La polic¨ªa rescata de un asilo clandestino a dos ancianas moribundas y maltratadas
, Por fin, libres. El pasado mi¨¦rcoles, la polic¨ªa rescat¨® a dos ancianas cautivas durante m¨¢s de ocho meses en un asilo clandestino de la calle de Andorra, de Fuenlabrada (160.500 habitantes). Una de ellas estaba atada a una silla de ruedas, semidesnuda, en aparente estado de inanici¨®n y con hematomas. La otra agonizaba en la cama. Fue rescatada del cautiverio para morir en el hospital Doce de Octubre. La s¨®rdida vida de ambas mujeres era manejada por Jos¨¦ Luis B., un ex militar de 52 a?os. La polic¨ªa le detuvo bajo la acusaci¨®n de maltratarlas. Ya en 1993 fue detenido por encarcelar a otras cinco mujeres.
El acusado se quedaba presuntamente con las pensiones y manejaba las cartillas de ahorro de las ancianas a cambio del alojamiento. La polic¨ªa cree que tambi¨¦n extorsionaba a las jubiladas. Los vecinos del inmueble de la calle de Andorra sospechaban desde hace tiempo del asilo ilegal al o¨ªr los gritos de las ancianas. "No me ates, no me ates", se quejaba una de ellas. Las dos octogenarias viv¨ªan en condiciones infrahumanas y agonizaban, seg¨²n los agentes.Una de las ancianas yac¨ªa en una cama. Su estado era tan angustioso que la juez orden¨® el urgente traslado a un hospital. Ingres¨® en el Doce de Octubre con una fuerte neumon¨ªa y politraumatismo. Falleci¨® el pasado jueves, seg¨²n la nota informativa de la polic¨ªa. La otra jubilada sufre demencia senil. Ahora sobrevive en una residencia de la Comunidad de Madrid, situada en Fuenlabrada, donde fue ingresada el pasado mi¨¦rcoles. La polic¨ªa no ha ofrecido la identidad de ninguna de las v¨ªctimas.
Ruido del televisor
El ex militar ya fue detenido en septiembre de 1993 en la misma localidad de Fuenlabrada por encerrar a otras cinco ancianas en un piso de la calle de polic¨ªa, seg¨²n inform¨® la Jefatura Superior de Polic¨ªa.En julio del a?o pasado, alquil¨® una casa en el quinto piso de la calle de Andorra, frente al Centro Comercial Fuenlabrada 2. Con ¨¦l viv¨ªan su hijo de 10 a?os y tres ancianas, seg¨²n se?alan los inquilinos.
Desde su llegada al bloque se gan¨® la antipat¨ªa de los vecinos. "Pon¨ªa la televisi¨®n muy alta todos los d¨ªas hasta las cuatro de la madrugada", cuenta una de las inquilinas, que prefiere ocultar su nombre por miedo a represalias. "Dec¨ªa que era cosa de su ni?o, que jugaba con la consola del ordenador".
El estruendo se apag¨® hace dos meses. Pero cuando el televisor callaba en el bloque resonaban los lamentos de las ancianas.
"Eran gritos de socorro que se o¨ªan sobre todo por las noches", asegur¨® una mujer. "Como los chillidos se repitieron, subimos varias veces a su casa para pedirle explicaciones, pero nunca nos abr¨ªa la puerta", indic¨® la vecina del cuarto piso. "Un d¨ªa me dijo que las ancianas eran sus familiares", se?al¨® ayer otra vecina.
S¨®lo en una ocasi¨®n los vecinos vieron c¨®mo sacaba a una anciana de su casa. Fue hace dos meses. "La abuelilla no presentaba un mal aspecto".
El pasado martes, d¨ªa 13, la juez de guardia de Fuenlabrada orden¨® la entrada y registro en la casa de Jos¨¦ Luis. La magistrada acudi¨® al domicilio acompa?ada por el m¨¦dico forense y los servicios sociales del Ayuntamiento de Fuenlabrada y de la Comunidad de Madrid. Funcionarios del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa escoltaban a la comitiva.
Al llegar al piso, los agentes estuvieron llamando a la puerta durante media hora. Nadie les contestaba. Al advertir la presencia policial, Jos¨¦ Luis arroj¨® al patio una escopeta de calibre 12 con ca?ones recortados. Tambi¨¦n se deshizo de numerosos cartuchos. Tras dos horas de espera se rindi¨® y sali¨® de la casa. En ese momento fue detenido. No opuso resistencia, seg¨²n la polic¨ªa.
Dentro de la casa, los agentes se encontraron un panorama espantoso. "Fue pat¨¦tico y desolador", subray¨® un agente. La suciedad rodeaba a las dos ancianas all¨ª alojadas. En el piso, de 80 metros cuadrados, todo estaba desordenado. No ten¨ªa calefacci¨®n y la comida almacenada se encontraba en evidente estado de deterioro, seg¨²n comprobaron los inspectores de consumo. En la cocina, cinco bombonas de butano se apilaban junto al ventanal. Las persianas de la casa siempre estuvieron cerradas.
Sin autorizaci¨®n
En el Ayuntamiento de Fuenlabrada no constaba autorizaci¨®n administrativa alguna para ese asilo. Un tr¨¢mite que ni siquiera hab¨ªa pedido, seg¨²n fuentes municipales.Seg¨²n la Asociaci¨®n Madrile?a de Residencias de la Tercera Edad, en la regi¨®n hay 3.000 camas pirata, informa
En los ¨²ltimos dos a?os, la Consejer¨ªa de Integraci¨®n Social ha sancionado a 15 asilos por carecer de autorizaciones administrativas e incumplir los requisitos.
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