"Mi marido sigue secuestrado por los GRAPO"
La esposa de Publio Cord¨®n asegura que su marido sigue en poder de sus secuestradores de los GRAPO. Pilar Muro no sabe explicar por qu¨¦ no ha vuelto a casa tras haber pagado el rescate, y descarta con irritaci¨®n la teor¨ªa de que Cord¨®n ha huido a Suram¨¦rica tras ser liberado. En una larga conversaci¨®n con EL PA?S, Pilar Muro se muestra relajada cuando se cumplen cinco meses del secuestro de su marido. Reconoce haber "cumplido las exigencias de los secuestradores" (el pago de 350 millones de pesetas se realiz¨® el 9 de agosto en Par¨ªs,. aunque ella no lo confirma) y se muestra dolida con la polic¨ªa y la prensa.Pregunta. ?Cu¨¢ndo tuvo usted el ¨²ltimo contacto con Publio Cord¨®n o sus secuestradores?
Respuesta. El ¨²ltimo contacto fue la llamada al Heraldo de Arag¨®n y al cuartelillo de la Guardia Civil de Zaragoza a primeros de septiembre. Una voz dec¨ªa que "en 72 horas se pondr¨¢ en libertad a Publio Cord¨®n, si las fuerzas de seguridad no nos presionan y nos dejan actuar".
P. Antes recibi¨® usted una carta de su marido. ?Qu¨¦ dec¨ªa?
R. Eran cosas personales. Intentaba damos ¨¢nimo. Nos dec¨ªa que estaba bien, que accedieramos a lo que nos ped¨ªan los GRAPO y recordaba an¨¦cdotas de la familia.
P. ?Y no les decia que pensaba desaparecer un tiempo cuando le liberaran?
R. No, no, de ninguna manera. Lo que dec¨ªa es que le gustar¨ªa que ¨¦l y yo nos perdi¨¦ramos unos d¨ªas, solos, cuando acabara esta pesadilla.
P. ?C¨®mo les lleg¨® esa carta?
R. A trav¨¦s de un amigo.
P. ?Un amigo.. desde Espa?a o desde fuera?
R. Desde Espa?a, si.
P. ?Ocultaron ustedes esa carta a la polic¨ªa?
R. S¨ª. No se la dimos, porque ten¨ªamos que intentar pagar el rescate y la polic¨ªa lo iba a evitar. Adem¨¢s, en esa carta ven¨ªan las condiciones del rescate.
P. ?Eran dos cartas?
R. Bueno, s¨ª. En el mismo sobre hab¨ªa una carta de mi marido y otra de los secuestradores con las condiciones. Los GRAPO aseguraban que si nosotros cumpl¨ªamos, ellos cumplir¨ªan su palabra y soltar¨ªan inmediatamente a Publio. Hablaban de un "pacto sagrado entre los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre y ustedes". .
P. ?Cu¨¢ndo les lleg¨® la carta?
R. Fue a finales de julio, casi un mes despu¨¦s del secuestro.
P. Y pagaron el rescate...
R. Bueno, digamos que nosotros cumplimos las condiciones.
P. ?Qu¨¦ m¨¢s contactos han tenido con los secuestradores?
R. Despu¨¦s tuvimos la llama da del 17 de agosto, diciendo que esa ma?ana le hab¨ªan puesto en libertad, pero no dijeron d¨®nde.
P. Volvamos al principio. El 27 de junio, por la ma?ana, su marido desapareci¨® mientras hac¨ªa footing. Desde el primer momento, la opini¨®n p¨²blica y la propia polic¨ªa pusieron en entredicho la idea de un secuestro y surgieron teor¨ªas sobre deudas, mafias... y hasta de. una posible huida de su esposo al extranjero. ?De d¨®nde salen esas historias?
R. No s¨¦ de d¨®nde salen, pero es una gran falsedad. La ¨²nica verdad es que el 27 de junio a las nueve de la ma?ana denunciamos su desaparici¨®n. La polic¨ªa y el juez decidieron dragar el Canal Imperial de Zaragoza, por donde hac¨ªa footing mi marido. Al no aparecer, la imaginaci¨®n popular empez¨® a correr.
P. ?Cu¨¢ndo, recibieron la primera noticia de los GRAPO?
R. El 30 de junio.
P. ?Qu¨¦ dijeron?
R. Ese d¨ªa nos llaman por tel¨¦fono y nos dicen algo as¨ª como: "Mire usted, escuche atentamente, somos los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre, tenemos a Publio Cord¨®n; ya recibir¨¢n instrucciones". A las pocas semanas lleg¨® un fax al Heraldo, el mismo d¨ªa que nos llegaba a nosotros la carta de mi marido.
P. Y en ese tiempo, ?qu¨¦ hace la polic¨ªa?
R. Pues investigar nuestras cuentas, investigar la situaci¨®n de la empresa Previasa, seguirnos como sabuesos,. vigilamos.:.. a ver qu¨¦ trapos sucios sacaban.
P.O sea, que la polic¨ªa no se fiaba de ustedes...R. Eso parece. Ellos sab¨ªan que se trataba de un secuestro, porque la polic¨ªa" contrast¨® la cinta grabada de la llamada con otras que ten¨ªan de Cuadra Echand¨ªa e inmediatamente nos dijeron que era ¨¦l. Sab¨ªan que era un secuestro de los GRAPO y nunca se fiaron de nosotros.
P ?Por qu¨¦?
R. Supongo que ser¨ªa para evitar que pag¨¢ramos el rescate. Pero esa desconfianza dio p¨¢bulo a que la gente empezase a crear sus teor¨ªas. En una ciudad tan peque?a, la gente y la prensa se mont¨® otra historia.
P. ?Qu¨¦ razones hab¨ªa para desconfiar de ustedes? ?Quiz¨¢ la mala situaci¨®n de Previasa?
R. No. Yo supongo que no. Lo que s¨ª es . cierto es que todas las compa?ias de seguros est¨¢n controladas por la Direcci¨®n Genera y es l¨®gico que las autoridades impidan que se pague el rescate con dinero de los asegurados.
P. ?Ustedes enga?aron a la polic¨ªa?
R. En una situaci¨®n como la que hemos pasado, cada uno hace su juego. Ellos investigaban y nosotros ten¨ªamos que cumplir las exigencias de los secuestradores. Pero la polic¨ªa sab¨ªa que mi. marido estaba secuestrado.
P. Ustedes pagan el rescate y se produce la llamada, el 17 de agosto, en la que los secuestrados aseguran que han liberado a Publio esa ma?ana. ?Qu¨¦ sucede entonces?
R. Pas¨¦ una semana y llamaron al Heraldo y al Egin insistiendo en que el d¨ªa 17 hab¨ªan liberado a Publio en Barcelona. Nos pusimos. muy contentos y la polic¨ªa se puso a buscar, pero pasaron los d¨ªas y mi marido no aparecia. El 12 de septiembre vuelven a llamar al Heraldo y aseguran que Publio ser¨ªa liberado en 72 horas "siempre que los sabuesos de la polic¨ªa no est¨¦n encima de nosotros
P. ?Y desde entonces no hay ning¨²n otro contacto?.
R. Nada. En absoluto Lo ¨²nico que se produce es la operaion policial para detener al comando de los GRAPO.
P. ?Qu¨¦ les cont¨® lapolic¨ªa?
R. Yo les ped¨ª explicaciones y la polic¨ªa me dijo que no hab¨ªan tenido m¨¢s remedio que actuar porque ten¨ªan miedo de que se escaparan, y que ellos sab¨ªan que Publio no estaba en esa casa, por lo que la intervenci¨®n no pon¨ªa en riesgo su vida.
P. ?Y respecto a los interrogatorios? ?Qu¨¦ les ha contado la polic¨ªa?
R. Pues realmente, lo que ha salido en la prensa. Todo lo que nos dijeron a nosotros ya se lo hab¨ªan dicho a los periodistas. Todo est¨¢ ya publicado.
P. Los terroristas dijeron que ya hab¨ªan soltado a su marido...
R. Lo que dicen es que la orden fue dada, pero ninguno de los detenidos afirma que estuvo all¨ª en el momento de su liberaci¨®n.
P. Y desde entonces no ha habido ning¨²n nuevo contacto...
R. Ninguno. Es falso que los GRAPO se hayan vuelto a poner en contacto con nosotros.
P. ?Es verdad que una persona de Previasa intent¨® contactar con los GRAPO en octubre?
R. S¨ª. No lo puedo negar. Carlos Cardiel es el gerente de uno de nuestros hospitales en Barcelona, e intent¨® entrevistarse con un preso de los GRAPO en Orense para obtener informaci¨®n, pero el director de la prisi¨®n no se lo permiti¨®.
P. ?Fue en su nombre?
R. S¨ª., fue por indicaci¨®n m¨ªa.
P. ?Para qu¨¦?
R. Tiene que entender que est¨¢bamos desesperados, sin noticias de Publio y pr¨¢cticamente fuera de juego. La polic¨ªa no no contaba nada y tuvimos la oportunidad de contactar con esta personas y preguntarles d¨®nde estaba Publio, si segu¨ªa vivo.
P. ?Cu¨¢ndo fue eso?
R. Entrado el mes de octubre, cuando ya est¨¢bamos desesperadas. Pocos d¨ªas antes de Pilar.
P. ?Se ha visto recientemente con las autoridades del Minister¨ªo del Interior?
R. Yo ped¨ª hace tiempo un entrevista con Belloch y me recibi¨® Margarita Robles, que m desminti¨® todas las teor¨ªas sobre una supuesta huida de mi marido y me asegur¨® que la polic¨ªa se gu¨ªa investigando sobre la base de que Publio sigue en poder de los GRAPO. Tambi¨¦n me dijo que no actuar¨ªan hasta que no tuvieran la seguridad de que mi marido no corr¨ªa peligro. Cosa que no cumplieron, porque la detenciones de noviembre ha puesto en peligro la vida de Publio. No estoy de acuerdo con la acci¨®n policial de Barcelona.
P. ?D¨®nde cree que est¨¢ ahora su marido?
R. No s¨¦ d¨®nde est¨¢. Creo que sigue en manos de sus secuestradores, y yo me paso los d¨ªas esperandoalguna noticia. Todas noches me acuesto con la ventana abierta pensando que voy a escucha el ruido de un coche y que va a aparecer Publio. Sigo esperando noticia de la polic¨ªa d¨¢ndome alg¨²n dato sobre el paradero de mi marido. Y yo les digo a lo GRAPO que cumplan ese pacto sagrado del que hablaban en su carta O, por lo menos, que no digan algo.
P. ?Por qu¨¦ cree que ha circulado la teor¨ªa de que su marido ha huido a Hispanoam¨¦rica ?Tienen alg¨²n negocio all¨ª?
R. No, absolutamente nada Lo ¨²nico. que es cierto es que Publio es c¨®nsul honorario de Guatemala en Zaragoza desde hace 30 a?os. Pero nada m¨¢s. Nosotros no hemos ido all¨ª desde el terremoto.
P. ?No estar¨¢ all¨ª su marido
?Ten¨ªa razones para huir, como la mala situaci¨®n de Previasa o problemas familiares?
R. Eso son falsedades. La situaci¨®n de Previasa no es nada mala, aunque no hay que olvidar que es una empresa familiar que depende mucho de su presidente y Publio lleva cinco meses sin dirigirla. Por eso, yo estoy acudiendo a la empresa siempre que puedo para que no se vea el despacho de mi marido vac¨ªo. Respecto a los supuestos problema familiares, no existen. El d¨ªa despu¨¦s del secuestro ¨ªbamos a cumplir 30 a?os de matrimonio y ¨¦l ya hab¨ªa encargado un regalo a una joyer¨ªa de Zaragoza, que est¨¢ esperando en su caja a que vuelva para que ¨¦l me la regale.
P. ?Por qu¨¦ descarta que haya huido?
R. Publio no es el tipo de persona que huya. Estoy convencida de que sigue secuestrado, aunque no tenga pruebas. Y yo le sigo esperando.
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