?Qui¨¦n controla el Congreso de EE UU?
Diputados republicanos desaf¨ªan a sus l¨ªderes y dificultan el pacto con Clinton
?Qui¨¦n controla el Congreso de Estados Unidos? Bob Dole, desde luego, no. Newt Gingrich, s¨®lo a veces. Un grupo de nuevos congresistas republicanos, convencidos de que fueron elegidos para cambiar las viejas costumbres del sistema pol¨ªtico norteamericano, desaf¨ªa con frecuencia la autoridad de sus l¨ªderes y ha convertido el Capitolio en una caja de sorpresas. Lo que el presidente Bill Clinton negocia con los dos principales dirigentes republicanos no es, muchas veces, la ¨²ltima palabra, y cualquier perspectiva de soluci¨®n de la crisis presupuestaria se hace as¨ª a¨²n m¨¢s incierta.Gingrich, presidente de la C¨¢mara de Representantes, dijo la pasada semana que hab¨ªa llegado el momento de levantar la prohibici¨®n de nuevo endeudamiento al Gobierno con el fin de evitar que Estados Unidos se declare insolvente ante sus acreedores. Gingrich entendi¨® que el conflicto pol¨ªtico entre republicanos y dem¨®cratas no puede llevar al pa¨ªs hasta ese punto. Pocos d¨ªas despu¨¦s, Dole, l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, respald¨® la posici¨®n de Gingrich, pero reconoci¨® que no ten¨ªa ni idea de si el resto de los congresistas aceptar¨ªan la propuesta. Algunos de ellos se hab¨ªan quejado en p¨²blico de la intenci¨®n de sus jefes de dar ox¨ªgeno al presidente Clinton.
El diario The Washington Post, que ha hecho una investigaci¨®n de varias semanas sobre el desarrollo de la crisis presupuestaria, ha relatado c¨®mo, en varias ocasiones, los congresistas republicanos m¨¢s radicales bloquearon acuerdos que Gingrich y Dole hab¨ªan alcanzado con Clinton.
Son un ej¨¦rcito de 73 hombres y mujeres, todos ellos elegidos en 1994, que deciden frecuentemente las votaciones en la C¨¢mara de Representantes. Son conocidos por el t¨¦rmino ingl¨¦s freshmen (los nuevos, los de refresco). Sin ellos o contra ellos se ha hecho imposible legislar en Estados Unidos -los republicanos tienen 236 de los 435 puestos en la C¨¢mara baja-, pero con ellos es muy dif¨ªcil encontrarse en un punto intermedio. "Estamos aqu¨ª para cumplir un mandato pupular: cambiar la forma en que se hacen las cosas en Washington", afirma el representante David McIntosh, de Indiana.
"?ste es el m¨¢s puro y sano grupo de l¨ªderes pol¨ªticos que han sido elegidos en toda mi vida", considera otro de los miembros del clan, el representante Zach Wamp, de Tennessee.
Dole y Gingrich tienen diferentes estrategias para tratar con ellos, porque ambos tienen tambi¨¦n diferente relaci¨®n con este ej¨¦rcito de debutantes. El veterano senador quiere, simplemente, marginarlos. Para Dole, constituyen una amenaza para sus intenciones presidenciales, en la medida en que los freshmen no dudan en tomar decisiones impopulares (como cerrar el Gobierno) para defender sus ideas. Para Gingrich, en cambio, son sus muchachos, los que le encumbraron como l¨ªder.
En diciembre pasado, despu¨¦s de que se supo que uno de los m¨¢s influyentes freshmen, Charles Stenholm, de Tejas, hab¨ªa impedido un compromiso para reabrir el Gobierno, los periodistas le preguntaron a Gingrich que qu¨¦ pensaba hacer con ese grupo rebelde. "Nada", contest¨®, "?Por qu¨¦ tendr¨ªa que hacer algo contra mis freshmen? Ellos son los que nos han convertido en mayor¨ªa".
Los freshmen respetan a Gingrich -"Io vemos como el profesor, como nuestro entrenador", ha dicho la congresista Sue Kelly, de Nueva York-, pero no dudan en negarle el respaldo cuando consideran que los principios que defienden est¨¢n siendo violentados. "Ven a Gingrich como un l¨ªder, pero al mismo tiempo sospechan un poco de ¨¦l. Lo ven demasiado proclive a llegar a compromisos", opina Paul Weyrich, presidente de una fundaci¨®n privada que estudia el funcionamiento del Congreso y que en ocasiones ha asesorado a Gingrich.
El programa de estos j¨®venes turcos conservadores es breve pero radical. Su misi¨®n principal es la de acabar con el d¨¦ficit presupuestario, pero reduciendo dr¨¢sticamente los impuestos. Han advertido que no aceptar¨¢n ning¨²n acuerdo sobre el d¨¦ficit que no incluya esa condici¨®n. Son tambi¨¦n muy activos en la defensa de leyes que limiten el derecho al aborto, en la eliminaci¨®n de la influencia de los lobbies sobre los congresistas y en las cr¨ªticas a que Estados Unidos participe en misiones de paz de las Naciones Unidas
Aunque uno de sus l¨ªderes, el epresentante McIntosh, ha prometido que los freshmen no har¨¢n "nada que dificulte el cumplimiento del programa republicano", el propio McIntosh y otros de sus hombres protagonizaron un peque?o mot¨ªn en octubre pasado, cuando otro novato, Mark Neumann, fue apartado del Subcomit¨¦ de Seguridad Nacional por votar en contra del presupuesto de defensa. Gingrich sofoc¨® la revuelta colocando a Neumann en el importante Comit¨¦ de Presupuesto. Actos de indisciplina como ¨¦se pueden repetirse en la medida en que Gingrich y Dole, ambos escasos de popularidad, se ven obligados a aceptar algunas de las ofertas de Clinton para no aparecer c¨®mo demasiado radicales ante los electores.
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