La industria militar brit¨¢nica, a favor de la expulsi¨®n de un disidente saud¨ª
Crece el esc¨¢ndalo provocado por la orden de deportaci¨®n dictada la pasada semana por el Gobierno brit¨¢nico contra el disidente saud¨ª Mohamed Masar. El diario de izquierdas The Guardian golpeaba ayer a los mandarines de Whitehall con la publicaci¨®n de un exclusivo memorando que deja al descubierto la existencia de contactos entre importantes empresas de armas brit¨¢nicas, la CIA y el Gobierno de Londres para silenciar al disidente isl¨¢mico" cuyas actividades en Londres no son del agrado del rey Fahd de Arabia Saud¨ª.El documento en cuesti¨®n, con fecha del 6 de septiembre de 1995, escrito por Colin Chandler, director de Vickers -una empresa que fabrica tanques-, revela c¨®mo el Reino Unido envi¨® informaci¨®n confidencial sobre el r¨¦gimen de Sadam Husein a Arabia Saud¨ª con objeto de apaciguar los ¨¢nimos de los dirigentes saud¨ªes, inc¨®modos con la presencia en el Reino Unido de Mohamed Masari.
Ayer, mientras el propio Masari, de 49 a?os de edad, denunciaba las connivencias del Gobierno brit¨¢nico con la monarqu¨ªa saud¨ª, un ex viceministro del Ej¨¦rcito reconoc¨ªa ante los micr¨®fonos de la BBC la presi¨®n ejercida por las empresas armamentistas en el episodio de la deportaci¨®n de Masari, que puede ser efectiva el 19 de enero.
Archie Hamilton, el ex viceministro en cuesti¨®n, reconoci¨® todav¨ªa con m¨¢s claridad que la decisi¨®n de enviar al l¨ªder del Comit¨¦ saud¨ª para la Defensa de los Derechos Leg¨ªtimos a la isla Dominica fue tomada por la secretaria de Estado de Interior, Ann Widdecombe, para proteger los contratos millonarios firmados por Vickers y otras empresas brit¨¢nicas con el r¨¦gimen saud¨ª.
Defensa del puesto de trabajo
"El Gobierno tiene que mantener un equilibrio en sus decisiones cuando, de un lado, hay un considerable n¨²mero de puestos de trabajo en juego en relaci¨®n con un contrato de exportaci¨®n de tanques, y, de otro, los intereses de alguien que s¨®lo pretende crear problemas al r¨¦gimen saud¨ª en Londres". Hamilton fue todav¨ªa m¨¢s lejos al declarar: "Hasta donde yo tengo entendido, los saud¨ªes dejaron muy claro que no habr¨ªa contrato de tanques mientras ¨¦l [Masari] permaneciera en Londres".Otro dato que contribuy¨® ayer a aumentar la indignaci¨®n del grupo de pol¨ªticos de la oposici¨®n que apoya al disidente Masari fue conocer el pasado laboral del que ser¨¢ en breve nuevo embajador del Reino Unido en Riad, Andrew Green, hasta hace poco director no ejecutivo de Vickers. Esta empresa de armamento pugna por la obtenci¨®n de un importante contrato de venta de tanques al r¨¦gimen de Riad que forma parte del trato conocido como Al Yamama, firmado por Margaret Thatcher a mediados de 1980. Vickers, British Aerospace, GKN y VSEL negocian ventas de armas y de tecnolog¨ªa aeron¨¢utica por valor de medio bill¨®n de pesetas.
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