Testamento fugaz
Todav¨ªa recuerdo el d¨ªa en que Benet i Jornet, despu¨¦s de escribir con esfuerzo, pasi¨®n y sufrimiento la que para muchos es su obra maestra, Fuga? (Fugaz), y antes de ponerse a escribir lo que para m¨ª es hoy su obra maestra: Testament (Testamento), obra a¨²n in¨¦dita que se estrenar¨¢ pr¨®ximamente en el Centro Dram¨¢tico Nacional, empez¨® a hablarme de su nuevo proyecto, un texto dram¨¢tico sobre un tema que le obsesionaba y le angustiaba cada vez m¨¢s: la muerte, la p¨¦rdida de los seres queridos. Como Benet i Jornet no es, de ning¨²n modo, una persona simple y sencilla, en contra de lo que piensan los que s¨®lo le conocen superficialmente; como es un ser retorcido y morboso, inquieto y perspicaz, ocurrente e incordiante a veces (investigador nato, obstinado polemista, observador perseverante y, por ello, gran conocedor del alma humana), no iba a conformarse con un tema tan manido. Lo que a ¨¦l le interesaba explorar no era exactamente el dolor, la huella que dejan en nosotros nuestros seres m¨¢s queridos al morir, sino el efecto que producen esas muertes en las vidas de sus enemigos. C¨®mo la muerte ajena (o, lo que es lo mismo, la constataci¨®n de que nuestras vidas no son m¨¢s que una mera lucha por la supervivencia) es capaz de unir a individuos enfrentados por su rid¨ªcula rivalidad profesional, por sus diferentes conceptos de la vida, por sus man¨ªas, sus envidias, sus desenga?os.Pero adem¨¢s, el dramaturgo, que conoc¨ªa perfectamente el "tema" de su obra, y parec¨ªa no haber encontrado todav¨ªa su "forma", o su "registro", como dice ¨¦l, se propon¨ªa rizar el rizo y realizar un homenaje al arte dram¨¢tico, a los entresijos nada acad¨¦micos, s¨®lo humanos, del mundo del teatro (lleno de rivalidades, man¨ªas, envidias y desenga?os), un par ticular y sincero homenaje no tanto al "teatro" como a las gentes (las "figuritas") del teatro, esos seres retorcidos y morbosos que dedicamos nuestras vidas a llenar con nuevas pala bras y nuestros gestos ef¨ªmeros el vac¨ªo de un espacio y de un tiempo compartidos.
As¨ª fue como surgi¨®, con toda esa complejidad tem¨¢tica y formal, E. R., el texto teatral galardonado con el Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica, una obra que, como el propio Benet i Jornet, tiene la apariencia de una comedia dram¨¢tica simple y sencilla sobre el apasionado mundo del teatro, la apariencia de una "obrita" (u "obra menor", seg¨²n se atrevi¨® a calificarla ¨¦l mismo un d¨ªa, el insensato) sobre la amistad y la muerte, la apariencia y nada m¨¢s. En cualquier caso, una peculiar y profunda visi¨®n del teatro y de la muerte en una especie de testamento fugaz.
Babelia
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