Muchos a¨²n creen vivir en un sue?o

ENVIADO ESPECIAL "O nos matan a todos o esta ciudad nunca caer¨¢ en poder de los serbios" Los habitantes de Gorazde como Nefisa Medosevic hablan orgullosos de los 42 meses de resistencia al asedio serbio, durante los que sobrevivieron bajo las bombas aislados del mundo. Nunca, ni en los peores momentos, pensaron en la rendici¨®n. Gracias a los bombardeos de la OTAN en septiembre, las mujeres y hombres de Gorazde han dejado de vivir como topos, han salido de los s¨®tanos y empiezan a sentir el aire de la libertad.

Las calles, en las que apenas hay cuatro coches, est¨¢n repletas de gente. En el puente principal sobre el Drina hay un gent¨ªo permanente que cruza el r¨ªo en una y otra direcci¨®n. Muchos a¨²n creen vivir en un sue?o.

Gorazde es el ¨²nico de los tres enclaves musulmanes de Bosnia oriental que ha resistido a las embestidas de las fuerzas militares serbias. Los otros dos, Srebrenica y Zepa, capitularon el a?o pasado ante la pasividad del mundo a pesar de. que la ONU los hab¨ªa declarado, junto a Gorazde, zonas seguras. El precio de resistir hasta el ¨²ltimo zarpazo serbio ha sido muy elevado para los 57.000 habitantes del enclave: 3.500 muertos, miles de refugiados procedentes de otros puntos, y ning¨²n edificio sin marca.

El barrio m¨¢s castigado

Obarac, en la margen izquierda del Drina, es el barrio m¨¢s castigado de la ciudad. Ninguna casa se tiene apenas en pie, y la ropa tendida en los balcones denota que hay vida en alguna de las viviendas. S¨®lo hay agua, fr¨ªa por supuesto, algunas horas al d¨ªa, no hay calefacci¨®n y la luz alumbra aquellas casas vecinas al r¨ªo gracias a las numerosas dinamos de fabricaci¨®n casera instaladas en el r¨ªo que producen energ¨ªa para una bombilla de 12 voltios.Pocas ventanas conservan los cristales en una ciudad donde el invierno es incluso m¨¢s duro que en Sarajevo. Hay un generador alimentado con gas¨®leo que suministra electricidad al hospital, algunas instituciones oficiales y a las organizaciones internacionales con oficina en Gorazde: el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja y M¨¦dicos sin Fronteras.

A las nueve de la noche Gorazde queda a oscuras. La luna' llena ilumina todo el valle en el que reposa la ciudad y Kernal y sus amigos hablan junto al fuego del futuro. Son caras tristes, de fatiga. El tema es el corredor que unir¨¢ Gorazde con Sarajevo, seg¨²n establece el acuerdo de Dayton. Cuatro kil¨®metros de longitud en el punto m¨¢s estrecho y 20 en el m¨¢s ancho. "Es lo ¨²nico que nos puede salvar. Ser¨¢ nuestra arteria. Aunque sigamos rodeados por los serbios, no nos preocupa. Lo importante es estar unidos por una v¨ªa con Sarajevo. Si pudimos defender la ciudad, ?por qu¨¦ no el corredor?".

El contingente italiano de las fuerzas de la OTAN ser¨¢ el encargado de garantizar la seguridad del corredor, que tardar¨¢ un a?o en construirse. Mientras tanto, la llamada ruta azul que va de la capital bosnia a Gorazde a trav¨¦s de territorio en poder de las fuerzas serbias, es la ¨²nica v¨ªa de comunicaci¨®n con el exterior.

El an¨¢lisis de Rose

En las colinas que rodean, la ciudad las posiciones serbias m¨¢s avanzadas llegaron a estar a 200 metros del casco urbano en abril de 1994. En aquella ¨¦poca, el general Michael Rose, jefe de las fuerzas de la ONU en Bosnia, sostenila que Gorazde no corr¨ªa ning¨²n riesgo, pero desde aquellas trincheras la artiller¨ªa y los carros de combate serbios martirizaron la ciudad ante la inoperancia de los soldados brit¨¢nicos de la ONU. Te¨®ricamente, los serbios no pod¨ªan estar a menos de tres kil¨®metros de la ciudad.En mayo de 1995, durante la ¨²ltima y gran ofensiva serbia, los cascos azules brit¨¢nicos fueron capturados como rehenes. Los soldados bosnios fueron capaces de contrarrestar el ataque y en una operaci¨®n nocturna y por sorpresa tomaron una cima estrat¨¦gica desde la que causaron numerosas bajas a las filas serbias. Las trincheras a 200 metros del centro est¨¢n hoy vac¨ªas.

El mayor homenaje que merece la resistencia de Gorazde es el corredor clandestino por el que miles de hombres, civiles y militares entraron y salieron del enclave en la oscuridad de la noche, arriesgando la vida a trav¨¦s de las l¨ªneas serbias y campos de minas. Era un viaje extremadamente peligroso que hac¨ªan columnas humanas de hasta 1.000 personas. Iban de Gorazde a Grebac cerca de Trnovo, en mula y a pie, para cargar alimentos, medicinas, armas ligeras y munici¨®n.

Cuando Trnovo, en cuya zona se hallaba el dep¨®sito de suministros para Gorazde, cay¨® en poder serbio, las columnas tuvieron que llegar hasta Sarajevo a trav¨¦s de los montes Trebevic e Igman. Durante casi 15 meses los serbios no tuvieron conocimiento de la existencia del corrector clandestino, que mantuvo vivo el enclave asediado. Seha recuerda con la sonrisa en los labios la experiencia de uno de sus viajes por el corredor, en el que regres¨® a Gorazde a trav¨¦s de la nieve junto a su mujer y sus dos hijos de siete a?os y 12 meses que estaban refugiados en Sarajevo.

La resistencia de Gorazde tiene otros dos nombres propios sin los cuales la ciudad habr¨ªa capitulado: el Drina y la madera abundante en los montes del enclave. Junto al agua y la le?a, las ¨¢reas cultivables del r¨ªo permitieron la supervivencia. Los convoyes de ayuda humanitaria s¨®lo han empezado a llegar con regularidad (dos a la semana) desde la firma del acuerdo de paz.