Litigio
Vecinos de la urbanizaci¨®n La Orotava de Hoyo de Manzanares han visto sus derechos m¨¢s fundamentales vulnerados de la manera m¨¢s violenta e incomprensible.El lunes d¨ªa 20 de noviembre nos despertaron dos excavadoras, camiones y varios trabajadores que se dispon¨ªan a remover tierras y empezar las obras en unos terrenos donde ten¨ªamos un campo de f¨²tbol, columpios para los ni?os y varios macizos de rosas, bancos y ¨¢rboles de diversas especies plantados por los propios vecinos.
Estos terrenos llevan en litigio desde hace a?os; pues aunque fueron cedidos a la urbanizaci¨®n hace a?os por Tenegu¨ªa, por diversos motivos, tambi¨¦n hay otra persona que dice ser el propietario.
Despu¨¦s de personarse los guardias municipales para exigirles que firmaran un documento, a lo cual se negaron porque no ten¨ªan ning¨²n permiso municipal, comenzaron a derribarlo todo: porter¨ªas, rosales, ¨¢rboles, c¨¦sped y hasta tuber¨ªas de riego sin hacer el menor caso a nada.
Los cuatro vecinos que all¨ª est¨¢bamos en esos momentos lo intentamos todo, desde ponemos delante de las porter¨ªas para protegerlas hasta llamar a la Guardia Civil; llamar al PP, a cuyo partido pertenece el municipio. Resumiendo, estaban esperando una orden de la Comunidad de Madrid y nadie pudo hacer nada para parar las obras. Estuvieron con hormigoneras, hicieron el hormig¨®n despu¨¦s de haberse Ilevado varios camiones de tierra y marcar con zanjas y vallas met¨¢licas los bloques para hacer 33 viviendas (en la cuenca alta del Manzanares, protegida por la Comunidad de Madrid).
Cuando ya calcularon que llegar¨ªa la orden, el jueves, se fueron las m¨¢quinas, dejando la empresa guardas jurados d¨ªa y noche con perro incluido.
La orden ya ha llegado de arriba, pero los guardas siguen all¨ª y el caos y la destrucci¨®n. Hemos tenido que alquilar un campo de f¨²tbol para que los chavales de nuestro equipo puedan seguir jugando, porque no tenemos donde jugar ni entrenar, habiendo tenido el mejor campo privado de la zona. Los peques no tienen columpios y apenas nos quedan espacios verdes.
Estamos desolados. Personas hechas, y derechas, hombres inclu¨ªdos, hemos llorado de rabia e impotencia. ?Qui¨¦n nos protege?-
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