Los mercados apuestan por una moneda ¨²nica entre un n¨²cleo reducido de pa¨ªses
El debate sobre la posibilidad de que Europa instaure una moneda ¨²nica en la forma que dicta el Tratado de Maastricht no deja impasible a los mercados. ?stos, seg¨²n la opini¨®n de diversos analistas, apuestan de momento por una uni¨®n monetaria entre Francia, Alemania, Benelux y Austria, pese a que alguno de estos pa¨ªses supere el a?o que viene la barrera del 3% de d¨¦ficit p¨²blico., Y es que no descartan cierta flexibilidad en la interpretaci¨®n de los criterios previstos d¨¦ficit, deuda, inflaci¨®n, tipos de inter¨¦s y tipos de cambio). Algunos expertos creen probable un retraso en los plazos establecidos, que favorecer¨ªa a Espa?a, pero ninguno piensa que se vaya a abandonar la uni¨®n monetaria.Flexibilidad en el d¨¦ficit
"Los inversores parecen estar descontando una uni¨®n econ¨ªmica y monetaria (UEM) nuclear [formada por Francia, Alemania, Benelux y Dinamarca] Los precios actuales del mercado est¨¢n en l¨ªnea con la supuesta aparici¨®n de este escenario a pesar de sus posibles riesgos". La frase, incluida en un informe elaborado por el equipo de analistas de Salomon Brothers (John Lipsky y Kermit L. Schoenholtz) expresa la misma opini¨®n que en Espa?a tienen expertos como Emilio Ontiveros (Analistas Financieros Internacionales) o Ignacio Montejo (FG Inversiones y Bolsa). "Salvo. episodios aislados", dice Ontiveros, "la mejora que est¨¢ experimentando el mercado de bonos es lo que expresa". Montejo apoya su afirmaci¨®n en la trayectoria de los tipos a futuro (forward) a un a?o de plazo. Los pa¨ªses que formar¨ªan ese n¨²cleo apenas tienen diferencia entre sus tipos y los de Alemania, mientras el diferencial de Espa?a se sit¨²a en tres puntos.
Sin embargo, esta apuesta por la Europa nuclear se hace pensando que, a la postre, no habr¨¢ m¨¢s remedio que establecer cierta flexibilidad en los criterios de convergencia que consagra Maastricht, especialmente en la deuda o el d¨¦ficit p¨²blicos (60% y 3% del PIB, respectivamente).
"Parece razonable",` dice Ontiveros, "que con las actuales perspectivas de crecimiento una nueva cumbre europea pueda alterar alguna de las decisiones adoptadas". Seg¨²n los expertos, si Alemania sigue creciendo al 1,5% ser¨¢ dif¨ªcil que termine el ano que viene con un d¨¦ficit interior al 3%, mientras para Francia dan una tasa del 4%, so pena de que el crecimiento se dispare. Ello har¨¢ que se permita. a los pa¨ªses que formen este restrictivo club tener d¨¦ficit algo superiores al que fija Maastricht.
Jos¨¦ Juan Ruiz (Argentaria) cree que esa flexibilidad en la interpretaci¨®n. de criterios la establece el propio Tratado de Maastricht y advierte, como los dem¨¢s analistas,, que flexibilidad no quiere decir relajaci¨®n y que, en cualquier caso, no se decidir¨¢ hasta ver el rumbo que toman Francia y Alemania. El problema a?adido, a?ade, es fijar la desviaci¨®n que se pueda considerar admisible.
Salomon Brothers apunta que si esa desviaci¨®n es fuerte suscitar¨ªa en los mercados dudas sobre la credibilidad fiscal a largo plazo,ya que los pa¨ªses que formasen la moneda ¨²nica podr¨ªan exigir menos disciplina a los pa¨ªses que quedan fuera. Estos, por su parte, si no firman una especie de pacto de estabilidad con los de dentro, podr¨ªan aprovechar su exclusi¨®n del ¨¢rea monetaria de cambios fijos para realizar de valuaciones competitivas y hacerse con cuotas de mercado tradicionales (le los pa¨ªses miembros de la uni¨®n monetaria.
La opci¨®n de esa Europa de los m¨¢s fuertes, a¨²n relajando el tope de d¨¦ficit, entra?ar¨ªa. a juicio de los expertos muchos menos riesgos que una relajaci¨®n general de los criterios de convergencia Para permitir la entrada del mayor n¨²mero posible de pa¨ªses en la uni¨®n monetaria. Esta ¨²ltima opci¨®n, que Salomon Brothers denomina Eurodesviaci¨®n, supondr¨ªa un considerable incremento de inflaci¨®n que llevar¨ªa a unos tipos de inter¨¦s reales muy elevados que obstaculizar¨ªan el crecimiento econ¨®micos.
Otra alternativa a los retos que plantea el Tratado de Maastricht es un retraso en el calendario, que muchos expertos creen inevitable pese a que reconocen que el mercado, de momento, la descarta.
Dos a?os de retraso
Frente a la defensa f¨¦rrea que la inmensa mayor¨ªa de las autoridades de la Uni¨®n Europea hacen de las fechas de Maastricht y de la M examen de convergencia, decidida en la cumbre de Madrid, muchos analistas creen necesario un retraso. No piensan, en contra de los que se oponen a esa opci¨®n, que ello suponga extender las dudas a la viabilidad de todo el proyecto de uni¨®n monetaria. Jos¨¦ Luis Feito (AB Asesores) cree que el examen de convergencia se retrasar¨¢ uno o dos a?os sin que ello liquide el proyecto de uni¨®n monetaria -"aunque un segundo retraso s¨ª ser¨ªa muy peligroso", ha dicho.
Por su parte, Salomon Brothers afirma que "en lugar de dar al traste con la UEM, el retraso podr¨ªa fortelecer su credibilidad... Podr¨ªa reducir el per¨ªodo de riesgo transcurrido entre el bloqueo de los tipos de cambio y la introducci¨®n del euro y, posiblemente aumentar¨ªa el n¨²mero de grandes pa¨ªses que se encuentren en el punto de partida". Y a?ade: ."Para crear una UEM amplia y cre¨ªble, se podr¨ªa soslayar la promesa establecida en el Tratado de revisar en un momento dado -la solicitud de ingreso en la uni¨®n monetaria presentada por un pa¨ªs".Si ese retraso es finalmente decidido por Alemania y Francia -pa¨ªses de los que depende la UEM- favorecer¨ªa sin ninguna duda a Espa?a que, seg¨²n Montejo, no tiene actualmente ninguna posibilidad de cumplir los criterios, de Maastricht en las fechas previstas. El retraso, a?ade Salomon en su informe, facilitar¨ªa la participaci¨®n en la uni¨®n monetaria como miembro original de pa¨ªses como Italia, Espa?a o el Reino Unido. ?sa es la opci¨®n que Henrik Lumholdt, economista jefe del Bank of America, ve tambi¨¦n como m¨¢s probable. "Los mercados", dice, "est¨¢n a la expectativa. Dudo que est¨¦n descontando algo cercano. Pienso que la moneda ¨²nica se va a retrasar".
Tampoco Jos¨¦ Juan Ruiz cree que los mercados coticen en este momento los retos de Maastricht. "Est¨¢n m¨¢s a corto plazo", dice, "pendientes de si hay mayores rebajas de los tipos de inter¨¦s en Europa y no de lo que pueda ocurrir dentro de dos a?os. Pero de lo que est¨¢n seguros", concluye, "es de que ser¨ªa muy arriesgado no contar con la existencia futura de la moneda ¨²nica".
Valga un ejemplo. En uno de sus ¨²ltimos informes, el banco de negocios Merrill Lynch desaconseja a los inversores comprar bonos franceses por la situaci¨®n econ¨®mica de ese pa¨ªs, pero inmediatamente advierte que si no los compran y llega la uni¨®n monetaria, perder¨¢n mucho dinero.
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