Cuidar al cuidador

No cuidan enfermos, apoyan a los familiares que se encarg¨¢n de ellos. El Alzheimer, una enfermedad, neurol¨®gica con unos 30.000 casos diagnosticados en la regi¨®n, deteriora el cerebro de quien lo padece. Pero tambi¨¦n socava el equilibrio de los familiares que conviven con el paciente y que no saben como actuar ante su demencia. La Asociaci¨®n de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Madrid (AFAL), con ayuda de Cajamadrid, puso en marcha en febrero un programa de voluntariado para mitigar este problema.Hay ya 148 personas que, desinteresadamente, acuden dos horas por semana a prestar apoyo a familias. Pero son m¨¢s las necesidades que los voluntarios. Su ayuda puede consistir en aconsejar, en escuchar los problemas de la convivencia diaria o en hacer caso a los miembros de la familia que se sienten relegados ante la atenci¨®n exclusiva que requiere el enfermo. No planchan ni lavan. Mar¨ªa Jes¨²s Holanda, de 42 a?os, su esposo 3, sus dos hijos de 17 y 8 a?os, llevan conviviendo con el Alzheimer desde 1993. Agapita, de 79 a?os, madre de Mar¨ªa Jes¨²s, comenz¨® entonces a. decir y hacer cosas que a todos les parecieron, extra?as. Culpaba a sus nietos de quitarle sus pertenencias, gritaba sin motivo aparente y olvidaba si hab¨ªa comido o dormido...

"Tu vida da un vuelco total, te tienes que levantar a media noche, no sales porque tienes que estar pendiente de ella, ves que tu relaci¨®n de pareja se complica en todos los sentidos y que tus hijos no entienden nada y te echan en cara que no les haces el mismo caso", explica esta mujer. No habla por hablar. Ramiro, su hijo de ocho a?os, admite que: lleva muy mal que su madre est¨¦ tan pendiente de su abuela. Angela, la hija adolescente, reconoce que procuraba llegar lo m¨¢s tarde posible a casa para no encontrarse con Agapita.

Mar¨ªa Jes¨²s tiene claras dos cosas: no quiere ingresar a su madre en una residencia y desea que su familia no se vaya a pique por la enfermedad. Para resolver esta disyuntiva ha tomado tambi¨¦n dos decisiones, que ellos cuatro deben organizarse y apoyarse para cuidar a la abuela y que necesitan ayuda externa.

Este salvavidas exterior lleg¨® hace un mes con dos voluntarias, Guadalupe y Paloma, que se encargan de apoyar a los dos chavales para que lleven mejor la situaci¨®n familiar. Juegan con el peque?o, escuchan a la mayor y, si es necesario, se quedan un rato con la enferma. Ellas se apuntaron al programa para ayudar y lo han consegido.

Asociaci¨®n de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Madrid (AFAL). Galileo, 69 (Metro Quevedo). 594 14 94.