El calvo acaba con la caspa
El Barca derrota al Zaragoza de la mano del f¨²tbol luminoso de Iv¨¢n de la Pe?a
Y la metieron no una sino dos y hasta tres veces como no suced¨ªa desde que Pujol perdi¨® la mayor¨ªa absoluta. Y De la Pe?a marc¨® un gol desde medio campo y se abraz¨® a Cruyff para celebrarlo. Y el Camp Nou se llen¨® de pa?uelos blancos para vitorear el tanto del calvo. Y la hinchada miraba una y otra vez el reloj pidiendo que aquello no acabara. Fue un cuento de hadas. Una radiante tarde inviernal tras un sinfin de jornadas de tormenta.Por fin, un d¨ªa de f¨²tbol, una tarde en paz en el estadio, una noche para llegar a casa, cenar a gusto, poner la tele y grabar los dos goles de lo pelat. La visita del Zaragoza dej¨® como legado la comuni¨®n entre la grada y la cancha y un punto de inflexi¨®n en un club azotado por las luchas fraticidas. Renacen las virtudes teologales en un colectivo que renegaba de su carn¨¦ ante el altar. Puede que el Barca vuelva ma?ana al ayer, pues los buenos momentos nunca tuvieron hasta ahora continuidad, pero hoy hay alguien en quien creer hasta al menos el jueves en que se presenta el pr¨®ximo partido.
No costar¨¢ llegar a Soria para afrontar la defensa numantina con el recuerdo que dej¨® Iv¨¢n de la Pe?a en la tarde de ayer. Nunca media jornada invitaba tanto al optimismo: sali¨® el sol de una vez y Cruyff cant¨® una alineaci¨®n que gust¨® incluso a N¨²?ez.
Los azulgrana salieron vencedores en los mano a mano entablados en los sectores decisivos del campo. Busquets aguant¨® los remates de Poyet y Dani cuando el partido arrancaba y De la Pe?a firm¨® las tres jugadas de gol. La primera lleg¨® pronto. Llevaban Prosinecki y Figo dos remates fallidos cada uno cuando el calvo agarr¨® el cuero y le telegrafi¨® un pase de gol al ariete. Y ?scar, un tipo listo donde los haya, no perdon¨®.
La embestida local dur¨® justamente un cuarto de hora Luego el partido se fue serenando, los dos equipos asentaron su sistema defensivo y s¨®lo el intervencionismo del ¨¢rbitro alter¨® un discurso futbol¨ªstico plano hasta el descanso. La reanudaci¨®n aventuraba una segunda parte de dif¨ªcil doma para unos y otros cuando apareci¨® de nuevo la calva de Iv¨¢n. Escondido, a rebufo de la defensa en l¨ªnea que tiraba el Zaragoza hasta la l¨ªnea de medios sali¨® disparado para echarle el lazo a un regalo de Sergi. El bal¨®n corrido por el zurdo acab¨® en los pies del peque?o buda y despu¨¦s en la red de Juanmi.
La segunda aparici¨®n divina de De la Pe?a no result¨®, sin embargo, una sentencia al partido como se presum¨ªa. Higuera se interpuso acto seguido con otro golazo. Pero tampoco dur¨® mucho la duda que embarg¨® al estadio. El pelado aguard¨® en su parcela uno de esos balones que siempre caen cuando el grupo forastero arrea a por el empate. Y, cuando lo tuvo, enfil¨® el campo contrario, arque¨® la ceja como quien apunta y justo despu¨¦s de pasar la divisoria pic¨® el cuero para que, desde m¨¢s de 48 metros, sobrepasara a Juanmi. Fue gol. Claro. Y el Camp Nou qued¨® reflejado en la calva del pelado.
Tras muchas jornadas de oscuridad, el calvo acab¨® con el f¨²tbol casposo del equipo e ilumin¨® el Camp Nou por una tarde.
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