Un cura, juzgado por negarse a cumplir la objeci¨®n de conciencia

El juicio contra el sacerdote insumiso Manuel Berj¨®n, de 31 a?os y vecino de M¨¢stoles (199.400 habitantes), qued¨® ayer visto para sentencia. Media hora de razonamientos del abogado defensor intentaron derribar la posici¨®n de la fiscal, que pidi¨® dos a?os, cuatro meses y un d¨ªa de prisi¨®n para el acusado por negarse a cumplir la prestaci¨®n social sustitutoria como asistente de presos en la c¨¢rcel de Valladolid.

Ahora ¨¦l puede convertirse en uno de esos reclusos. El sacerdote dijo que acatar¨¢ la sentencia sea cual sea", convencido de que su postura no es individual, sino el eco de una parte de la sociedad, como las 200 personas que ayer le manifestaron su apoyo a las puertas del Juzgado de lo Penal n¨²mero 1 de M¨®stoles. Berj¨®n aleg¨® "cuestiones morales, ¨¦ticas y de fe" para no hacer la mili, impedimentos que acept¨® el Consejo Nacional de Objeci¨®n de Conciencia a finales de los a?os ochenta.Sin embargo, Berj¨®n quiso llevar sus convicciones a¨²n m¨¢s lejos, y contact¨® con organizaciones pacifistas y de apoyo social. "All¨ª he visto que pesan m¨¢s los valores solidarios y las relaciones sociales sin violencia o militarismo que la decisi¨®n que pueda tomar un tribunal", coment¨® ayer antes de entrar a la vista oral. Y es que Manuel era consciente de que su decisi¨®n de rechazar tambi¨¦n la Prestaci¨®n Social Sustitutoria (PSS) con destino ya impuesto puede situarle ahora entre rejas como un recluso m¨¢s. Durante el juicio no tuvo recato alguno al afirmar que "la desobediencia civil puede servir para que la ley cambie". "No puedo resignarme a que el ordenamiento jur¨ªdico sea algo sacro a?adi¨® el sacerdote.

Una declaraci¨®n que cont¨® con la anuencia de su abogado, Gustavo Fajardo, quien espet¨®: "Mi defendido se neg¨® a hacer la PSS porque forma parte de la misma cadena que le obligaba a ir al ej¨¦rcito". La fiscal aclar¨® que las labores de objetor nada tienen que ver con la estructura militar, a lo que el acusado contest¨® que "el trabajo social y humanitario tiene que ser voluntario y no impuesto por el Estado". Con todo, "Berj¨®n no es un anarquista", seg¨²n su abogado, como lo demuestra la carta que envi¨® en febrero de 1994 al Ministerio de Justicia, en la que explicaba las razones de su rechazo a la objeci¨®n y se somet¨ªa a las consecuencias. Su madre le aconsej¨® que no se metiera en l¨ªos, pero ya era tarde.