La 'Marcha Radetzky'
Amanecer musical. Concierto de A?o Nuevo de la orquesta Filarm¨®nica de Viena dirigido por Lorin Maazel; un programa a base de Strauss; felicitaciones en idiomas varios y para terminar, la Marcha Radetzky, palmeada por un p¨²blico que brinda as¨ª su reconocimiento al imperio difunto de los Habsburgo. La Marcha Radetzky devuelve los ecos de los desfiles y los desfiles los nutre la tropa, hasta ahora procedente en su mayor¨ªa del servicio militar obligatorio sobre el que se anuncian nuevas propuestas del PP, que corresponde examinar en el momento en que comienza la subasta electoral del domingo 3 de marzo. Seg¨²n ha informado EL PA?S en su edici¨®n del 31 de diciembre, Aznar promete una mili de seis meses con paga de 30.000 pesetas al mes para los conscriptos. Las festividades de estos d¨ªas han impedido obtener de los servicios informativos del PP nuevos detalles y precisiones m¨¢s all¨¢ de lo avanzado por el peri¨®dico.Partiendo de estas limitaciones, conviene, en primer lugar, releer el art¨ªculo 30 de la Constituci¨®n, donde se establece que "los espa?oles tienen el derecho y el deber de defender a Espa?a" y que la Ley fijar¨¢ las obligaciones militares de los espa?oles y regular¨¢, con las debidas garant¨ªas, la objeci¨®n de conciencia, as¨ª como las dem¨¢s causas de exenci¨®n del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestaci¨®n social sustitutoria". Ese mismo art¨ªculo, en sus apartados 3 y 4, a?ade que "podr¨¢ establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de inter¨¦s general" y que "mediante Ley podr¨¢n regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, cat¨¢strofe o calamidad p¨²blica".
Parecer¨ªa pues que las obligaciones militares de los espa?oles incluyeran el servicio militar obligatorio, aunque el tiempo transcurrido desde el 27 de diciembre de 1978, fecha de la Constituci¨®n, haya modificado las percepciones al respecto de los militares de carrera. Recu¨¦rdese que a?os antes, duran te el franquismo, cualquier propuesta de reconocimiento de la Objeci¨®n de Conciencia significaba adquirir la condici¨®n de r¨¦probo para quien la formulara. Pero la consideraci¨®n del servicio militar obligatorio como instrumento irrenunciable para la Defensa Nacional, ha dejado paso, entre una amplia mayor¨ªa de los oficiales de carrera, a una nueva concepci¨®n que privilegia a la tropa profesional y reduce la recluta obligatoria a un penoso lastre para.la operatividad de las unidades. Todas estas cuestiones relativas al modelo de Fuerzas Armadas y servicio militar fueron abordadas por una ponencia de la Comisi¨®n de Defensa del Congreso de los Diputados constituida el 14 de marzo de 1990, cuyo dictamen presentado al Pleno del 27 de junio de 1991 fue aceptado por 206 votos a favor, 25 en contra y 9 abstenciones. La citada ponencia surg¨ªa en busca de un consenso que evitara la salida a subasta de nuevas propuestas sobre estas cuestiones, despu¨¦s de la mili trimestral que tanto rendimiento electoral dio al CDS a¨²n liderado por Adolfo Su¨¢rez.
Bajo la invocaci¨®n del Anuario Estad¨ªstico de Espa?a, la ponencia mencionada se?alaba que hasta 1996 las disponibilidades de j¨®venes varones de 19 a?os permanecer¨ªan pr¨¢cticamente constantes pero a?ad¨ªa que a partir de dicho a?o hasta el 2006 se producir¨ªa un acusado descenso, del 37%, y en consecuencia ser¨ªa dif¨ªcil alcanzar los niveles de fuerza previstos en el modelo de Fuerzas Armadas del a?o 2000 si no es a trav¨¦s de un sistema de recluta universal. La ponencia establec¨ªa adem¨¢s una duraci¨®n de nueve meses tomo m¨ªnimo para el servicio militar. Y en el texto presentado por el Grupo Parlamentario Popular como alternativo o incluyendo propuestas de modificaci¨®n, se insist¨ªa en que por debajo de nueve u ocho meses de duraci¨®n del servicio militar es imposible presumir que una formaci¨®n para la Defensa tenga alg¨²n grado de utilidad. Para los ponentes del PP era necesario evitar cualquier idea de ej¨¦rcito dual -uno profesional que funciona y otro de recluta, obligatorio que no lo hace-". S¨®lo se puede coincidir con los ponentes del PP -Javier Rup¨¦rez y Santiago Valdivieso- en su lamento de que el asunto, hubiera estado "sujeto a m¨²ltiples demagogias, tanto m¨¢s peligrosas cuanto que ca¨ªan en un terreno abonado y frente a las cuales, de manera comprensible, ha resultado dif¨ªcil a las fuerzas pol¨ªticas poner coto o construir un discurso alternativo". ?Y entonces, ahora qu¨¦?
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