De menos a m¨¢s
Monoton¨ªa. El juego del Madrid en la primera parte fue esencia pura de las virtudes y defectos del equipo este a?o. Control, posesi¨®n del bal¨®n, buena colocaci¨®n en el campo y falta de emoci¨®n y, de profundidad. El Madrid avanza solidariamente, con pases cortos, mucha gente apoyando la jugada y muy poco desmarque arriba. En realidad, es que casi nadie juega arriba. Ra¨²l baja a hacer de Laudrup y a veces hasta Esn¨¢ider se retrasaba para tocar. Cuando el Madrid llega a la frontal del ¨¢rea el rival ya ha cavado sus trincheras y emplazado sus defensas.
Otra cosa. La segunda parte fue otra cosa. El gol aviv¨® a todos. O, lo que es lo mismo, los aviv¨® Ra¨²l, que estuvo al principio y al final de la jugada. El Grasshopper tuvo que abrirse y el Madrid se alegr¨® un poco. Fue menos ordenado pero m¨¢s vistoso.
Los significados. Milla excelente en la recuperaci¨®n, movi¨® al equipo con cambios de banda; su presencia y su aplomo provocan adem¨¢s la tentaci¨®n de salir a Sanchis y a Hierro. Laudrup est¨¢ flojo y participaci¨®n se limita ya a gotear alg¨²n pase profundo de ciento en viento. Quique es ejemplar; su disposici¨®n contrasta con la del equipo, porque siempre est¨¢ pensando en el ¨¢rea rival. Amavisca no da una; si uno recuerda al jugador del a?o pasado se podr¨ªa caer hasta en sospecha de suplantaci¨®n. Esn¨¢ider fue de menos a m¨¢s; en la primera parte fue un zombi; en la segunda particip¨®, estuvo en los dos goles y aunque no llegara a marcar volvi¨® a dar la imagen del buen delantero, que conocimos en Zaragoza y que se hab¨ªa perdido.
Y Ra¨²l. Bien en las duras y mejor en las maduras. Hizo de Laudrup y de Esn¨¢ider y su insistencia en el buen ejemplo acab¨® arrastrando a todos. Finaliza el grupo con cinco goles en su haber. Cada d¨ªa juega un poco mejor, cada nuevo examen hace que le veamos con m¨¢s respeto.
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