La m¨¢s espectacular de las n¨¢useas
La est¨¦tica repugnante de Gwar atrajo a poco p¨²blico
Los norteamericanos Gwar no lanzaron las prometidas v¨ªsceras en su concierto de la noche del jueves, pero tampoco hizo falta. En la sala Rev¨®lver, ante escaso p¨²blico, presenta ron un espect¨¢culo muy bien trabajado, que llen¨® el escenario con una especie de ¨®pera rock en la que, disfrazados de estramb¨®ticos personajes, no pararon ni un segundo de ejercitar una fren¨¦tica actividad en la m¨¢s pura l¨ªnea gore [la est¨¦tica de lo desagradable].Gwar sustenta su tremenda puesta en escena sobre la historia de una lucha entre el bien y el mal. Un ej¨¦rcito de salvaguardias de la humanidad (ellos) es atacado por un comando alien¨ªgena que viola a la ¨²nica representante femenina, Sylmenstra Hymen, a la que deja embarazada. Parece s¨®lo una historia de c¨®mic de serie B, casi un cuento de ni?os, pero en directo puede llegar a provocar las n¨¢useas del espectador m¨¢s aguerrido.
Salen a escena con los traseros al aire, ataviados con extra?¨ªsimas vestimentas entre las que destacan unos enormes falos de las formas m¨¢s caprichosas. Oderus, su cantante principal y esposo de Sylmenstra, algo as¨ª como la m¨¢quina sexual definitiva, arranca el espect¨¢culo descuartizando al mu?eco de Jerry Garc¨ªa (l¨ªder del Grateful Dead). Era la primera llamada de atenci¨®n de lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Con la voz m¨¢s rota que ronca y sobre un hardcore machac¨®n que advert¨ªa de los peligros de la invasi¨®n extraterrestre, Oderus no tard¨® en simular una masturbaci¨®n. Desde su escabroso y sanguinolento pene no hac¨ªa m¨¢s que eyacular.
PASA A LA P?GINA 7
Una aberraci¨®n
Chorros de esperma en colores para ba?ar al p¨²blico
"Es toda una aberraci¨®n", comentaba Andr¨¦s, un estudiante con pinta de pertenecer a alguna tuna, "pero no lo es m¨¢s que el programa ese del Mississippi, con el Pepelu y el Rambo".Jaime, otro estudiante con la camiseta te?ida por el fragor de la batalla, apostillaba: "Han estado de puta madre, hac¨ªa tiempo que no me lo pasaba tan bien".
La lucha final de los malos defendiendo la vida del peque?o, ayudados por un gigantesco Mazinger que mor¨ªa descuartizado entre, c¨®mo no, chorros y chorros de colores disparados al p¨²blico, se sald¨® con la victoria de Gwar.
La humanidad estaba a salvo, el bien se impuso, pero sobre la pista de Rev¨®lver m¨¢s de dos dedos de agua sucia que tardaron horas en ser achicados daban fe de la violencia que all¨ª se hab¨ªa vivido esa noche.
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