Advertencia para amantes de Internet

Liberal en la vieja y noble acepci¨®n de la palabra, productor reputado seg¨²n las normas ya periclitadas del oficio cinematogr¨¢fico, Irwin Winkler ha construido en los ¨²ltimos a?os una filmograf¨ªa en la cual al gusto a?ejo por los modos de la narraci¨®n cl¨¢sica se le une un cierto empe?o moral y de denuncia (Caza de brujas es un buen ejemplo) de la indefensi¨®n del individuo frente a las grandes maquinaciones de la historia, sea el maccarthysimo o, es el caso, la manipulaci¨®n de la informaci¨®n individual depositada en grandes ordenadores y redes inform¨¢ticas, por obra de oscuros y poderosos delincuentes. O, lo que es lo mismo, la denuncia de la fragilidad a que estamos expuestos en un mundo intercomunicado, tanto en lo que hace a la vulnerabilidad de nuestros datos c¨®mo al progresivo aislamiento, a la dehumanizaci¨®n a que puede llevar el uso compulsivo de redes como Internet.Que el espectador se crea la facilidad, y sobre todo el alcance, que puede tener dicha manipulaci¨®n est¨¢ dentro de lo probable; en todo caso, hay que consignarque Winkler y sus guionistas tom¨¢n precauciones para acercar la narraci¨®n al espectador y alejarle as¨ª de la sensaci¨®n, dominante para quien se distancie de lo narrado, de una arbitrariedad considerable a la hora de distribuir los elementos que dan origen al filme.

La primera precauci¨®n es la elecci¨®n del elenco, en el. que, a excepci¨®n de la protagonista, no hay apenas actores conocidos, con lo que se refuerza el efecto de veros¨ªmil al desaparecer la presi¨®n del estrellato. Y muy especialmente el hecho de que toda la acci¨®n recaiga,sobre los fr¨¢giles hombros de Sandra Bullock, heroina a contracorriente en el actual cine americano: su apariencia f¨ªlmica de chica corriente y un tanto solitaria -recu¨¦rdesesu reciente Mientras dorm¨ªas, pero tambi¨¦n Speed, que mostraba, con otros modos, un proceso similar a ¨¦ste- acerca su desaforada peripecia vital a la experiencia cotidiana de cualquier espectador, al tiempo que le otorga una falsa sensaci¨®n de fragilidad que ayuda a la identificaci¨®n m¨¢s directa.La segunda precauci¨®n, y en esto Winkler demuestra conocer las normas de su oficio -no todas: sigue sin ser elegante a la hora de componer la imagen-, es dotar al filme de un ritmo vertiginoso, lo que logra mediante una sabia ordenaci¨®n de la trama, a medio camino entre El f¨²gitivo y una ficci¨®n. de las muchas que, contempor¨¢neamente, advierten sobre los peligros de las nuevas tecnolog¨ªas, como Virtuosity o Johnny Mnemonic. Bullock sufre y corre, el filme se desliza a velocidad de crucero, todos sufrimos, o, lo que es lo mismo, la f¨®rmula funciona. Entre otras cosas, porque la transformaci¨®n de Bullock de ciudadana an¨®nima en brillante hero¨ªna de acci¨®n est¨¢ bien dosificada y, lo sabemos desde siempre, es una f¨®rmula de probado rendimiento. ?No es la misma que la de Con la muerte en los talones, salvando las distancias?