Ingenuidad y frustraci¨®n
Parafraseando a Larra, investigar en nuestro pa¨ªs es llorar. La chapuza alcanz¨® un punto de inflexi¨®n cuando se promulg¨® la Ley de Fomento y Coordinaci¨®n General de la Investigaci¨®n Cient¨ªfica y T¨¦cnica (Ley 13/86 de 14 de abril). Con ella, los poderes, p¨²blicos pretend¨ªan dar un erapuje a la investigaci¨®n espa?ola para hacernos competitivos en Europa. La perspectiva que se abr¨ªa a los que entonces comenz¨¢bamos ilusionados nuestra carrera investigadora se nos antoj¨® prometedora. ?Al fin parec¨ªa abordarse seriamente el problema cient¨ªfico espa?ol!?Qu¨¦ ingenuos fuimos! Aunque esta ley declaraba ser un acicate para la formaci¨®n de investigadores, con calidad europea en el seno de los denominados Organismos P¨²blicos de Investigaci¨®n (OPI), los mecanismos de est¨ªmulo han resultado perversos, materializ¨¢ndose en contra tos baratos que eluden varias de las garant¨ªas recogidas en el vi gente Estatuto de los Trabajado res (las OPI fueron autorizadas para contratar en pr¨¢cticas a licenciados con m¨¢s de cuatro a?os de experiencia y mantener los en precario, adem¨¢s, durante otros cinco a?os m¨¢s). El CIEMAT, organismo aut¨®nomo perteneciente al Ministerio de In dustria y Energ¨ªa, es una OPI que se aprovech¨® de la ley. ?Y bien que se aprovech¨®! Se hizo con una plantilla de personal in vestigador muy formado y lo contrat¨® en pr¨¢cticas a sabiendas de que muchas de estas personas tendr¨ªan responsabilidades desde el primer momento en la mayor parte de los proyectos que soportan al econ¨®micamente al CIE MAT y cuya formaci¨®n se relega ba a un segundo plano. En muchos casos ha transcurrido m¨¢s de un lustro de frustraci¨®n. Los titulados superiores contratados en pr¨¢cticas del CIEMAT somos un colectivo de profesionales con muchos a?os de experiencia (revalidada en cada una de las cinco renovaciones de contrato) y con un futuro desolador debido a una gesti¨®n irresponsable por parte de la direcci¨®n del organismo.
Despu¨¦s del reciente cambio de director general y la inminente partida del director de personal, nos encontramos en, una situaci¨®n de desamparo laboral en la que vemos peligrar el reconocimiento de nuestra calidad cient¨ªfica e investigadora. La actual direcci¨®n afirma, que nuestros problemas se resolver¨¢n si se aprueba un plan de empleo sin mencionar que rehus¨® negociarlo durante m¨¢s de un a?o con la mayor¨ªa de los trabajadores y en cuyo marco ni siquiera se nos considera, o lo hace de un modo tan vago que parece una patente de corso para jugar arbitrariamente con nuestras vidas.
Sirva esta carta como testimonio de la enorme decepci¨®n de un colectivo que confi¨® en una pol¨ªtica que proclamaba el impulso de la investigaci¨®n cient¨ªfica en nuestro pa¨ªs y que ahora se siente enga?ado al ver malogrados no s¨®lo sus proyectos de vida, sino sus leg¨ªtimas aspiraciones profesionales y cient¨ªficas.-
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