Nuevos h¨¢bitos

LA CONSTITUCI?N del nuevo Parlamento catal¨¢n ha demostrado la seriedad del pacto suscrito por los cuatro partidos de la oposici¨®n. Este primer reflejo de la nueva situaci¨®n pol¨ªtica creada en Catalu?a tras las recientes elecciones reanima, de manera saludable, el foro parlamentario. Los 75 votos de PSC, PP, Iniciativa y, Esquerra Republicana colocaron al hist¨®rico socialista Joan Revent¨®s en la presidencia del mismo y repartieron, seg¨²n lo previsto, el resto de vacantes de la Mesa. Los 59 votos de CiU -uno de sus diputados decidi¨® malgastar el suyo con una broma- no pudieron llevar al democristiano Joan Rigol a la presidencia. Converg¨¨ncia i Uni¨® tuvo que conformarse con una vicepresidencia y dos secretar¨ªas.Jordi Pujol no oculta su irritaci¨®n por dicho acuerdo. Asegur¨® que considera "muy negativo" el inicio de la legislatura catalana y dice temer que se est¨¦ fraguando una eterna alianza de cuatro contra uno que acercar¨ªa el Parlamento catal¨¢n a la pinza andaluza. Temor que la oposici¨®n se ha apresurado a desmentir, pero que Pujol puede rentabilizar entre los c¨ªrculos de voto nacionalista en las legislativas.

Los reproches de Pujol van dirigidos, en particular, a Esquerra, por haber pactado con el PP, y al PSC, por no haber respetado -como hizo CiU con el PSOE- que la presidencia parlamentaria recaiga en el primer grupo parlamentario. A este reproche se han sumado el presidente del Congreso, F¨¦lix Pons, y, de manera un tanto ambigua -lo que permite al PSC no darse por aludido-, Felipe Gonz¨¢lez.

Acostumbrada a la tranquilidad de las mayor¨ªas absolutas, CiU no ha sabido reaccionar ante la nueva, situaci¨®n y err¨® los primeros pasos en la negociaci¨®n. Confiado, argumentan, en un pacto bilateral con los socialistas, desoy¨® los avisos de ¨¦stos para acudir a las reuniones del resto de partidos donde se fragu¨® el pacto. Pujol se siente traicionado por el PSC, lo que puede tener consecuencias con vistas a futuros acuerdos bilaterales.

Desconf¨ªa del alcance del acuerdo de la oposici¨®n, pese a que todos los suscribientes insisten en que no se trata de provocar la inestabilidad gubernamental, sino de un acuerdo institucional que afecta a la mec¨¢nica parlamentaria -el pacto contempla forzar comparecencias m¨¢s frecuentes de Pujol y con otro estilo y a la direcci¨®n de la radio y televisi¨®n auton¨®micas. Lo previsible es que la investidura de Pujol transcurra sin sobresaltos. A ello obliga la l¨®gica democr¨¢tica y no parece haber nadie tan insensato como para y no querer hacer ingobernable Catalu?a.

Otra cosa es que tras tantos a?os en ayunas, esta oposici¨®n decida utilizar los leg¨ªtimos recursos que le da la nueva matem¨¢tica parlamentaria para ser m¨¢s exigente en el control del Ejecutivo. Que haya una presencia m¨¢s plural en los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos -si no se cae en la penosa trampa de exigir cuotas de pantalla- reeditando la lottizzazione de la RAI italiana- es una de las consecuencias m¨¢s positivas del nuevo equilibrio parlamentario y nada tiene que ver con operaciones para paralizar la Generalitat.

Al margen del c¨¢lculo partidista sobre a qui¨¦n beneficia el pacto, la nueva situaci¨®n parlamentaria debe aprovecharse por parte de todos para abrir una pol¨ªtica de di¨¢logo y consenso que, bien practicada ha de tener como principal beneficiario a la propia ciudadan¨ªa.