Mijatovic lanza la goleada del Valencia
El espect¨¢culo en El Sardinero se llam¨® Mijatovic. El montenegrino fue aplaudido como hace lustros no se ovacionaba en Santander a un jugador de Primera Divisi¨®n, integrado en el equipo rival del Racing. La victoria del Valencia tuvo en su delantero a la m¨¢xima estrella y fue absolutamente justa en un encuentro en el que existi¨® excesiva diferencia, t¨¢ctica y t¨¦cnica, entre un equipo y otro. El marcador se qued¨®, incluso, corto, para el brillante juego de ataque o al contragolpe, seg¨²n se diera la circunstancia, de los levantinos.El Valencia sali¨® a ganar a orillas del Cant¨¢brico y comprob¨® bien pronto que con una t¨¢ctica tan simple y dif¨ªcil a la vez era f¨¢cil golear. El equipo de Luis Aragon¨¦s lo primero que hizo fue ensanchar lo m¨¢ximo posible el campo y colocar a sus hombres escalonados casi a la perfecci¨®n. Complet¨® el trabajo con una presi¨®n adelantada y lo culmin¨® con los goles que anot¨® con sorpresiva facilidad.
El Racing ven¨ªa de empatar en el Camp Nou y el Valencia de perder ante la Real Sociedad. La reciente historia qued¨® bien pronto atr¨¢s porque la calidad t¨¦cnica y la soltura de los levantinos se impusieron con suficiencia. Tan era as¨ª que el centro del campo del Racing, donde abundaban los peones y apenas hab¨ªa cerebros, pareci¨® vulgar pero trabajador. A pesar de los problemas para salir con presteza al ataque, los c¨¢ntabros llegaban con m¨¢s facilidad que otras tardes al ¨¢rea contraria. Sin embargo, carec¨ªan de la decisi¨®n para remachar.
Soltando el bal¨®n a la primera, abri¨¦ndose huecos con facilidad en la defensa santanderina donde Tom¨¢s y Pablo marraban en los instantes claves, el Valencia hizo valer pronto en la pr¨¢ctica su te¨®rica superioridad. Jos¨¦ Ignacio, Romero, G¨¢lvez y el propio Mijatovic dispusieron de sobrados lances de gol para haber ampliado diferencias antes de irse al descanso.
Mijatovic lleg¨® en la segunda mitad al m¨¢ximo de su rendimiento. Tanto que no s¨®lo obtuvo su segundo gol, tan bello como el primero, sino que adem¨¢s lanz¨® una vez al larguero y protagoniz¨® varias contras. Los racinguistas tuvieron que entregarse.
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