La cumbre de Barcelona crea una gran regi¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica euromediterr¨¢nea
A Barcelona llegaron unidos los 15 de la Uni¨®n Europea (UE) y divididos sus 12 socios del Sur. Todos salieron ayer con un proyecto com¨²n crear una regi¨®n euromediterr¨¢nea de paz y estabilidad, articulada entre las dos riberas para 800 millones de ciudadanos. Fue aprobado por unanimidad y sin ninguna reserva, contra los pron¨®sticos de las ¨²ltimas horas, debido al enfrentamiento Siria-Israel sobre su cap¨ªtulo pol¨ªtico. El ¨¦xito se debi¨® a que "todos han preferido mirar al futuro y no al pasado" dijo el presidente de la conferencia, Javier Solana.
En el buen final de la conferencia de Barcelona influy¨® de forma decisiva el ¨®rdago que el ministro de Exteriores espa?ol lanz¨® a ¨¢rabes e israel¨ªes cuando la reuni¨®n bordeaba el fracaso, y lo gan¨®. Los nervios desembocaron en entusiasmo hist¨®rico. "Barcelona es el arranque de un ambicioso proyecto", remach¨® Felipe Gonz¨¢lez en la clausura.El dise?o de la regi¨®n euromediterr¨¢nea, la primera en el mundo sobre dos continentes que va m¨¢s all¨¢ de los papeles, "tiene tres pilares, pol¨ªtico, econ¨®mico y humano", resumi¨® el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez. Pol¨ªtico, porque consagra los principios democr¨¢ticos, aunque hoy se incumplan, y establece un di¨¢logo ministerial permanente. Econ¨®mico, pues prev¨¦ una zona de libre comercio en el a?o 2010 que abrir¨¢ las econom¨ªas del Sur, esfuerzo que la Uni¨®n Europea (UE) compensar¨¢ con inversiones y ayudas financieras de un bill¨®n y medio de pesetas (en subvenciones y cr¨¦ditos). Humano, porque detalla la cooperaci¨®n de universidades, empresas y profesionales.
Tres pilares
"Los tres pilares resultan indisociables, pues la exclusi¨®n de uno de ellos afectar¨ªa a los otros de manera irreversible", a?adi¨® Gonz¨¢lez. Esta parte del discurso estuvo a punto de ir a la papelera. El pilar pol¨ªtico se tambaleaba. Tras cinco meses de discusi¨®n, los tres ¨²ltimos d¨ªas de negociaciones no hab¨ªan disipado la oposici¨®n de sirios, egipcios e israel¨ªes al cap¨ªtulo pol¨ªtico de la Declaraci¨®n de Barcelona.Los negociadores se hab¨ªan retirado a las cinco de la madrugada, desesperados. "Nos lo hicieron pasar fatal" confes¨® el espa?ol Miguel ?ngel Moratinos. A las siete volv¨ªan a negociar. Los sirios no aceptaban el p¨¢rrafo sobre el derecho de autodeterminaci¨®n. Quer¨ªan a?adirle el derecho "de los pueblos bajo dominaci¨®n ajena, colonial u otras" a " emprender acciones leg¨ªtimas" contra ella. A Israel le disgustaba la referencia al respeto a, la "integridad territorial de los Estados" por la cuesti¨®n del L¨ªbano Sur. Damasco pretend¨ªa consagrar el principio "tierra a cambio de paz", inaceptable para sus vecinos. Israel se enfrentaba a Egipto: buscaba eludir compromisos estrictos de no proliferaci¨®n nuclear, si no se ampliaban a Ir¨¢n e Irak.
El abismo era total. Solana convoc¨® a los Quince. Les dijo que el texto de la presidencia pod¨ªa concitar consenso, contra toda apariencia, aunque tem¨ªa que "al final salga con cuatro asteriscos" o reservas, lo que manchar¨ªa el impulso pol¨ªtico que se pretend¨ªa (lar a la regi¨®n econ¨®mica, clave de b¨®veda del proyecto. Obtuvo su apoyo para que lo presentase como texto final. Y lo entreg¨® a los Doce, casi a modo de ultim¨¢tum. Era un ¨®rdago. El socio del Sur que se opusiera con reservas particulares estropeaba la Conferencia.
El primero en ceder fue Israel. Sal¨ªa ganando: tragaba el sapo liban¨¦s de la integridad de los Estados, pero evitaba compromisos contundentes y fechas en la cuesti¨®n nuclear y la elevaba a cuesti¨®n de "seguridad regional": "una zona de Oriente Pr¨®ximo" con verificaci¨®n mutua del desarme, una referencia sin nombre para Ir¨¢n e Irak, sus temores. Siria, sola, acab¨® dando su brazo a torcer. Una "interpretaci¨®n oral" de su vicario L¨ªbano, en nada mell¨® el acuerdo. "El consenso es, global y sin reservas", ratific¨® el argelino Mohamed Salam Bembri, coordinador de los ¨¢rabes, quien se deshizo en elogios a la "perseverancia" de Solana, "de los pa¨ªses europeos mediterr¨¢neos" y del "artesano en la sombra", el vicepresidente de la Comisi¨®n, Manuel Mar¨ªn.
Pacto de estabilidad
Mientras cuajaba todo esto, el Franc¨¦s Herv¨¦ de Charette propon¨ªa un "pacto de estabilidad" Para la zona. Un brindis al sol, :respond¨ªa el Reino Unido, refiri¨¦ndose a que costando tanto el ;acuerdo pol¨ªtico, no era momento de lanzar programas de aplicaci¨®n. El brit¨¢nico Malcolm Rifkind, mucho m¨¢s pr¨¢ctico,a Conferencia para propon¨ªa un atraer inversiones hacia el Sur. Se aprob¨®. El mecanismo de Barcelona empieza a cabalgar.
De la ret¨®rica se hab¨ªa vuelto al terreno germinal, pr¨¢ctico, del proyecto: la cooperaci¨®n econ¨®mica, financiera y social. La ¨²nica reticencia al libre cambio, de Egipto, que protestaba por la "asimetr¨ªa" entre la apertura del Sur y la del Norte (la liberalizaci¨®n se har¨¢ "en la medida en que lo permitan las distintas pol¨ªticas agrarias") se hab¨ªa superado: era un aviso de que negociar¨¢ duramente su acuerdo de asociaci¨®n con la UE. El clamor ¨¢rabe por la deuda se integr¨®: se reconoce su importancia, pero el foro para dirimirlo no es el proceso de Barcelona. Y en cuanto a la emigraci¨®n, la UE se compromete a "garantizar la protecci¨®n de los derechos" de los legales; los del Sur, a cerrar acuerdos bilaterales "para la readmisi¨®n" de sus nacionales "en situaci¨®n ilegal". Las divisiones, pol¨¦micas y situaciones de guerra no han desaparecido en el Mediterr¨¢neo. Pero en Barcelona han fraguado un dise?o global para afrontarlas, unas pol¨ªticas para concretarlas y unos mecanismos para desarrollarlas.
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