"El futuro ser¨¢ del Gran Hermano sino paramos la invasi¨®n y inform¨¢tica"
"Hay que aprender a decir no. No a las empresas, no a las instituciones p¨²blicas que nos piden datas personales para introducirlos en sus bases inform¨¢ticas y que tratan de asignarnos un n¨²mero de control. Si no paramos la invasi¨®n inform¨¢tica, dentro de diez o veinte a?os el futuro ser¨¢ del Gran Hermano". Con esta referencia a Orwell, Simon Davis, fundador y director general de la organizaci¨®n Privacy International, avisa de que la intromisi¨®n de la inform¨¢tica en la privacidad y libertad de las personas no ha hecho m¨¢s que empezar. Para Davis, la uni¨®n de los avances en inform¨¢tica, gen¨¦tica y telecomunicaciones puede convertirse en una pesadilla. Da un ejemplo ya en marcha: "La red de informaci¨®n de salud que se est¨¢ montando en la UE es muy peligrosa. La informaci¨®n cl¨ªnica de los ciudadanos estar¨¢ a disposici¨®n de m¨¦dicos de uno y otro pa¨ªs. Ser¨¢ casi p¨²blica".Davis, brit¨¢nico de 39 a?os, es profesor de Derecho en la Universidad de Essex (Reino Unido). En marzo de 1992 fund¨®, con otro centenar de expertos en derechos humanos, la organizaci¨®n Privacy International, con sede en Washington, que promueve en todo el mundo la conciencia ciudadana para oponerse a la invasi¨®n de la inform¨¢tica y su conversi¨®n en el gran ojo que vigila. Form¨® parte de un grupo de rock y fue figura clave en las campa?as de Australia, en 1987, y Nueva Zelanda, en 1991, contra la implantaci¨®n de un carn¨¦ de identidad, algo contrario a la tradici¨®n anglosajona.
Davis, que ha visitado Espa?a recientemente para dar alas a su campa?a internacional, sabe que tiene por delante un trabajo duro. Pero conf¨ªa en que la gente recapacite, que no asuma que la inform¨¢tica siempre es buena y que se abra un gran debate. Hay hechos que le animan, como la objeci¨®n en los a?os setenta en Holanda a facilitar datos personales para elaborar el censo -"desde entonces no se hace censo, s¨®lo muestreos"-, pero otros le llevan a la cruda realidad. Y pone un ejemplo espa?ol: "He seguido con inter¨¦s todo el asunto de las escuchas del Cesid. Y pens¨¦ que la gente iba a lanzarse en masa a protestar. Pero no ha sido as¨ª".
Cree que en los a?os setenta la gente, por desconfiar m¨¢s de la novedad que supon¨ªa la inform¨¢tica, plante¨® mayor oposici¨®n; pero que ahora, seg¨²n se ha ido afianzando en la vida cotidiana el uso de los ordenadores, se ha bajado la guardia. Es tajante: "No hay que dejar que estos sistemas de control inform¨¢tico se implanten de forma fdvoluntaria. Porque al final acaban imponi¨¦ndose como obligatorios. Directamente hay que declarar ilegales ciertos usos de la inform¨¢tica y ciertas tecnolog¨ªas". Es de la opini¨®n de que, una vez colocado el sistema, los usos futuros pueden ser totalmente perversos.
Cita el valor de las limitaciones a estas tecnolog¨ªas que figuran en las constituciones de Portugal, Alemania, Austria; y de las agencias de protecci¨®n de datos inform¨¢ticos, como la que existe en Espa?a. Pero recalca que es la gente en general la que debe estar concienciada. Reflejo de la escasa concienciaci¨®n es que en 1994 la Agencia espa?ola de protecci¨®n de Datos no recibi¨® ni un centenar de demandas de ciudadanos, y casi todas ten¨ªan un trasfondo econ¨®mico.
No deja Simon Davis de poner ejemplos de escalofr¨ªo: "Estados Unidos, Canad¨¢, Alemania, Holanda y Reino Unido ya est¨¢n probando un sistema de control de movimientos, migratorias por el que se escanea la palma de la mano de los viajeros; y todos esos datos quedan digitalizados. En diez anos se puede haber extendido el sistema a todos los viajeros en Estados Unidos". Uno m¨¢s: "En varios pa¨ªses europeos ya se est¨¢ empleando el peaje autom¨¢tico en las carreteras. Un sistema que mediante conexi¨®n por sat¨¦lite permitir¨¢ saber en qu¨¦ punto de Europa se encuentra en cada momento un ciudadano con su veh¨ªculo".
Entre los planes que m¨¢s alarma levantan en Davis figuran la creaci¨®n de bases inform¨¢ticas supranacionales en la UE y especialmente lo ideado por la polic¨ªa del Reino Unido: una base de datos con el test del ADN de todo delincuente condenado. "Encima, la Europol quiere que esta base de datos sea de ¨¢mbito europeo. Es una de las iniciativas m¨¢s peligrosas".
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