Gonz¨¢lez trat¨® ayer de amarrar los ¨²ltimos flecos del c¨®nclave europeo con Chirac y Kohl

Si el Consejo Europeo de Madrid consagra hoy el llamado "escenario del pase a la tercera fase de la uni¨®n monetaria" habr¨¢ garantizado m¨¢s de la mitad de su ¨¦xito, y con ¨¦l, el de la presidencia espa?ola. Pero el anfitri¨®n de la cumbre de la Uni¨®n Europea (UE), Felipe Gonz¨¢lez, confes¨® ayer que afrontaba "con preocupaci¨®n" este asunto y despach¨® sobre algunos de sus flecos con el presidente franc¨¦s Jacques Chirac y el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl. Frente a ellos empezaba a subir el acceso de fiebre euroesc¨¦ptica ante la moneda ¨²nica incubada en Francia.

Ese escenario es el conjunto de escalones t¨¦cnico-pol¨ªticos que deben subirse desde que a principios de 1998 se elija (la criba) a los pa¨ªses que han cumplido los criterios de convergencia pactados en Maastricht (moderaci¨®n de la inflaci¨®n, del d¨¦ficit presupuestario y la deuda p¨²blica y estabilidad monetaria) hasta que en julio del 2002 se introduzcan masivamente los billetes en moneda ¨²nica que sustituir¨¢n a los de cada pa¨ªs. Este paquete tiene una guinda: el bautizo de la nueva divisa. Gonz¨¢lez ha convocado a sus colegas jefes de Estado o de Gobierno a que se pongan de acuerdo para que el nuevo nombre se entronice hoy.Pero aunque los trabajos del Ecofin (los ministros de Econom¨ªa) y su propia gira por las capitales han establecido una buena base para el consenso, el anfitri¨®n no las tiene todas consigo. "La cuesti¨®n potencialmente m¨¢s conflictiva ser¨¢ la Uni¨®n Monetaria", manifest¨® en Par¨ªs tras la firma del Tratado de paz en la antigua Yugoslavia, informa Enric Gonz¨¢lez. El presidente se reuni¨® bilateralmente con Chirac y Kohl.

Con estos encuentros buscaba amarrar los flecos pendientes. Uno es el nombre de la moneda, com¨²n. Alemania desech¨® el ecu, porque sus ciudadanos lo asocian a una moneda m¨¢s d¨¦bil que el marco, ya que la cesta-ecu se ha depreciado. Y su propuesta de bautizarla como euro ha calado en los socios y figura ya en un primer borrador de las conclusiones, aun que a Par¨ªs no le entusiasma.

Fiebre euroesc¨¦ptica

Adem¨¢s, al comp¨¢s de la revuelta francesa contra el plan Jupp¨¦, sube la fiebre euroesc¨¦ptica contra la moneda ¨²nica y sobre el cumplimiento de la fecha de su nacimiento, que debe consagrarse hoy: el 1 de enero de 1999. En Londres y en altos c¨ªrculos europe¨ªstas resurg¨ªa el v¨¦rtigo a la proximidad de la cita y se volv¨ªan a cruzar apuestas por un eventual aplazamiento: buena parte de la opini¨®n p¨²blica de un pa¨ªs decisivo, Francia, identifica el rigor presuestario y las reformas que exige, con Maastricht y la moneda ¨²nica, como si no fueran necesarios por s¨ª mismos. "Los pol¨ªticos cometemos a veces el error de escudamos en los criterios de Maastricht para justificar pol¨ªticas impopulares", apostill¨® Gonz¨¢lez.

Los contactos con Chirac y Kohl deb¨ªan aprovecharse para reafirmar el compromiso general, verificar el acuerdo de ambos en Baden-Baden sobre las cuestiones t¨¦cnicas (la fecha exacta de la criba y si todas las emisiones de deuda p¨²blica se har¨¢n en moneda ¨²nica desde 1999) y, sobre todo, formar un frente com¨²n para evitar que las discusiones de temas monetarios conexos emponzo?en el acuerdo del escenario, seg¨²n fuentes de la presidencia: "Nada est¨¢ cerrado".

Estos temas son sobre todo, dos. Uno es el "pacto de estabilidad" propuesto por Alemania para todos los pa¨ªses que se incorporen desde el primer momento a la moneda com¨²n, los pa¨ªses in. "Los Quince est¨¢n de acuerdo en que una vez iniciada la tercera fase debe, seguirse la pol¨ªtica de convergencia, contra el d¨¦ficit, pero si Bonn va mucho m¨¢s all¨¢ de esta idea com¨²n y trata de fijar ya ahora nuevos topes al d¨¦ficit o la cuant¨ªa de las sanciones, todo pel¨ªgrar¨¢", indicaban en Econom¨ªa. La cumbre s¨®lo deber¨ªa aprobar un mandato para que este asunto se profundice en los pr¨®ximos meses.

El otro asunto es las relaciones entre los in y los out. El Consejo Europeo debe limitarse en principio a encargar el estudio sobre las relaciones entre la moneda com¨²n y las que inicialmente quedar¨¢n excluidas, trabajo realizable en doce meses. Inquieta, sin embargo, que el Reino Unido "intente precipitarse demasiado en este debate" -pues es contrario a establecer entre ambos grupos un v¨ªnculo, parecido al actual Sistema Monetario Europeo, del que est¨¢ excluido-, como estrategia para aplazar todo el proceso.

Todo indica que la entente Par¨ªs-Bonn-Madrid funcionar¨¢. La reciente carta conjunta Chirac-Kohl recog¨ªa el calendario de la UE hasta el a?o 2000 lanzado por Gonz¨¢lez en Formentor y reiterado a la Euroc¨¢mara: promover la reforma del Tratado de Maastricht y pasar a la moneda ¨²nica (los temas estrellas de hoy), preparar la ampliaci¨®n al Este y su financiaci¨®n, y consolidar las relaciones con los vecinos (de Rusia al Mediterr¨¢neo). Pero lanzaron una puya a John Major, consagrando la teor¨ªa, de que el barco m¨¢s lento no debe aminorar al convoy. Reivindicaron "una cl¨¢usula" que permita a los Estados con "voluntad y capacidad", desarrollar "cooperaciones reforzadas entre ellos, dentro del marco institucional ¨²nico de la Uni¨®n". Es la vuelta de la tortilla de la Europa a la carta tan cara a Londres, pero de dif¨ªcil encaje jur¨ªdico.