Los mercados fuerzan a Clinton, y los republicanos, a negociar sobre el d¨¦ficit

Alarmados por los efectos negativos que la crisis presupuestarla de Estados Unidos est¨¢ teniendo en los mercados financieros, el presidente Bill Clinton y los principales l¨ªderes republicanos se mostraron ayer decididos a poner fin al juego pol¨ªtico y conseguir un acuerdo que permitiera normalizar la actividad de los servicios p¨²blicos y sentar las bases para una efectiva reducci¨®n del d¨¦ficit. Nuevas negociaciones al m¨¢s alto nivel hab¨ªan sido convocadas anoche para intentar superar el atolladero, que se ha convertido ya en la principal amenaza a la estabilidad de la econom¨ªa norteamericana.

Wall Street reaccion¨® positivamente a estos nuevos signos optimistas y subi¨® 32,21 puntos. El mi¨¦rcoles, inmediatamente despu¨¦s de que se frustraran las esperanzas de un acuerdo que parec¨ªa garantizado, la Bolsa de Nueva York se precipit¨® en una ca¨ªda que dej¨® el ¨ªndice Down Jones con m¨¢s de 50 puntos negativos en menos de quince minutos. ?sa fue la se?al definitiva de que esta crisis ha ido ya demasiado lejos.A comienzos de la semana, Clinton y los dirigentes republicanos hab¨ªan hecho un gesto de aproximaci¨®n para contribuir a que la Reserva Federal decidiera la rebaja de los tipos de inter¨¦s, que se necesitaba para potenciar la actividad econ¨®mica. Esa aproximaci¨®n fracas¨® despu¨¦s por la presi¨®n del grupo de congresistas republicanos que forman el ala m¨¢s derechista de ese partido. El fracaso provoc¨® r¨¢pidamente un ambiente de p¨¢nico en los mercados, que entendieron que no habr¨ªa acuerdo sobre el nuevo presupuesto antes del final del a?o, como hab¨ªa prometido antes el Congreso.La presidencia y los l¨ªderes republicanos entraron en contacto despu¨¦s con el prop¨®sito de reanudar las conversaciones. El jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Leon Panetta, se reuni¨® en la ma?ana de ayer con el presidente del comit¨¦ de Presupuesto del Senado, el republicano Pete Domenici, para acercar posiciones. Como resultado de esa reuni¨®n, ambas partes parec¨ªan de acuerdo en que el presidente Bill Clinton, el presidente de la C¨¢mara de Representantes, Newt Gingrich, y el jefe de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Bob Dole, se reunieran en la tarde de ayer o a lo largo del d¨ªa de hoy en busca de un acuerdo. De inmediato Wall Street empez¨® a subir.Los negociadores tienen delante tres propuestas diferentes sobre c¨®mo eliminar el d¨¦ficit p¨²blico en siete a?os: una, la que prefieren los republicanos, que incluye dr¨¢sticos recortes de los programas de asistencia sanitaria a pobres y pensionistas a cambio de un reducci¨®n de impuestos de 245.000 millones de d¨®lares; otra, respaldada por los dem¨®cratas, que mantiene intactos los programas sociales sin recortes de impuestos; y una tercera que trata de promediar los deseos de las dos partes con algunas reducciones de los programas sociales y peque?as rebajas de los ingresos por v¨ªa fiscal.

Sectores moderados

Esta ¨²ltima es la que est¨¢n patrocinando sectores moderados, tanto dem¨®cratas como republicanos, y a la que podr¨ªan terminar apunt¨¢ndose Clinton, Gingrich y Dole. El problema, una vez m¨¢s, es el de c¨®mo pueden presentar cada uno de ellos el acuerdo como una victoria. En v¨ªsperas de una campa?a electoral, ni Clinton quiere admitir que los programas sociales, de los que se declara defensor, han sido reducidos, ni Dole, el principal candidato republicano a la presidencia, quiere reconocer que la prometida revoluci¨®n impositiva es imposible. La mejor presi¨®n para ambos la dos es, sin duda, la de los mercados financieros, que han dejado claro que quieren un acuerdo para reducir el d¨¦ficit p¨²blico pronto y a cualquier precio.