Coopers 'versus' Ernst, segundo asalto
Las dos auditoras, pendientes de los tribunales para continuar el pleito por la contrataci¨®n de personal
Todo comenz¨® a mediados del mes de junio pasado. Un socio de Eenist & Young mantuvo una conversaci¨®n preliminar con Jos¨¦ Golderos, socio entonces de Coopers & Lybrand. El hombre de E & Y sugiri¨® la convenlencia de que Jos¨¦ Ram¨®n Magarzo, director de la divisi¨®n de consultor¨ªa de C & L y Jos¨¦ Luis D¨ªez, presidente de E & Y, mantuvieran "un contacto". Golderos transmiti¨®, el mensaje. D¨ªez y Magarzo se reunieron en los meses de verano y el presidente de Ernst transmiti¨® su socio de Coopers la importacia del proyecto de consultor¨ªa que pretend¨ªa poner en marcha su firma ( a partir del 1 de enero de 1997). Aseguran que, a mediados de octubre, D¨ªez y Magarzo ya hab¨ªan llegado a un acuerdo y empe2:¨® la reacci¨®n en cadena: se sumaron otros socios consultores para unirse al proyecto Ernst & Young, El 15 de noviembre estall¨® la bomba: Magarzo, seis socios y veinte profesionales , de C & L solicitaban la baja inmediata de la firma al senior partner (presidente), ?ngel Luis Linares. Ahora est¨¢n pendientes de que los tribunales se pronuncien sobre la demanda que present¨® Coopers. contra su competidora por robarle 91 trabajadores. La crisis provocada por el terremoto Magarzo conmovi¨® Coopers, durante las semanas siguientes... y todav¨ªa no ha terminado. Linares intent¨® taponar la v¨ªa de agua intentando convencer a los dimisionarios, por una parte y, por otra, asegurando al resto de los profesionales que mantuvieran la fe, y la confianza en la capacidad de Coopers para mantener-los servicios de consultor¨ªa. El intento disuasorio result¨® bald¨ªo. El 20 de noviembre, Linares y los 43 socios restantes ya hab¨ªan llegado a la conclusi¨®n de que se trataba de un ataque premeditado para desmantelar el consulring de C & L.Linares fundament¨® esta conclusi¨®n con hechos. ?ste es un ejemplo, narrado por el propio presidente de Coopers Espa?a: "Durante la tarde del viernes se produjeron llamadas por tel¨¦fono a un buen n¨²mero de profesionales de la divisi¨®n de consultor¨ªa de C & L, incluso a nuestras propias oficinas, amenaz¨¢ndoles con que si segu¨ªan en la firma perder¨ªan su empleo inmediatamente y ofreciendoles una ¨²ltima oportunidad para acogerles en su proyecto, con la condici¨®n de que firmaran un contrato a las nueve de la ma?ana del s¨¢bado, d¨ªa 18, en las mism¨ªsimas oficinas de Ernst & Young".
Esta actitud, que Coopers califica de proselitismo, impuls¨® la presentaci¨®n de la demanda por competencia desleal contra E & Y, por inducci¨®n a la ruptura de contrato. Esta es la versi¨®n [abreviada] de Coopers & Lybrand sobre la crisis profesional m¨¢s importante entre profesionales de auditor¨ªa. Ernst & Young tiene la suya m¨¢s sencilla: "Encargamos la tarea de buscar profesionales disponibles a un head hunter. Por lo tanto, consideramos que no hemos vulnerado norma alguna de contrataci¨®n. Conviene recordar que cuando alguien se va de una empresa es por su propia, voluntad... y no suele hacerlo si las condiciones son totalmente satisfactorias". El resultado final de la crisis, el balance num¨¦rico, por decirlo as¨ª, es que 91 profesionales (93, seg¨²n Ernst) de Coopers, de los cuales 6 son socios, trasladaron su empleo a la firma rival en una contrataci¨®n masiva sin precedentes en Espa?a, que vacio totalmente la divisi¨®n de consultor¨ªa de C & L en Madrid.
El martes pasado, Coopers presentaba una demanda civil contra la firma contratante y los seis socios, en calidad de codemandados. La demanda apela a cuestiones tangibles, como el hecho de que los seis socios contratados hayan vulnerado el pacto social suscrito por Coopers y que impone, entre otras cautelas, un preaviso de tres meses y un plazo m¨ªnimo de dos a?os sin ejercer tareas similares en otras firmas; tambi¨¦n a intangibles, como la convicci¨®n de que el vaciamiento de la consultor¨ªa de Coopers fue premeditado, una incursi¨®n planeada para, mediante la inducci¨®n a la ruptura de contrato, anular a un competidor que triplicaba la facturaci¨®n de E & Y en consultor¨ªa.
Las movimientos siguientes son, casi exclusivamente, una informaci¨®n de E & Y difundida a la prensa seg¨²n la cual la firma anuncia vagas contramedidas legales contra la demanda de Coopers y acusaba a ¨¦sta de "esclavitud laboral. La informaci¨®n, una nota interna convenientemente filtrada, induce a suponer que Ernst quiere aparecer ante ,la opini¨®n p¨²blica como defensora de la libre contrataci¨®n de profesionales, car¨¢cter que situar¨ªa a Cooper como en castillada en la defensa de, normal de control profesional excesivamente r¨ªgidas.
En t¨¦rminos jur¨ªdicos, la cuesti¨®n planteada por la demanda de Coopers tiene consecuencias m¨¢s trascendentes. Se supone que el derecho individual a cambiar de empresa no est¨¢ en cuesti¨®n. La cuesti¨®n es ?d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites a la contrataci¨®n profesional? O, para empezar por el principio: ?deben tener las firmas de auditor¨ªa limites a la contrataci¨®n de profesionales de otras firmas? Y si la respuesta es afirmativa ?d¨®nde se sit¨²an esos l¨ªmites?. En el caso concreto de la demanda, ?vulnerar¨ªa, esos hipot¨¦ticos l¨ªmites el hecho de contratar a toda una divisi¨®n de una sociedad?. Estas cuestiones no parecen estar legalmente resueltas en Espa?a, como demuestra el hecho de la contrataci¨®n. Por lo cual, la sentencia que se dicte sentar¨¢ una jurisprudencia ,esencial y fundamental.
Las firmas han recurrido, tradicionalmente, a compl¨ªcados y prolijos pactos de regulaci¨®n para los socios, que participan en el capital de las firmas para evitar contrataciones que pongan en peligro el secreto profesional. El de Coopers exige, como se ha dicho, tres meses de preaviso y dos a?os de cuarentena; pero Ernst, que acusa a su competidora de practicar la esclavitud laboral, tiene uno similar, que exige dos meses de preaviso para abandonar la firma (art¨ªculo 13?).
?Por qu¨¦ estas precauciones? Los socios de auditor¨ªa no son, en apariencia, profesionales cualesquiera. El blindaje de su movilidad laboral resulta decisivo porque si un socio abandona una firma puede llevarse con ¨¦l clientes, metodolog¨ªa, documentaci¨®n comercial, informaci¨®n sobre estrategias, contactos con licenciatarios de productos y muchas claves de gesti¨®n que definen la supervivencia y crecimiento de una firma. La decisi¨®n de los tribunales ser¨¢, sin lugar a dudas, un nuevo punto de partida para la estrategia laboral de las auditoras y consultoras. La sentencia determinar¨¢ si se apuesta por un mercado sin controles o una regulaci¨®n mediante pactos privados, como hasta ahora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.