"?Ha visto c¨®mo se pone Madrid en primavera?"
Entrevistadora y entrevistado truecan confesiones en tono de disculpa. Ella acude con s¨®lo 50 p¨¢ginas le¨ªdas de A dos ruedas. ?l reconoce que aborda la charla con resaca. La conversaci¨®n fluye a salvo de ambas circunstancias. Los 21 a?os del madrile?o Jos¨¦ Machado (19 cuando escribi¨® la novela) prometen zafarse de las previsibles inclusiones en tal o cual generaci¨®n. Un chico que califica de "enrollados" a sus padres, que reconoce haber recibido una exquisita educaci¨®n, que prefiere caminar a conducir, que desparrama de noche y se cuadra ante las clases en la Escuela de Letras, que quiere a sus maestros y cuenta de una ni?a que quiso matar al dependiente por tener esa mu?eca, como de pronto evoca a los payasos de la tele y redacta p¨¢ginas espl¨¦ndidas, zonsigue que se le perdonen muchos t¨®picos.Pregunta. ?Y el episodio de la ni?a?
Respuesta. Se lo dijo mi hermanita a mi madre. Es real.
P. ?No le parece una barbaridad?
R. [Sonr¨ªe] No sabe c¨®mo -son ahora -los ni?os. Como esponjas. Es muy fuerte. A mi me sorprenden much¨ªsimo.
P. Es el escritor m¨¢s joven de Espa?a. Le van a catalogar.
R. Lo s¨¦. Yo tambi¨¦n creo que hay escritores de 30 o 40 a?os que se parecen. Siguen todav¨ªa con la guerra civil. Soy yo quien debo demostrar en el pr¨®ximo trabajo mi estir¨®n literario.
P. ?Qu¨¦ hace ahora?
R. Una revisi¨®n del mito de Fausto, el precio del alma de un artista. Pero estoy trabajando con calma, muchos borradores. Lo que no sirve se guarda, y punto.
P. ?Qu¨¦ dir¨ªa Freud de una novela que transcurre dentro de un autob¨²s?
R. No lo s¨¦, pero yo soy absolutamente Pr¨¦udiano. Todos persegui mos lo mismo. ?Para qu¨¦ te arreglas, sales, quieres ganar dinero? Es el mismo objetivo: echar un polvo. Pero si no lo consigo tampoco me obsesiono.
P. Usted vive a 25 kil¨®metros de Madrid. . .
R. S¨ª, con mi familia. Pero estamos todos deseando volver a la ciudad. Siempre hab¨ªamos vivido aqu¨ª, aunque yo estudi¨¦ tercero de BUP en Chicago. Madrid, m¨¢s que bonito, es acogedor. Como ciudad, te abraza, es cari?osa, la calle te arropa. ?Usted ha visto c¨®mo se pone Madrid en primavera?
P. Muy nerviosa.
R. La gente se vuelve loca, se respira el calent¨®n. Me acuerdo de la facultada al llegar el buen tiempo: empezabas a fijarte en mil chicas a las que nunca hab¨ªas mirado,, y te gustaban todas. El Retiro, un lugar que me encanta para pasear, se vuelve absolutamente salvaje. Tambi¨¦n es cierto que aumenta la ansiedad.
A dos ruedas. Alfaguara. 1.600 pesetas.
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