El Deportivo enmascara sus penurias

Gan¨® el Deportivo y eso, en los d¨ªas que se viven en La Coru?a, ya es noticia. El Deportivo venci¨® y adem¨¢s logr¨® tres goles, un bien que escaseaba de forma preocupante. en las filas blanquiazules. ?se fue el resultado m¨¢s visible de la revoluci¨®n, promovida por Toshack. Y tal vez el ¨²nico, ya que, por lo dem¨¢s, el Deportivo continu¨® igual de plano, triste y melanc¨®lico que en las ¨²ltimas semanas. Tuvo el partido de cara desde el principio y se encontr¨® adem¨¢s con un adversario bastante menos destructivo de lo que suele, ser habitual en los equipos de su condici¨®n. Pero al Deportivo siempre le cost¨® manejar el encuentro y hasta los minutos finales no le abandon¨® nunca una constante sensaci¨®n de vulnerabilidad. En todo caso, lleg¨® la anhelada victoria para acallar la tormenta, enterrar penas y anunciar una semana tranquila por delante. Una situaci¨®n que ya parec¨ªa inaudita, en La Coru?a.Sin rodearse de palabrer¨ªa ni de promesas grandilocuentes, Rafael Ben¨ªtez, t¨¦cnico del Valladolid, demuestra una osad¨ªa admirable en un conjunto de tan modestos recursos. Donde los dem¨¢s levantan muros de granito y poblan el, campo de le?adores, Ben¨ªtez abre el paisaje y pide a sus muchachos que no levanten la vista del horizonte. Sobre el papel, la puesta es impecable. En la pr¨¢ctica, le faltan int¨¦rpretes. Todas las buenas intenciones que transmite el Valladolid chocan inevitablemente con el muro de sus futbolistas. Para un conjunto de entidad, un adversario as¨ª es una delicia porque permite construir, algo poco frecuente en los tiempos que corren.

El Deportivo estrenaba el nuevo dibujo t¨¢ctico de Toshack, que, se resume en la retirada de un central para incorporar un segundo pivote defensivo. La f¨®rmula ofreci¨® resultados esperanzadores al principio. Apareci¨® por fin Begiristain, una sombra desde que se inici¨® la temporada, y el Deportivo pareci¨® elevar los decibelios de la m¨²sica macilenta que compon¨ªa ¨²ltimamente. El gol no tard¨® ni dos minutos y en ¨¦l colabor¨® una desafortunada carambola de la defensa del Valladolid. Riazor so?¨® con volver a saborear una tarde de f¨²tbol.

Fue un sue?o efirnero. Perezosamente,. el Deportivo acab¨® cayendo en un ritmo cada vez m¨¢s cansino. A la media hora, el ambiente estaba otra vez cargado de malos presagios. Con sus humildes armas, el Valladolid empez¨® a amenazar con un nuevo incendio en La Coru?a. No era necesario ning¨²n futbolista genial, ninguna muestra de talento deslumbrante, para que cada acometida del Valladolid avinagrase el gesto de la grada.

El partido se muri¨® hasta que en el minuto 80, los castellanos marcaron en una falta, quiz¨¢ el ¨²nico modo en que podr¨ªan haberlo hecho. Los visitantes vieron al Deportivo tan envuelto en tinieblas que se fueron a por la victoria. Un error de c¨¢lculo. Los contragolpes coru?eses sirvieron para enmascarar con goles sus penurias. futbol¨ªsticas. Quiz¨¢ en las circunstancias actuales poco m¨¢s se pod¨ªa pedir.