Poyatos abre las puertas del M¨¦rida
El Valencia se exhibe ante el M¨¦rida en su cuarta victoria consecutiva
El Valencia vive momentos de felicidad. Nueve goles en dos partidos y cuatro victorias consecutivas en Liga no dejan lugar a dudas del grado de armon¨ªa entre el t¨¦cnico, Luis Aragon¨¦s, y sus jugadores. Ayer volvi¨® a exhibirse ante un rival, el M¨¦rida, hasta ahora indigesto para todos los grandes. Y lo hubiera sido para el Valenca si, a la media hora, el centrocampista Poyatos no hubiera desactivado la arquitectura emeritense con un arranque de bravura.A partir de ah¨ª, abiertas las puertas visitantes, el Valencia plasm¨® todo el estado de euforia que registra su juego y. todas las distancias que lo separan del M¨¦rida. El conjunto de Sergio Kresic rompe as¨ª otra trayectoria apreciable: cuatro choques sin perder y tres sin encajar ni un gol. Al final, Luis Aragon¨¦s premi¨® con el cambio a Mijatovic y el p¨²blico retron¨® el estadio en homenaje al montenegrino.
Aunque el arranque del partido perteneci¨® a los hombres de Kresic. Una nube rojiza -el color del M¨¦rida- se despleg¨® por Mestalla con la intenci¨®n de aturdir al equipo local. Y lo logr¨® durante media hora interminable.
En el M¨¦rida defienden hasta los reservas. Todos menos el colombiano Guerrero, que aguarda con esp¨ªritu depredador las escasas ocasiones que se le presentan. En una de ellas prob¨® a un debutante en la categor¨ªa, el guardameta Bartual, sustituto del por una vez lesionado Zubizarreta. Ante la mirada escrutadora del estadio, Bartual respondi¨® con una bella estirada al disparo parab¨®lico de Guerrero (m. 25). En esos instantes, el M¨¦rida se defend¨ªa de manera ordenada y efectiva. Hasta que apareci¨® Poyatos.
Cuando falla la t¨¦cnica, bienvenido es el coraje. Y cuando las sutilezas de Mijatovic y Fernando se volv¨ªan est¨¦riles para romper el blindaje defensivo extreme?o, Poyatos lo hizo por las bravas. Embisti¨® con fe por el centro de la zaga y por all¨ª logr¨® desgarrar la tela de ara?a que dise?¨® Kresic.
Abierta la veda, Mijatovic se dispuso a cobrar su pieza ante el delirio del p¨²blico. Recogi¨® un pase profundo de Mazinho, encar¨® al meta Leal, lo quebr¨® hacia la derecha con facilidad y dispar¨® a puerta vac¨ªa (m. 39). Un ejercicio casi rutinario para la clase del montenegrino que abri¨® los mejores momentos del Valencia, superada ya la agon¨ªa del comienzo.
El Valencia preparaba un banquete tras el descanso. Propulsado por el brasile?o Mazinho y Camarasa, el equipo de Luis Aragon¨¦s sal¨ªa disparado para devorar el espacio que ahora descubr¨ªa a sus espaldas el M¨¦rida, que para entonces ya ped¨ªa clemencia. Las llegadas se suced¨ªan, lo que anunciaba un goteo de goles. Se produjo, aunque m¨¢s por insistencia que por acierto.
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