"Las empresas reciben bien a nuestros titulados"
Gregorio Peces-Barba, madrile?o de 58 a?os, conducir¨¢ la Universidad Carlos III (6.000 alumnos) hasta el umbral del a?o 2000. Las elecciones al rectorao est¨¢n convocadas para el pr¨®ximo d¨ªa 22, pero la mesa el claustro certific¨® la semana asada su triunfo adelantado: fue la ¨²nica candidatura que se present¨®. Peces-Barba recibi¨® ayer a este peri¨®dico en su despacho.
Pregunta. ?Tanto respeto impone usted en esta universidad para que nadie se haya atrevido a plantarle cara?
Respuesta. Las cosas no se deben plantear as¨ª. Hay una tarea iniciada, la gente considera que las cosas est¨¢n razonablemente bien hechas y que no hay ning¨²n motivo para que el proyecto no contin¨²e con la persona que lo ha encabezado hasta ahora.
P. ?Se aprox¨ªmala actual Carlos III a la que usted so?¨® en 1989?R. Hemos hecho un esfuerzo para que ¨¦sta fuera una universidad de calidad, y hay una serie de elementos que nos distinguen: n¨²mero de alumnos por aula, planes de estudios, humanidades obligatorias en todas las carreras, profesores con dedicaci¨®n a tiempo completo, limpieza general de los edificios... Se han abierto unas perspectivas investigadoras que ahora mismo nos colocan en un buen nivel. La convocatoria de doctorado de calidad de la Secretar¨ªa de Estado de Universidades del a?o pasado dio como resultado que entre los ocho primeros doctorados de Espa?a hay cuatro de la Carlos III. Todo ello me parece significativo, sin perjuicio de que a¨²n tengamos problemas de financiaci¨®n que no nos permiten atender con excelencia las cosas.
P. A juzgar por el n¨²mero de elementos diferenciadores, se dir¨ªa que tiene una pobre impresi¨®n del panorama general de la universidad en Espa?a.
R. ?sa es una, deducci¨®n suya; yo digo que somos diferentes. Tenemos algunas ventajas derivadas de conocer la experiencia de otras universidades y poder introducir correcciones, pero tambi¨¦n est¨¢n los inconvenientes de toda entidad joven. Por ejemplo, no disponemos de tanta holgura de profesorado.
P. Usted ha sido un defensor de los planes de estudios de s¨®lo cuatro a?os. ?Qu¨¦ necesidad hay de concentrar tanto la asimilaci¨®n de conocimientos?
R. Eso requiere una explicaci¨®n fundamentalmente econ¨®mica. Los ciudadanos saben as¨ª que se utiliza el dinero lo mejor posible, porque esto es una universidad p¨²blica y hay que intentar administrar bien. Y en cuatro a?os est¨¢ demostrado que se pueden tener m¨¢s horas de clase que las que se tienen en cinco. Hasta ahora la gente estaba acostumbrada a que el periodo universitario fuera muy distendido, pero aqu¨ª hemos, abogado por una dedicaci¨®n mayor. Cuando a un campe¨®n ol¨ªmpico se le obliga a hacer un esfuerzo grande de preparaci¨®n, los resultados son mejores; aqu¨ª ocurre lo mismo.
P. Pero entre los universitarios madrile?os sigue existiendo una cierta cultura de compaginar los estudios con alguna ocupaci¨®n laboral, siquiera de supervivencia.
R. Lo (te trabajar mientras se estudia es m¨¢s un buen deseo que una realidad, porque tampoco el mercado laboral est¨¢ como para aceptar estudiantes, salvo en tareas muy, secundarias. Aqu¨ª apostamos por las becas internas: no menos de un centenar de alumnos trabajan en el campus. Hay una minor¨ªa de alumnos, que no logra, seguir el ritmo del trabajo, y se va: ¨¦se es. un momento doloroso, pero una buena planificaci¨®n de la universidad exige este tipo de cosas.
P. De los 250 claustrales que le refrendar¨¢n como rector, s¨®lo 45 son alumnos. Con este exiguo 18% de representaci¨®n estudiantil puede dar la impresi¨®n de que: los catedr¨¢ticos son los que proponen y los que disponen.
R. Si esa impresi¨®n se da, es una buena impresi¨®n. Esto es un servicio p¨²blico con unos usuarios, pero quienes tenemos unos criterios de mayor estabilidad y permanencia somos los que estamos permanentemente en la universidad. La mayor parte de los estatutos se hicieron en un momento en que se viv¨ªan las secuelas del franquismo y se daban a los estudiantes privilegios exagerados para evitar problemas de orden p¨²blico. Los gobernadores siempre dec¨ªan: "Nada, nada, lo que digan los estudiantes con tal de que- no haya l¨ªos". Ahora estamos en una situaci¨®n de normalidad democr¨¢tica, y los universitarios deben tener la representaci¨®n que tienen.
P. En la Carlos III hay s¨®lo cuatro convocatorias por asignatura. ?C¨®mo se le explica a un alumno suyo que en cualquier otra universidad p¨²blica, tambi¨¦n con dinero del Estado, s¨ª se goza de seis oportunidades para aprobar?
R. Hay que tener en cuenta la valoraci¨®n de quienes luego van a recibir a unos y otros estudiantes. Cada universidad es libre de hacer lo que quiera, pero estamos en una sociedad competitiva y de mercado, y las empresas reciben bien a nuestros titulados. El esfuerzo acad¨¦mico tiene una valoraci¨®n final interesante.
P. Dentro de sus prioridades para estos pr¨®ximos cuatro a?os, ?qu¨¦ lugar ocupa la intensificaci¨®n de las relaciones, con la ciudad de Getafe?
R. El contacto es amplia, pero estamos estudiando mejorarlo, porque ha habido cr¨ªticas, incluidas las de EL PA?S. De todos modos, la funci¨®n primordial de la universidad no es, relacionarse con Getafe, sino que las chicas y chicos de la ciudad puedan estudiar y beneficiarse d¨¦ este servicio.
P. ?Le irrita seguir escuchando a sus detractores eso de que ¨¦sta es una universidad "en el sur pero no para el sur?"
R. Eso me parece una tonter¨ªa suprema. La otra opci¨®n era haber hecho un aparcamiento de estudiantes para que la gente pobre de Madrid viniera aqu¨ª sin apenas desplazamientos, pero tal pretensi¨®n resultar¨ªa ofensiva para esos sectores. El que gentes de la zona rica quieran venir a estudiar aqu¨ª significa que hay nivel. Y s¨ª es cierto que hay un sector de la burgues¨ªa cuyas familias respiran cultura y esos hijos parten con una ventaja frente a los de esta zona, pero la gente del sur ha suplido esa desventaja con un esfuerzo admirable.
P. Despu¨¦s de varios meses de c¨¢balas, el consejero de Educaci¨®n, Gustavo Villapalos, ha optado por radicar la sexta universidad madrile?a entre M¨®stoles y Alcorc¨®n. ?Le parece una medida acertada?
R. ?ste es un tema, pol¨ªtico y no me corresponde valorarlo, pero los rectores madrile?os s¨ª tenemos claro que esa decisi¨®n pol¨ªtica en ning¨²n caso puede menoscabar los medios y las necesidades de las universidades ya existentes. Lo dem¨¢s me parece todav¨ªa muy vaporoso.
P. ?Su etapa como responsable universitario le ha servido para resarcirse de los sinsabores de la vida pol¨ªtica?
R. S¨ª, con matices. Lo que puedo decir con toda tranquilidad es que estos a?os de dedicaci¨®n plena a la universidad son los m¨¢s felices de mi vida. Ahora bien, haber participado en la formaci¨®n del PSOE en la clandestinidad, haber organizado el grupo parlamentario, haber intervenido en la Constituci¨®n y presidido el Congreso me parece honros¨ªsimo. Pero mi vocaci¨®n es ser profesor y soy feliz investigando y dando clases. Trabajo en lo m¨ªo, y ¨¦ste es un punto de no retorno.
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