutos cada vez "para prevenir graves heridas". En ellos se juntaron ratones macho y hembra normales y deflicientes.
En cada caso, los ratones deficuentes machos -pero no las hembras- fueron m¨¢s r¨¢pidos en el ataque y mucho m¨¢s hostiles comparados con los normales. No se detect¨® una diferencia significativa en los niveles de testosterona en la sangre -una posible causa de este comportamiento- entre los dos tipos de ratones, ni tampoco los deficientes resultaron ser menos despiertos que los otros.
?Nacidos para matar?
Esta investigaci¨®n a?adir¨¢ m¨¢s combustible al debate sobre si los criminales nacen o se hacen. El tema no es simple.El comportamiento humano parece estar conformado por una mezcla de biolog¨ªa y medio ambiente. No se conoce la influencia proporcional de cada factor ni las complejas interacciones entre ellos.
Uno de los estudios m¨¢s conocidos del comportamiento criminal, realizado sobre, gemelos id¨¦nticos en Dinamarca por Han Brunner, sugiere que la biolog¨ªa puede suponer al menos la mitad, pero sus descubrimientos no han sido plenamente aceptados. Concluy¨® que un hombre dan¨¦s con un gemelo id¨¦ntico que tuviera antecedentes penales ten¨ªa un 50% m¨¢s de probabilidades de haber ido a prisi¨®n que el dan¨¦s medio.
Snyder cree que su trabajo con ratones llevar¨¢ a otros investigadores a iniciar estudios en humanos, pero cree que eso ser¨¢ dif¨ªcil de hacer y puede dar lugar a graves problemas cient¨ªficos, ¨¦ticos y legales. Grupos activistas creen que los resultados de estas investigaciones dar¨¢n lugar a malas interpretaciones y abusos, como cuando los eugenistas anglosajones del siglo XIX intentaron medir la inteligencia por el tama?o del cr¨¢neo. Tambi¨¦n hay miedo de que los ¨ªndices relativamente altos de criminalidad entre negros estadounidenses y caribe?os se atribuyan puramente a factores raciales.
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