El 'Euroalbacete' es posible
Un club puede acudir a los tribunales si se le impide una 'alineaci¨®n comunitaria'
, La presi¨®n que ha ejercido el mundo del f¨²tbol ha sido tremenda. Alcanz¨®, incluso, a ministros de algunos pa¨ªses europeos, que trataron de poner alg¨²n tipo de cortapisa a lo que se avecinaba con la sentencia. La campa?a de prensa no ha estado exenta de demagogia: puede ser la destrucci¨®n del f¨²tbol modesto, el fin de las selecciones nacionales... Los dirigentes del f¨²tbol dibujan un escenario dantesco, en el que los grandes clubes se coman de una tacada a los peque?os. Ocultan que, la sentencia, deroga ciertos h¨¢bitos (y algunos privilegios) de organismos que escapan al control de la legislaci¨®n ordinaria, casos de la FIFA y la UEFA.Las repercusiones de la sentencia son inmediatas. Cualquier club podr¨ªa intentar alinear a sus jugadores comunitarios sin excepci¨®n y, de serle impedido, acudir a los tribunales. Nadie lo har¨¢ en un primer momento, pero las normativas deber¨¢n adaptarse al nuevo orden. Los dirigentes deportivos intentar¨¢n ahora que sindicatos y clubes alcancen un acuerdo a gran escala para mantener el estatus, pero ese acuerdo va a ser muy dif¨ªcil porque cualquier jugador o cualquier club podr¨¢ acudir, por su cuenta y riesgo, a un juzgado.
La sentencia del caso Bosman parte de un principio: el club es empresa y el deportista es un trabajador. Por tanto, es exigible al deporte profesional que respete la legislaci¨®n comunitaria en materia de libre competencia y libre circulaci¨®n de trabajadores. Sus repercusiones son bastante amplias:
El caso del f¨²tbol. La sentencia declara la libre circulaci¨®n de los futbolistas comunitarios. Tiene aplicaci¨®n en todas las Ligas nacionales de los pa¨ªses de la UE, pero no en las internacionales. Inicialmente, si se acude a un caso pr¨¢ctico, puede favorecer m¨¢s a un modesto que a un grande. El Albacete puede reforzarse sin l¨ªmites con jugadores comunitarios, lo que le servir¨¢ para cumplir su principal objetivo: no bajar a Segunda. Ser¨ªa una especie de Euroalbacete: no le preocupa lo que pase en Europa, porque s¨®lo compite en Espa?a. Pero el Madrid, por poner otro ejemplo, puede no tener tanto inter¨¦s en fichar mayor¨ªa de comunitarios porque s¨®lo podr¨ªa usar a tres en las competiciones continentales. Hay que tener en cuenta que un jugador medio belga es mucho m¨¢s barato que un jugador medio espa?ol.
Las selecciones. El derecho comunitario respeta la formaci¨®n de selecciones nacionales y no considera, de momento, a las federaciones como empresas. Eso quiere decir que estima que la composici¨®n de una selecci¨®n es una cuesti¨®n estrictamente deportiva.
?Y las canteras? He aqu¨ª una de las repercusiones m¨¢s interesantes. Las canteras se pueden europeizar. Un gran club puede llenar de jugadores comunitarios su equipo filial y hasta sus cuadros juveniles. Es decir, el Madrid o el Barcelona pueden ampliar el campo de actuaci¨®n de sus canteras a lo que sus ojeadores vean que puede ser interesante en cualquier otro pa¨ªs comunitario. Ahora mismo, existe una limitaci¨®n total en el uso de extranjeros de la Segunda B para abajo y en categor¨ªa juvenil. La duda afecta a lo que son las competiciones juveniles, donde se puede interpretar que no existe una relaci¨®n empresa-trabajador y, por tanto, haber restricciones.
El caso del baloncesto. Es equivalente al f¨²tbol. La Liga ACB impone una limitaci¨®n de tres extranjeros por equipo. Actualmente no hay jugadores comunitarios en esta competici¨®n, pero, de haberlos, no podr¨ªan ocupar plaza de extranjero. El baloncesto vivi¨® hace tres a?os el caso Mike Smith. Pertenec¨ªa al Joventut (ahora juega en el Real Madrid) y se nacionaliz¨® espa?ol por matrimonio. La federaci¨®n le negaba la licencia como espa?ol porque era un jugador, por entonces, no seleccionable. Smith y el Joventut acudieron a los tribunales y obtuvieron una sentencia favorable: Smith termin¨® la temporada como espa?ol.
El Balonmano. Impone tres extranjeros por equipo. Hay dos comunitarios en las plantillas nacionales, el portero sueco Svenson (Barcelona) y el dan¨¦s Jensen (Teucro).
El ciclismo. Casi nula repercusi¨®n. La ONCE pod¨ªa haber alineado nueve extranjeros en el pasado Tour si as¨ª lo hubiera querido su director.
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