Gonz¨¢lez, intentara hoy desarmar los recelos de Guterres frente a Espa?a
Puede parecer parad¨®jico, pero la primera cumbre entre jefes de Gobierno socialistas de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica va a resultar m¨¢s complicada que las que se celebraron hasta ahora entre Felipe Gonz¨¢lez y su hom¨®logo de centroderechaAn¨ªbal Cavaco Silva. Los socialistas lusos se han convertido en los abanderados de un nacionalismo te?ido de antiespa?olismo que el presidente del Gobierno espa?ol intentar¨¢ hoy y ma?ana combatir desarmando las reservas frente a Espa?a del nuevo Ejecutivo de Portugal.
Esta noche se inicia en Madrid, con una cena en el palacio de la Moncloa, la cumbre anual hispano-lusa, a la que asiste por primera vez el primer ministro socialista Antonio Guterres, acompa?ado por cinco de sus ministros y un secretario de Estado. Concluir¨¢ ma?ana con otra cena, ofrecida por Guterres a su anfitri¨®n espa?ol en su Embajada.
A lo largo de la campa?a electoral que precedi¨® a las legislativas de octubre, los socialistas lusos acusaron a Cavaco Silva de haber claudicado ante Espa?a. Su carencia de mayor¨ªa absoluta en el Parlamento hace temer ahora, se?alan fuentes diplom¨¢ticas espanolas, que intenten granjearse simpat¨ªas resucitando el antiespa?olismo difuso a¨²n arraigado en la sociedad portuguesa.
En Espa?a apenas se habla de ello, pero en Portugal se publican r¨ªos de tinta sobre la negociaci¨®n del Convenio para el Aprovechamiento de los Recursos H¨ªdricos Transfronterizos entre ambos pa¨ªses vecinos. Con algunas excepciones, pol¨ªticos, expertos y periodistas lusos reprochan a las autoridades espafiolas, en cuyo territorio nacen los r¨ªos comunes, querer privar de agua a Portugal.
Esta negociaci¨®n constituye el term¨®metro de la relaci¨®n bilateral. La consecuci¨®n del acuerdo es dif¨ªcil, porque el agua no abunda y adem¨¢s Espa?a desea llevar a cabo una pol¨ªtica de trasvases. El Ministerio de Obras P¨²blicas espa?ol ha sometido una propuesta global ante la que el Ministerio de Negocios Extranjeros luso,
que lleva la negociaci¨®n, ha dado la callada por respuesta.
Gonz¨¢lez transmitir¨¢ a Guterres su voluntad de lograr un acuerdo h¨ªdrico en el plazo m¨¢s breve posible pero teniendo en cuenta la elaboraci¨®n del Plan Hidrol¨®gico espa?ol. Intentar¨¢ adem¨¢s convencerle de la necesidad de que, juntos, den un impulso a la negociaci¨®n estancada por razones, se cree en Madrid, m¨¢s pol¨ªticas que t¨¦cnicas. No s¨®lo en este asunto ser¨¢ necesario hacer un esfuerzo para superar los recelos mutuos.
El Gobierno espa?ol tratar¨¢ tambi¨¦n de que sus correligionarios lusos den su acuerdo pol¨ªtico para negociar un marco legal que permita incrementar la ense?anza universitaria del castellano mediante, entre otras medidas, la creaci¨®n de licenciaturas en las tres grandes universidades en las que no existen (Evora, Nova de Lisboa y Oporto). A la diplomacia espa?ola le resulta algo parad¨®jico que las autoridades de Brasil, el otro gran pa¨ªs lus¨®fono, den m¨¢s facilidades legales a la aprendizaje del castellano que las de Portugal.
Juntos frente a Canad¨¢ en la guerra del flet¨¢n negro, en abril, Portugal se queja ahora de que Espa?a se ha llevado la tajada (69%) de la cuota de ese pescado atribuida a la Uni¨®n Europea, de la que s¨®lo le ha correspondido un 28% aunque revindicaba el 48%. Ya en la Pen¨ªnsula, la delimitaci¨®n de la zona mar¨ªtima de la desembocadura del Guadiana, establecida unilateralmente por Portugal, suscita adem¨¢s frecuentes peleas entre pescadores de ambos pa¨ªses.
No todo, sin embargo, est¨¢ marcado por la desconfianza entre Madrid y Lisboa. Prueba de ello es que ma?ana se firmar¨¢n los acuerdos para construir cuatro puentes: sobre el r¨ªo Tanega, entre Feces de Abaixo y Valaverde da Ra¨ªa; sobre el Caya, entre Badajoz y Elvas; sobre el Agueda, entre Frejeneda y Barca da Alba; y sobre el Manzanas, entre San Mart¨ªn de Pedrosa y Quintanilla.
Primer proveedor
En la ¨²ltima d¨¦cada, Espa?a y Portugal se han convertido en socios econ¨®micos de primera magnitud. El comercio de Espa?a con su vecino peninsular supera el que mantiene con toda Latinoam¨¦rica. En los 10 primeros meses del a?o pasado, las exportaciones espa?olas alcanzaron los 784.183 millones de pesetas -las importaciones se elevaron a 348.017 millones-, convirtiendo a Espa?a en el primer proveedor y en el tercer cliente de Portugal. El super¨¢vit comercial espa?ol es impresionante.El vecino occidental de Espa?a es, adem¨¢s, el primer destino de la inversi¨®n directa espa?ola en el extranjero. Espa?a es el primer inversor en Portugal, ha superado al Reino Unido, y en 1994, a?o r¨¦cord, las empresas espa?olas le dedicaron 245.000 millones de pesetas.
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