Armas para ganar la paz
Bosnia tiene muy pocas posibilidades de futuro si durante la misi¨®n de la OTAN que acaba de instalarse no se soluciona de forma satisfactoria el tema crucial del armamento de las partes. Al avispero bosnio no le falta tras la firma de la paz, en Dayton y Par¨ªs, ning¨²n desaf¨ªo explosivo. Desde el imposible reasentamiento de m¨¢s de dos millones y medio de huidos o expulsados, hasta la obtenci¨®n de m¨¢s de cinco mil millones de d¨®lares para reconstruir lo m¨¢s urgente del devastado pa¨ªs. Desde la separaci¨®n de tres enconados y casi intactos ej¨¦rcitos a lo largo de m¨¢s de mil kil¨®metros de sinuosos frentes, hasta la convivencia de tres comunidades que no se soportan en un simulacro de Estado parcelado territorial y pol¨ªticamente.La paz ha sido posible, entre otros motivos, porque los guerreros est¨¢n exhaustos despu¨¦s de cuatro a?os. Los acuerdos militares y constitucionales felizmente impuestos a las partes por la apisonadora estadounidense son fr¨¢giles como el cristal. El mandato de la masiva fuerza de la OTAN encargada de hacerlos cumplir, muy corto. No m¨¢s de un a?o. El argumento decisivo de que la guerra no se reanude en cuanto las tropas de la Alianza abandonen Bosnia a finales de 1996 reside en que el equilibrio de fuerzas entre los bandos haga de la eventual aventura una cat¨¢strofe segura para todos.
Dos de los ej¨¦rcitos de Bosnia est¨¢n bien pertrechados y entrenados, el de los serbios de Ratko Mladic y las tropas del Consejo de Defensa croata, bajo la directa dependencia de Zagreb. El patito feo son las fuerzas gubernamentales bosnias, motivadas y relativamente numerosas, pero primitivas, y que han dependido sistem¨¢ticamente en sus ¨¦xitos del apoyo de los croatas. El motivo fundamental de enfrentamiento entre el presidente de EE UU y el Congreso de su pa¨ªs es todav¨ªa c¨®mo armar y entrenar a las tropas bosniomusulmanas antes de que la reci¨¦n estrenada OTAN empaquete y salga de Bosnia. El Congreso ha arrancado finalmente a Clinton el compromiso de que Washington se ocupar¨¢ de que est¨¦n en condiciones de defenderse por s¨ª mismos. Eso significa armamento masivo e instructores por centenares.
Dayton prev¨¦ un complicado proceso de control de armamento en la regi¨®n por el cual, si las partes -Serbia, Bosnia-Herzegovina y Croacia- no se ponen de acuerdo en reducciones previamente estipuladas, la OTAN se las impondr¨¢ pasados seis meses. Los arsenales de tanques, piezas artilleras, blindados y aviones y helic¨®pteros de combate son los afectados por el tratado de paz, que estipula una relaci¨®n armamentista de 5:2:2, es decir que a cinco unidades serbias corresponden dos para croatas y bosnios. Pero bosnios hay muchos. El nuevo Estado de Bosnia Herzegovina comprende dos entidades, la Federaci¨®n de Bosnia Herzegovina (donde musulmanes y croatas se reparten el 5 1 % del territorio) y la Republika Srpska o de los serbios de Bosnia, que ocupa el resto y quiere unirse a toda costa con la madre Serbia, es decir, con Belgrado. La Federaci¨®n es a su vez un matrimonio de conveniencia que disgusta a ambos novios, musulmanes y croatas, y que pese a tener casi dos a?os de vida sigue sin funcionar. Cada uno de los dos bandos te¨®ricamente aliados dirige las zonas controladas por sus tropas y han fallado hasta ahora los esfuerzos para que los refugiados musulmanes o croatas regresen a sus pueblos en poder de sus amigos. Los croatas de Bosnia son leales a Zagreb, de donde reciben las armas, y quieren integrarse en la Gran Croacia conseguida por el presidente Tudjman.La subentidad bosnia, es decir, el territorio supuestamente multi¨¦tnico realmente controlado por el presidente Alia Izetbegovic, es s¨®lo la parte musulmana de la Federaci¨®n, aproximadamente el 30% del 51%, y estar¨¢ rodeada por los serbios y los croatas y sin salida al mar Adri¨¢tico (v¨¦ase mapa). Aplicada la relaci¨®n prevista en Dayton, a los bosniomusulmanes les corresponder¨¢ en realidad una octava parte de armamento que al conjunto de los serbios, y la cuarta parte que al de los croatas. Si se a?ade que la geograf¨ªa de la partici¨®n les veda el acceso al mar, y por tanto la posibilidad real de importar equipo sin sobresaltos y de forma continuada, sus probabilidades de supervivencia parecen remotas. Salvo que los poderes que han impuesto la paz. cementen la alianza entre Zagreb y Sarajevo y a la vez armen de forma proporcionada al residuo inter¨¦tnico que ha sido conocido como Bosnia.
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