Tom¨¢s y Valiente, despedido como hombre de Estado
El funeral del jurista asesinado concentr¨® a centenares de representantes de todas las instituciones
Los restos de Francisco Tom¨¢s y Valiente, asesinado el mi¨¦rcoles por ETA en Madrid, congregaron ayer una doble manifestaci¨®n de conmovido respeto, en los funerales y en su entierro. El Gobierno, las altas instituciones, la Universidad y los ciudadanos hicieron patente, con una multitudinaria concentraci¨®n de personalidades, que rend¨ªan homenaje a un hombre egregio. El estrado del gran sal¨®n de sesiones del Tribunal Constitucional, del que Tom¨¢s y Valiente fue magistrado durante 12 a?os y presidi¨® entre 1986 y 1992, se transform¨® en altar para acoger el f¨¦retro, cubierto con la bandera espa?ola, y celebrar un funeral oficiado por el arzobispo de Madrid, Antonio Mar¨ªa Rouco, con la presencia del presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez.
La imagen de hombre de Estado que proyect¨® en vida Tom¨¢s y Valiente se vio confirmada con la asistencia al funeral de los presidentes de seis comunidades aut¨®nomas: Jordi Pujol, de Catalu?a; Jos¨¦ Antonio Ardanza, del Pa¨ªs Vasco; Javier Otano, de Navarra; Jos¨¦ Bono, de Castilla-La Mancha, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, de Madrid; y Cristofol Soler, de la Comunidad Balear. Ardanza dijo que hab¨ªa viajado a Madrid para mostrar que los vascos quieren la paz y est¨¢n contra el asesinato.
El rey Juan Carlos estuvo representado por el jefe de su Casa, Fernando de Almansa, y el secretario general, Rafael Spottorno. Una docena de ministros, y los presidentes de las altas instituciones asistieron a la ceremonia junto al presidente del Partido Popular, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; los dirigentes de su partido Federico Trillo y Loyola de Palacio, y pol¨ªticos nacinalistas, como Miquel Roca (CiU), I?aki Anasagasti (PNV), adem¨¢s del alcalde socialista de Barcelona, Pasqual Maragall, y los dirigentes de Izquierda Unida Rosa Aguilar y Diego L¨®pez Garrido y el l¨ªder de Comisiones Obreras, Antonio Guti¨¦rrez.
La viuda, Carmen Lanuza; y los cuatro hijos de Tom¨¢s y Valiente -Ana, Carmen, Miguel y Francisco- estuvieron arropados por la presencia de otras muchas personalidades como el rector de la Universidad Aut¨®noma, donde impart¨ªa clase, Ra¨²l Villar; el de la Polit¨¦cnica de Madrid, Saturnino de la Plaza, y el de la Carlos III, Gregorio Peces Barba.
Rouco Varela, en su homil¨ªa, hab¨ªa pedido que "este reguero de sangre que un grupo de criminales est¨¢ haciendo correr por Espa?a, el inmenso dolor que est¨¢n causando, ac¨¢ y all¨¢, sirvan para hacernos reflexionar".
A las 12.45, el coche f¨²nebre que trasladaba el f¨¦retro cruz¨® la puerta del cementerio de El Pardo, en las afueras de Madrid. Desde mucho antes se hab¨ªan congregado en el recinto un buen n¨²mero de personalidades socialistas, entre ellas el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra; el secretario de Organizaci¨®n, Cipri¨¢ Ciscar; los dirigentes Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n y Joaqu¨ªn Almunia, o el ex ministro Virgilio Zapatero.
Inmediatamente detr¨¢s del coche f¨²nebre, a pie, los hijos de Tom¨¢s y Valiente, el presidente del Gobierno y su esposa, Carmen Romero, y el ministro de la Presidencia, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba.
La comitiva se acerc¨® a la tumba rodeada de cientos de personas. Al fondo, el horizonte nevado de la sierra en un d¨ªa g¨¦lido, luminoso, con cielo de un azul limp¨ªsimo envolviendo la emoci¨®n que electriz¨® el ambiente.
A un lado del sepulcro, los hijos; enfrente Felipe Gonz¨¢lez y Carmen Romero, solos; cuadro pat¨¦tico y severo de homenaje final, al amigo y consejero muerto. Un breve responso desgran¨® una petici¨®n ajustada al talante del hombre asesinado: "Que se recupere la garant¨ªa de los valores morales".
Alguien entreg¨® a Miguel, el mayor de los hijos, plegada, la bandera que hab¨ªa cubierto el f¨¦retro. Luego, el matrimonio Gonz¨¢lez volvieron a consolar a los familiares.
A la salida del cementerio proliferaron las declaraciones. L¨®pez Garrido (IU) dijo que es necesario transmitir la evidencia de que "no vamos a consentir que unos pistoleros impongan decisiones pol¨ªticas por las armas".
Alfonso Guerra se apart¨® de las recriminaciones habituales para explicar que Tom¨¢s y Valiente con su "autoridad y legitimidad extraordinarias" se hab¨ªa atrevido a hablar de "masoquismo" al referirse al clima generado en torno al asunto de los GAL, por lo que algunos "lo colocaron en el punto de mira". Para Guerra no vale s¨®lo el dolor, aunque sea sincero porque "luego se olvida y algunos apuntan adonde no deben".
Hasta el cementerio hab¨ªan acudido los ex ministros de Interior Jos¨¦ Luis Corcuera y Jos¨¦ Barrionuevo. ?ste hab¨ªa tenido que presentarse por la ma?ana en el Tribunal Supremo, como imputado en el caso GAL y all¨ª declar¨® que "en estas circunstancias tendr¨ªa muchas razones para hacer una especie de ajuste de cuentas con el presente, pero no lo voy a hacer. S¨®lo voy a ofrecer mi colaboraci¨®n, mi ayuda y m¨ª solidaridad para tratar de solucionar lo que est¨¢ pasando".
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