Incertidumbres populares

Sin duda, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su compacto equipo (y ¨¦sa es quiz¨¢ su mayor virtud: saber crear equipo) han realizado un serio esfuerzo para orientar hacia el centro un partido que se ubicaba en regiones pr¨®ximas a la extrema derecha, cautivando este voto en una opci¨®n democr¨¢tica. Sin duda, tambi¨¦n, han llevado a cabo al tiempo una regeneraci¨®n (en sentido literal, demogr¨¢fico) del PP. Creo que esta doble din¨¢mica de renovaci¨®n ideol¨®gica y generacional es la clave de su eventual triunfo y, me atrevo a pensar, la clave de los futuros.Desde luego, ya el simple dato de que la derecha alcance el poder por v¨ªa democr¨¢tica no s¨®lo cierra por completo la transici¨®n (los herederos naturales de la clase pol¨ªtica franquista regresan al poder pasando por las urnas), realzando el vigor de la Constituci¨®n de 1978 como refundaci¨®n de todas las fuerzas pol¨ªticas, sino que cierra tambi¨¦n una largu¨ªsima tradici¨®n de pol¨ªtica conservadora antidemocr¨¢tica que cabe remontar al menos a 1923. Es adem¨¢s el primer resultado de un profundo cambio generacional del cuerpo electoral (de casi 10 millones desde 1982) que permite dejar atr¨¢s (?superar?) la cultura pol¨ªtica heredada de la oposici¨®n antifranquista. Entramos de lleno, pues, en el post-franquismo.Y no es casual, desde luego, que la renovaci¨®n de la derecha haya tenido que pasar por una renovaci¨®n generacional. En l¨ªneas generales, la ¨¦lite del PP pertenece a la generaci¨®n siguiente a aquella que lider¨® la transici¨®n. Era inevitable; si quienes ten¨ªan en 1975 m¨¢s de 40 a?os se hab¨ªan integrado en las estructuras franquistas y / o en la UCD, su oposici¨®n estaba en el PSOE o en el PC, de modo que la renovaci¨®n de la derecha ha sido causa y efecto de un cambio generacional. Esto abre un primer interrogante, pues las experiencias vitales que han conformado esa generaci¨®n que hoy tiene alrededor de 35 / 45 a?os son distintas y en igual modo lo es su sensibilidad y su modo de estar en el mundo. Por poner s¨®lo un ejemplo: no sienten la democracia como una conquista propia, sino como un dato. Buena parte del recelo hacia Aznar de otros l¨ªderes (Gonz¨¢lez o Pujol) o del apoyo del PP entre los j¨®venes tiene mucho que ver con esa diversa sensibilidad generacional.

Pero, igual que detr¨¢s de Aznar est¨¢ Fraga, detr¨¢s de esa nueva generaci¨®n se encuentra el macizo de viejos votantes de AP y de extrema derecha, grupo que crece a medida que nos movemos desde G¨¦nova hacia la periferia y desde la c¨²pula a la base y que tiene tambi¨¦n su representaci¨®n en los l¨ªderes populares. La derecha espa?ola, tambi¨¦n al menos desde 1923, ha sido autoritaria en lo pol¨ªtico, proteccionista e intervencionista en lo econ¨®mico e incluso integrista (o tradicionalista) en lo cultural. Pues bien, la tensi¨®n existente entre unas bases educadas en el corporativismo cat¨®lico, la intervenci¨®n estatal y la funci¨®n p¨²blica, de tina parte, y unas ¨¦lites que beben no ya de Smith, sino de Von Hayek (cuando no de Thatcher), de otra, es mucho mayor que la existente entre el centro izquierda socialdem¨®crata del PSOE y su ala guerrista o socialista. El PSOE se mueve en un espacio ideol¨®gico que va desde la izquierda al centro, desde el 3 al 5. El PP se mueve entre el 5 y el 10, desde el centro liberal hasta la m¨¢s extrema derecha.

Ese ampl¨ªsimo recorrido ideol¨®gico, que explica el largo "silencio program¨¢tico" del PP, abre un serio interrogante de futuro, pues resulta dif¨ªcil a priori saber si su Gobierno ser¨¢ finalmente liberal o intervencionista, tolerante o integrista, o en qu¨¦ medida y d¨®nde ser¨¢ uno o lo otro. De modo que, partiendo de esa incertidumbre, que no hace sino reflejar tensiones de la cultura pol¨ªtica espa?ola, la pregunta clave ahora y de cara al 3 de marzo es la siguiente: ?cu¨¢l es el resultado electoral que puede ayudar al PP a continuar esa aproximaci¨®n al centro, pero ahora desde el Gobierno? O, visto desde fuera, ?c¨®mo hacer que el PP se vea forzado a gobernar en clave centrista y liberal? La respuesta, en la pr¨®xima columna.