Peripecias de un semestre
Chirac a Gonz¨¢lez: "No te olvides de enviarme el jam¨®n de Jabugo"
Los ¨¦xitos no son siempre un camino de rosas. La presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea ha sido un hito, pero ha costado sudor, y a veces l¨¢grimas, a algunos de sus art¨ªfices.Los diplom¨¢ticos que negociaron la Declaraci¨®n de Barcelona, con la que concluy¨® la Conferencia Euromediterr¨¢nea, lo saben bien. Tras discutir toda la noche del 27, al 28 de noviembre, sus colegas sirios e israel¨ªes segu¨ªan poniendo reparos al documento final. A las ocho de la ma?ana se decidieron a llamar a su suite del hotel Juan Carlos I al entonces ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, para pedirle que tratara de convencer a sus hom¨®logos Faruk al Sharaa y Ehud Barak.Solana no debe de tener un buen despertar: Increp¨® a. sus colaboradores, reproch¨¢ndoles ser incapaces de resolver nada solos, pero acab¨® haciendo las gestiones que le hab¨ªan solicitado. Con retraso sobre el horario previsto, la declaraci¨®n fue aprobada por unanimidad. Tras el aplauso final, el ministro se levant¨® de su asiento y abraz¨® a su equip¨®. "La, virtud de Solana es que no es rencoroso con los que ofende", ironiz¨® un miembro de su s¨¦quito.La v¨ªspera de su inauguraci¨®n, una pareja de polic¨ªas nacionales se present¨® en el Juan Carlos I con sus correspondientes esposas para detener a uno de los m¨¢ximos responsables del evento. El hombre estaba l¨ªvido. Fueron necesarias varias llamadas telef¨®nicas para enderezar el entuerto. Al hombre, cuyo ingreso en prisi¨®n hab¨ªa decretado el juez, le hab¨ªan robado hac¨ªa 14 a?os su DNI. El ladr¨®n cometi¨® con ¨¦l todo tipo de, fraudes, por los que los agentes le quer¨ªan apresar. La prueba de su inocencia fueron sus huellas dactilares, distintas a las del malhechor.
El presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, fue el m¨¢s d¨ªscolo de la cumbre de Madrid. El viernes 15 de diciembre se resisti¨® a bautizar con el nombre de euro a la moneda ¨²nica. El s¨¢bado 16 le dijo al italiano Lamberto Dini que no acudir¨¢ a su convocatoria para inaugurar la Conferencia Intergubernamental que reformar¨¢ el Tratado de Maastricht porque, explic¨®, en esas fechas estar¨ªa muy lejos de Europa. La ministra italiana de Exteriores, Susanna Agnelli, ironiz¨® ante la prensa: "Desde luego, si el presidente franc¨¦s est¨¢ de va caciones en Mururoa, no podr¨¢ ir a Tur¨ªn". Mururoa es el atol¨®n del Pac¨ªfico sur donde Francia lleva a cabo sus pruebas nucleares, que Italia ha condenado en dos ocasiones en la ONU.
Con el jefe del Gobierno espa?ol Felipe Gonz¨¢lez, Chirac fue mucho m¨¢s amable. Le hab¨ªa gustado el jam¨®n de Jabugo. Cuando el s¨¢bado se despidi¨® de su anfitri¨®n, le dijo: "Felipe, no te olvides de mandarme al El¨ªseo el jam¨®n que me hae prometido, con el aparato para cortarlo [jamonera]". "De todo lo que hemos hablado aqu¨ª, es lo m¨¢s importante".
El Corte Ingl¨¦s apenas est¨¢ implantado fuera de Espa?a, pero su fama trasciende las fronteras. Visitarlo es casi una cita obligada, sobre todo para las delegaciones de pa¨ªses no muy bien surtidos. La delegaci¨®n de Letonia que asisti¨® a la cumbre de Madrid hizo, como otras, una excursi¨®n a los grandes almacenes.Un veh¨ªculo monovolumen puesto a su disposici¨®n por los organizadores espa?oles aparc¨® mal ante El Corte Ingl¨¦s. Un polic¨ªa municipal se lo recrimin¨®, pero el ch¨®fer espa?ol se neg¨® a moverse alegando que pertenec¨ªa a la comitiva del primer ministro let¨®n, Maris Gailis. La discusi¨®n subi¨® de tono, y los municipales se llevaron al ch¨®fer, a un diplom¨¢tico let¨®n y las maletas embarcadas en el monovolumen, incluidas las del primer ministro, a la comisar¨ªa del distrito. Cundi¨® el p¨¢nico entre los dem¨¢s letones, que se movilizaron para rescatar el equipaje. Lo recuperaron junto con la acredita ci¨®n del veh¨ªculo oficial, que colocaron en un taxi. As¨ª llevaron al aeropuerto de Barajas las pertenencias del jefe de su Gobierno.
Todas las presidencias temen al Parlamento Europeo. La espa?ola no ha sido una excepci¨®n. El entonces secretario de Estado para la UE, Carlos Westendorp, estuvo a punto de perder su fe europe¨ªsta tras una puntillosa comparecencia. Cuando sali¨® del hemiciclo en Estrasburgo coment¨®: "Aqu¨ª entra uno como Jean Monnet [uno de los padres de la construcci¨®n europea], pero sale como Margaret Thatcher", la ex primera ministra brit¨¢nica, conocida por sus reticencias ante la integraci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.