Los blancos recurren a Portugal

El pulso entre pezque?ines tuvo sabor a merengue y dej¨® buen sabor de boca. Se trataba de un duelo entre vicecanteras, entre los repuestos de las f¨¢bricas de talentos m¨¢s prol¨ªficas del f¨²tbol espa?ol. Y es que all¨ª no estaban Sandro, G¨®mez, ?lvaro, De la Pe?a, Roger, ?scar ni Toni. Figuraban sus lugartenientes, ¨¢vidos de seguir sus pasos en un ano propicio para los saltos intercategor¨ªa.Los duelos entre blancos y cul¨¦s siempre tienen aliciente. Y suelen ser calentitos. El colegiado, desde luego, no se aburri¨® sacando tarjetas. En el ¨²ltimo minuto del primer tiempo dejaba al conjunto azulgrana con diez para afrontar toda una segunda parte. El marcador a¨²n estaba a cero. Y al final de la segunda se despachaba a gusto con el barcelonista Rufete y le llamaba "hijo de puta" seg¨²n cuenta Quique Costas y seg¨²n informa Efe. Total, que el festival de tarjetas fue sonado y el Bar?a acab¨® con nueve.

Un bal¨®n al larguero de Vaqueriza fue lo ¨²nico vistoso de un primer tiempo en el que los madridistas buscaban huecos y los blaugrana los tapaban. Por el c¨¦sped trotaba un desganado Christiansen, con los pies en Madrid y la cabeza en Oviedo.

El segundo periodo arranc¨® desigual, con el Bar?a mermado. La salida de Agostinho, el nuevo jugador portugu¨¦s del Madrid, rompi¨® el partido. Transform¨® su primer bal¨®n en una galopada por la banda izquierda con pase preciso a la olla. Al poco, Mor¨¢n recog¨ªa un bal¨®n de Guti y se colaba entre tres cul¨¦s para batir a Arnau. Pero Agostinho ten¨ªa ganas de marcha. Ansioso de tocar cuero, enfadado si no se lo daban, breg¨® aqu¨ª y all¨¢ hasta que recibi¨® ese bal¨®n, esta vez, por la banda derecha. Aguant¨® un poco hasta que vio llegar a su compatriota Zeferino, y ah¨ª se la puso. Goli?o. Y la grada que ya se empezaba a encari?ar con el nuevo fichaje. Un grupo de espectadores le bautizaba instantes despu¨¦s: "Pas¨¢dsela al Langostino "gritaban. La pareja portuguesa del Madrid empieza a ser la comidilla.