El estornudo de Agnelli
Un modesto jugador belga ha puesto a la UEFA de rodillas. La tenacidad de Jean Marc Bosman ha hecho m¨¢s por la evoluci¨®n de las estructuras del f¨²tbol europeo que el descaro de algunos magnates con ambiciones pol¨ªticas. Europa vive ahora bajo un ambiente confuso. Nadie est¨¢ demasiado seguro de cu¨¢l ser¨¢ el escenario por el que se regular¨¢n las competiciones el a?o que viene. El equilibrio de poderes ha sufrido un inesperado vuelco: la UEFA no impone sino concede, los grandes clubes est¨¢n siendo constantemente llamados a consulta cuando hace un par de meses apenas ten¨ªan voz en las principales instituciones, los sindicatos guardan silencio. Y, todos, todos, miran a Brusellas.Y Bruselas no se aparta un cent¨ªmetro del contenido de la sentencia Bosman. Bruselas recibe a los directivos de la UEFA y no hay negociaci¨®n posible. El centro neur¨¢lgico del f¨²tbol parece haber cambiado de domicilio.
Y la UEFA se ha vuelto repentinamente bondadosa. No puede amenazar y prefiere sugerir. Pide unidad y solidaridad, dos palabras que han estado ausentes de su vocabulario durante d¨¦cadas. Y acepta ampliar la Liga de Campeones bajo un extra?o sistema que, en el fondo, intenta contentar a los clubes que m¨¢s teme, Milan, Juventus, Bayern M¨²nich y Barcelona, adem¨¢s de a los ingleses. Porque, ahora mismo, un estornudo de Agnelli puede hacer m¨¢s ruido que un pu?etazo en la mesa de Johansson.
La UEFA ingresa, s¨®lo por la Liga de Campeones, siete mil millones de pesetas al a?o. Y esa es una parte de sus cuantiosos ingresos, sobre los que no da cuentas a nadie. Como a nadie ha explicado c¨®mo vende los derechos de la Eurocopa y por qu¨¦ se apropi¨® de los derechos de los clubes que participaban en la Copa de Europa amenazando con la expulsi¨®n a todo club que quisiese defenderse ante los tribunales de justicia. La UEFA sabe que detr¨¢s de la sentencia Bosman hay otros efectos: por ejemplo, que la Uni¨®n Europea considere que este organismo viola los reglamentos sobre libre competencia y bloquee buena parte de sus fuentes de ingresos. Bast¨® que la UE hablara de multas y advirtiera de que nada le sirve a la UEFA estar domiciliada en Suiza, para que se modificaran abruptamente ciertos comportamientos.
Entre tanto, algunas Ligas profesionales, que no tienen voz ni voto en la UEFA, se han reunido en Madrid. Hablaron de asuntos tales como los derechos de televisi¨®n y su oposici¨®n a que la UEFA aumente su clientela a fuerza de ampliar sus competiciones (entre la Liga de Campeones, la Recopa, la Copa de la UEFA y la Copa Intertoto participan 200 clubes cuando hace un par de a?os a Europa s¨®lo acced¨ªan 100).
El f¨²tbol europeo pende de un pacto de caballeros que caduca en mayo. Nunca la UEFA vivi¨® una situaci¨®n de tal debilidad. Cualquier contrariedad puede significar un viaje a Bruselas y mencionar la palabra m¨¢gica: Superliga europea al margen de la UEFA. Es decir, una NBA europea. Basta con que estornude Agnelli.
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