El reto es la productividad

El tama?o de la Administraci¨®n del Estado en Espa?a es coherente con el de los pa¨ªses del entorno, pero su principal reto es la productividad, opina Ignacio Ezquiaga, de Analistas Financieros e Internacionales. Este experto cree que la funci¨®n p¨²blica es tan r¨ªgida que afecta a su productividad. Los intentos de agilizarla con la creaci¨®n de entes aut¨®nomos han originado nuevos problemas de coordinaci¨®n.Ezquiaga opina tambi¨¦n que la pol¨¦mica sobre altos cargos desatada por el PP es est¨¦ril, sin relevancia t¨¦cnica. Da importancia, sin embargo, al problema de la deuda de las autonom¨ªas y cree que debe perseverarse en la l¨ªnea de los pactos de austeridad de 1992 y 1995, suscritos por el Gobierno y las comunidades.

Ezquiaga considera que al Gobierno que salga de las urnas el 3 de marzo se le plantea, sobre todo, una doble tarea en el proceso de descentralizaci¨®n: las relaciones financieras con las comunidades, ayuntamientos y diputaciones, y la necesidad de definir mejor las competencias de cada uno de los niveles de la Administraci¨®n.

En 1996 termina el periodo de vigencia del acuerdo quinquenal de la financiaci¨®n auton¨®mica. Sobre la mesa del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera -del que forman parte todos los consejeros auton¨®micos de Hacienda y representantes del Gobierno central- pesa la demanda generalizada de una mayor responsabilidad fiscal de las comunidades. Cualquier aumento del porcentaje del IRPF destinado a las autonom¨ªas pasa por una reforma de la LOFCA (Ley Org¨¢nica de Financiaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas).

Dos frentes peligrosos

Ezquiaga opina que, con ser este problema complejo, m¨¢s lo ser¨¢ acometer pol¨ªticamente esta reforma sin abrir otros dos frentes peligrosos, m¨¢xime en tiempos de austeridad presupuestaria, en los que la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico es acuciante. Por un lado, un eventual aumento del porcentaje del IRPF gestionado por las comunidades har¨¢ girar la vista, inexorablemente, hacia la recaudaci¨®n tributaria asumida por las autonom¨ªas. Lo que obligar¨¢ a un esfuerzo de solidaridad de las regiones m¨¢s ricas hacia las menos desarrolladas. Por otro, el debate reabrir¨¢ viejas demandas de todas las comunidades: deudas hist¨®ricas por nivelaci¨®n de servicios, uniprovincialidades, atrasos o desfases presupuestarios. En el campo de los ayuntamientos y diputaciones debe reformarse la Ley de Haciendas Locales, para permitir soluciones legales que posibiliten sin tensiones innecesarias, el saneamiento municipal. El pacto local completa los retos.