Baigorri achaca su huida a al estr¨¦s
?lvaro Baigorri Arina, el empresario de 60 a?os que durante 11 d¨ªas mantuvo en jaque a la polic¨ªa espa?ola con su falso secuestro, se confiesa perplejo ante su propia peripecia. "Cuando despert¨¦ y vi lo que hab¨ªa sucedido me dije: '?Qu¨¦ barbaridad!'. He hecho cosas que en la vida se me pasar¨ªan por la imaginaci¨®n", explica este hombre, que culpa de su "chaladura" al estr¨¦s. Baigorri, propietario de un importante concesionario Audi-Volkswagen en Madrid, casado y con una hija, se march¨® de su casa el lunes 15 de enero rumbo al aeropuerto de Barajas. Supuestamente iba a volar a Barcelona por cuesti¨®n de negocios. Nunca lo hizo. Pese a recoger la tarjeta de embarque, el empresario se subi¨®, como luego se averigu¨®, a otro avi¨®n con destino a Santo Domingo. Al d¨ªa siguiente de su desaparici¨®n, la familia present¨® denuncia y el Ministerio del Interior, ante la posibilidad de un secuestro, orden¨® una impresionante movilizaci¨®n policial."Agradezco la buena fe que pusieron en localizarme, de verdad, se lo agradezco a todos", comenta Baigorri, quien asegura no acordarse bien de lo que hizo en el Caribe. "He estado perdido", a?ade en conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico. Su reaparici¨®n no fue menos estruendosa que su huida. El viernes 26 de enero llam¨® desde Quintanar de la Orden (Toledo) a su casa para comunicar que hab¨ªa sido liberado de un secuestro. Cuando lleg¨® a su domicilio -repeinado, trajeado y con un in¨¦dito bigote-, cont¨® a los agentes una historia inveros¨ªmil, que se iniciaba con un secuestro a plena luz del d¨ªa en el aeropuerto -con narc¨®tico incluido-, segu¨ªa con un cautiverio salpicado de buenos alimentos y acababa con una liberaci¨®n en la que los secuestradores mostraron el suficiente tacto como para afeitarle con mimo -de ah¨ª el bigote- y entregarle 200.000 pesetas para regresar a su domicilio.
?lvaro Baigorri: "A m¨ª me dicen que eso le ha pasado a otro y no me lo creo"
"F¨ªjese, a m¨ª me dicen que eso le ha pasado a otro y no me lo creo", comenta Baigorri sobre su secuestro. Y as¨ª fue. Su rocambolesca versi¨®n se derrumb¨® la misma noche de su reaparici¨®n, en un segundo interrogatorio ante los expertos en secuestros de la Brigada de Polic¨ªa Judicial de Madrid.
Reconoci¨® entonces su farsa -lo que le ha acarreado una acusaci¨®n por simulaci¨®n de delito- y confes¨® que al regresar el martes 23 de enero de Santo Domingo hab¨ªa le¨ªdo en el avi¨®n un peri¨®dico en el que se hac¨ªa menci¨®n de su desaparici¨®n (aquel d¨ªa El PA?S public¨® que la polic¨ªa dudaba de su secuestro y que hab¨ªa abierto su caja fuerte en busca de pistas). La noticia le puso nervioso, as¨ª que nada m¨¢s pisar tierra viaj¨® en tren a Almer¨ªa -all¨ª permaneci¨® hasta el d¨ªa 25-. Luego se traslado hasta Alc¨¢zar de San Juan y de ah¨ª en taxi a Quintanar, donde anunci¨® su liberaci¨®n.
"Mire, estaba tan mal, tan mal... Fue un transtorno muy grande. Tengo incluso lagunas de memoria; no s¨¦ ni lo que pas¨® durante algunos d¨ªas. Se han dicho muchas cosas de las que no me he enterado ni yo", cuenta ahora Baigorri quien niega el supuesto m¨®vil econ¨®mico de su desaparici¨®n.
?Y por qu¨¦ desapareci¨® entonces? Baigorri contesta: "Durante 34 a?os he llevado una vida ordenada, en un mismo sitio y con toda normalidad. He entrado todos los d¨ªas a las siete y media de la ma?ana a trabajar, he comido en el negocio, y he vuelto a casa a las nueve de la noche. Pero la dichosa vida... Llegan unas peque?as amenazas, m¨¢s los problemas, m¨¢s mi propia introversi¨®n y ya ve, un buen d¨ªa... me llega mi propia subnormalidad", comenta el empresario, quien se excusa por no poder facilitar m¨¢s informaci¨®n sobre sus andanzas: "Estoy ahora mismo bajo tratamiento m¨¦dico. Me han hecho resonancias y encefalogramas y no estoy del todo bien. Quisiera hablar de lo ocurrido, pero m¨¢s adelante, cuando este m¨¢s recuperado".
Familia unida
Pese a sus males, el due?o del concesionario de la calle de V¨ªctor de la Serna (Chamart¨ªn) ha vuelto a su trabajo. All¨ª acude todas las tardes, por celo rofesional: "Tengo una marca [Audi-Volkswagen] y la obligaci¨®n moral de darles satisfacciones".
Poco m¨¢s cuenta ?lvaro Baigorri Arina, un hombre que, pese al esc¨¢ndalo suscitado por sus vaivenes, se siente arropado por su familia. "Se han unido a m¨ª, como un pu?o. Me han dado todo su apoyo", concluye el empresario.
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