Craioveanu da la victoria a la Real

El partido discut¨ªa la resurrecci¨®n de la Real Sociedad, insolente en los desplazamientos pero insolvente en Anoeta y la decadencia del Racing agudizada tras las destituciones de su t¨¦cnico, Vicente Miera, y el capit¨¢n, Quique Seti¨¦n, el pasado s¨¢bado. Al final lo que en verdad triunf¨® fue la apat¨ªa resuelta finalmente de forma ag¨®nica por la Real Sociedad.Los donostiarras se sintieron superiores desde el minuto 9, cuando obtuvieron el primer gol precedido de una posible falta a Ceballos. La inoperancia del Racing, tan laborioso como ingenuo, le propon¨ªa una tarde fr¨ªa pero placentera. La Real Sociedad se dispuso para disfrutar de una buena siesta. Por m¨¢s que el trabajo de Villabona y Mutiu le robara demasiados balones en el c¨ªrculo central, la ineficiencia t¨¦cnica de ambos se los devolv¨ªa con prontitud.

Tras un posible penalti en el ¨¢rea local, el Racing obtuvo fruto a su presi¨®n con un disparo afortunado de I?aki que descoloc¨® a Alberto tras ser desviado por un defensa. El orden hab¨ªa otorgado al Racing mayores opciones. Mutiu anulaba a Karpin y empujaba m¨¢s arriba a sus compa?eros, poco comprometidos en las tareas defensivas. La entrada de Faizulin le dio, adem¨¢s, velocidad para buscar el contragolpe, aunque en verdad la victoria se antojaba un premio excesivo.

La Real Sociedad vio convertido su sue?o en pesadilla y pis¨® el acelerador buscando superar por velocidad a una defensa especialmente lenta. El bot¨ªn lo hall¨® en su costado izquierdo, donde el joven Nen¨¦ era incapaz de imponer peaje a las incursiones de De Paula. Su sustituto Roncal agudiz¨® todos los males. Sin embargo, la Real fallaba en el remate y apenas apunt¨® un cabezazo manso de Idiakez y un disparo de Karpin.

Pero en esto lleg¨® Craioveanu reci¨¦n incorporado al encuentro, y a falta de cinco minutos envi¨® un zapatazo tan lejano como desesperado que super¨® a Ceballos, sorprendido por la decisi¨®n del rumano y la precisi¨®n de su disparo. La Real Sociedad recobr¨® la calma, pag¨® su deuda con Anoeta (donde hac¨ªa meses que no ganaba) y resucit¨® a su presunto goleador especialmente discutido. El Racing se qued¨® solo con su encomiable espect¨¢culo de sudor y esfuerzo pero sin recompensa alguna.