Se abre la veda del coche
La gr¨²a 'caz¨®' en enero 1.500 autom¨®viles m¨¢s que en el mismo mes que el a?o anterior
Las 120 gr¨²as municipales cazan m¨¢s este a?o. En enero levantaron 1.500 veh¨ªculos m¨¢s que durante el mismo mes del a?o anterior, lo que significa una subida del 8,3%. En los despachos desde donde se gobiernan las gr¨²as han cambiado algunas cosas.El nuevo concejal de Circulaci¨®n, Jos¨¦ Ignacio Echeverr¨ªa (PP), lleg¨® con ideas propias. En diciembre, apret¨® el cintur¨®n presupuestario a la empresa mixta Emitra, que gestiona el servicio de la gr¨²a, para ahorrar unos millones al Ayuntamiento.
"Hay que autofinanciarse con la retirada de veh¨ªculos. Emitra no puede permitirse p¨¦rdidas que deben pagar todos los madrile?os", indic¨® Echeverria. Por primera vez se aprobaron los presupuestos de Emitra, que tiene 391 trabajadores en plantilla, sin aportaci¨®n municipal.
Desde entonces, las gr¨²as recogen 50 veh¨ªculos m¨¢s al d¨ªa. El balance. econ¨®mico del primer mes ha sido satisfactorio; el deseo del edil Echeverr¨ªa se cumpli¨®: "Nos hemos autofinanciado", confirma Jos¨¦ Manuel Porras, gerente de Emitra. "Si antes retir¨¢bamos 550 veh¨ªculos al d¨ªa, ahora llegamos a 600", se?ala. Este aumento tambi¨¦n significa que los polic¨ªas municipales (239 agentes buscan infractores) se afanan m¨¢s en multar el mal aparcamiento.
253.831 veh¨ªculos caer¨¢n este a?o en las redes de la gr¨²a, seg¨²n las previsiones de Emitra. En 1995, los cazados fueron 231.269.
En la capital residen 1,3 millones de veh¨ªculos. El 0,046% del parque automovil¨ªstico madrile?o cae diariamente preso de la gr¨²a; en 1995, el porcentaje era inferior (0,042%).
El edil de Circulaci¨®n considera "impresentable" la. situaci¨®n que hered¨® en julio pasado, cuando se hizo cargo del ¨¢rea. "Antes, las p¨¦rdidas de Emitra las pagaban, a trav¨¦s de sus impuestos, los madrile?os que no eran sancionados".
Este a?o, la empresa Emitra tiene un presupuesto de gastos de 2.426 millones de pesetas. Para equilibrar estas cuentas, las gr¨²as deben garantizar unos ingresos mensuales de al menos 200 millones. Objetivo cumplido.
En enero, con 600 coches recogidos al d¨ªa, han cumplido con creces el objetivo. Cuando el automovilista retira. su veh¨ªculo de alguno de los dep¨®sitos municipales debe pagar 18.500 pesetas. Si el conductor llega antes de que gr¨²a arranque con su coche a cuestas deber¨¢ pagar s¨®lo 5.000.
Las cifras de enero no se mantendr¨¢n fijas a lo largo del a?o. "Hay meses, como julio y agosto, en que baja mucho la actividad", recuerda Porras. "Tambi¨¦n desciende cuando en la ciudad ocurre algo. Un atentado terrorista o la visita de dirigentes de otros pa¨ªses reducen nuestras posibilidades", explica.
Para que la retirada de veh¨ªculos sea ordenada y l¨®gica, Echeverr¨ªa ha colocado en el consejo de administraci¨®n de Emitra al director de la polic¨ªa municipal y a un representante de la Empresa Municipal de Transportes.
"La orden de estos expertos en tr¨¢fico es combatir la doble fila y las zonas reservadas para carga y descarga y para la circulaci¨®n exclusiva de autobuses", explica el concejal de Circulaci¨®n.
El gerente de Emitra valora los cambios aprobados por Echeverr¨ªa tras cuatro a?os de gesti¨®n popular. Jos¨¦ Manuel Porras dice que ahora se cobran servicios de recogida de veh¨ªculos que antes no produc¨ªan ingresos. "Cuando traslad¨¢bamos un coche al dep¨®sito porque su conductor estaba borracho, se pod¨ªa retirar al d¨ªa siguiente sin coste alguno. Ahora se paga el servicio de gr¨²a", explica Porras. En 1994, la polic¨ªa municipal descubri¨® a 1.200 automovilistas cargados de alcohol.
Tambi¨¦n cobra Emitra este a?o la retirada de veh¨ªculos por podas, o asfaltados de calles a las empresas concesionarias de las obras. Antes, todos estos servicios s¨®lo generaban, gastos. Entonces era concejal de Circulaci¨®n Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Alarilla (PP), hoy presidente del distrito de Chamber¨ª. Su gesti¨®n del tr¨¢fico tan s¨®lo dej¨® una frase a la ciudad: "La bicicleta es deporte, no transporte". El concejal socialista Eugenio Morales, especializado en asuntos de transporte, le llamaba "el concejal camuflado" por sus m¨ªnimas apariciones en p¨²blico.
Ahora las gr¨²as tambi¨¦n trabajan de noche. Hasta 15 veh¨ªculos ha reservado Emitra para poner orden en la oscuridad. Y sin embargo los vecinos siguen quej¨¢ndose.
Echeverr¨ªa desmiente que haya una caza indiscriminada de coches para mejorar los balances de Emitra. "En ning¨²n caso retiramos veh¨ªculos de lugares donde no molestan con el ¨²nico objetivo de aumentar nuestros ingresos. No concebimos el servicio de la gr¨²a como una fuente de recaudaci¨®n municipal. Simplemente queremos que el coste de la gr¨²a sea soportado por los automovilistas que aparcan en doble fila o en sitios prohibidos".
Los presupuestos municipales avalan esta tesis; no hay ingresos derivados del servicio de recogida de veh¨ªculos, pero tampoco hay gastos. En 1995, la hacienda municipal tuvo que pagar, 200 millones de pesetas para equilibrar las cuentas de Emitra.
'Sitios f¨¢ciles'
Sin embargo, vecinos y automovilistas denuncian que la gr¨²a municipal parece empecinarse en determinados sitios f¨¢ciles para la recogida de coches. Uno de ellos es el aparcamiento del hospital Cl¨ªnico de San Carlos, donde los visitantes, suelen aparcar su coche en el centro de la calzada sin obstruir el tr¨¢fico. Un ej¨¦rcito de tres o cuatro gr¨²as suelen batir esta zona diariamente. Con estos vecinos est¨¢ de acuerdo el concejal socialista Eugenio Morales: "Sin duda. la gr¨²a act¨²a ahora en funci¨®n de lo que puede recaudar", mantiene. A Morales no le parece mal el hecho de que la gr¨²a se autofinancie.
Ahora bien, el especialista de circulaci¨®n del grupo socialista piensa que la actuaci¨®n de la gr¨²a es "abusiva".
"El Ayuntamiento del Partido Popular emplea actualmente la gr¨²a como ¨²nico instrumento para regular el tr¨¢fico, cuando deber¨ªa ser el ¨²ltimo", mantiene Morales, que prosigue: "La ORA no funciona porque este municipio la ha convertido en algo in¨²til, no se proh¨ªbe tampoco, el acceso al centro, as¨ª que nos quedamos s¨®lo con la gr¨²a que, adem¨¢s de ser un elemento regulador, tambi¨¦n lo es recaudador".
"Lo primero que deber¨ªa hacer este Ayuntamiento es organizar una verdadera campa?a de concienciaci¨®n a fin de que la gente se enterase d¨¦ una vez de que no se puede ir todo el tiempo al centro de la ciudad en coche", a?ade Morales. "En otras ciudades los sistemas de regulaci¨®n del tr¨¢fico no se reducen a la gr¨²a, y les va bastante mejor que a Madrid", concluye el concejal socialista.
La impune invasi¨®n del casco viejo
Llega el fin de semana y la plaza de los Carros, un lugar encantador -y de uso exclusivo de peatones- colocado en pleno coraz¨®n de Madrid, se transforma en una suerte de aparcamiento atiborrado y gratuito. La plaza, empedrada, al pie de la monumental iglesia de San Andr¨¦s -muy cerca el santo, dicen, consum¨® uno de sus milagros-, sirve para que los ni?os jueguen al f¨²tbol pegando balonazos contra el pared¨®n de la iglesia; o para que el vecino oiga (cosa no muy usual en las calles de una gran ciudad como Madrid) el sonido del agua de la fuente. Pero todas estas peque?as maravillas son posibles s¨®lo en d¨ªas laborables.Es un mal compartido por muchas calles del centro de la capital. Los vecinos conocen el problema: "Pues, muy mal; que los coches se pongan aqu¨ª me parece muy mal; natural", apostilla con un deje chuleta inconfundiblemente castizo, un se?or de unos setenta a?os, vecino, de toda la vida. del barrio. "Que se vayan a su barrio y lo llenen; esto es criminal", a?ade. Su mujer corrobor¨®: "A veces no podemos ni pasar por la calle". Muy cerca, en la plaza del Humilladero (en rigor, la plaza de los Carros linda con otras cuatro plazas, algo ¨²nico en la ciudad) otro vecino de toda la vida, tambi¨¦n mayor de 65 a?os, opinaba lo mismo: "Es una cosa de espanto", comentaba, echando las cejas hacia arriba. Eso s¨ª, no todos coinciden. "Molestar, la verdad es que no molestan", comentaba Guillermo Ballesteros, vecino de cerca de la plaza de la Paja.
"La polic¨ªa s¨ª que viene a poner multas; les da por temporadas, por rachas", a?ade. "Est¨¢n mal aparcados, s¨ª; pero fastidian menos que los cochazos de los que vienen los viernes y los s¨¢bados por la noche a la Cava Alta y a la Cava Baja. Ah¨ª bloquean las calles", contin¨²a Ballesteros, que concluye: "S¨ª, s¨ª, esto es muy bonito, todo es muy bonito, pero ni siquiera iluminan la plaza de la Paja ni terminan nunca las obras", concluye el vecino.
El alcalde conoce bien el problema: hace 10 d¨ªas, en una visita oficial (en d¨ªa laborable) el arquitecto municipal Santiago Barcel¨®, que trabaja en la zona rehabilitando fachadas, record¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano el asunto. "Le coment¨¦ que el centro soportaba una gran presi¨®n, pero soy consciente de que el Ayuntamiento lo est¨¢ intentando", comenta el arquitecto.
Hay quien alega que no hay sitio para aparcar: falso. El aparcamiento subterr¨¢neo de la plaza de la Cebada, a dos pasos de la de los Carros, presenta siempre plazas libres. S¨®lo los domingos por la ma?ana se llena, seg¨²n uno de los empleados.
El Ayuntamiento se ha comprometido. esta semana, debido a las presiones del grupo socialista de Centro, a incrementar la vigilancia, a fin de que nadie vuelva a invadir impunemente el casco viejo.
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