Anguita reprocha a los artistas e intelectuales que se limiten a gimotear que viene la derecha
Gimoteos. Son gimoteos los que el mundo del arte y la cultura est¨¢n lanzando ahora. Gimoteos ante la venida de una derecha que ya parece inevitable. Julio Anguita, ayer, en el pabell¨®n deportivo Fernando Portillo de C¨¢diz, reproch¨® a artistas e intelectuales que lancen "gimoteos" por la llegada de la derecha y no quieran recordar qui¨¦n la trajo. En C¨¢diz, patria de una Constituci¨®n, el coordinador general de IU reclam¨® la aplicaci¨®n plena de otra Constituci¨®n, la de 1978.
?Qu¨¦ le dol¨ªa ayer a Anguita? ?Eran las fotos de Felipe Gonz¨¢lez besado, abrazado por tanto famoso, por tanto artista conocido que, otra vez, se echaba en los brazos de Gonz¨¢lez, arropaba a Gonz¨¢lez? ?Ese manifiesto de apoyo a un Gonz¨¢lez al que ¨¦l culpa de haber propiciado con su pol¨ªtica la ascensi¨®n de la derecha?Vino a C¨¢diz cansado y roto desde Madrid. A matacaballo, con el tiempo justo de lanzar un breve discurso. Julio Anguita ven¨ªa de Madrid de grabar dos entrevistas en TVE y el v¨ªdeo final de la campa?a de IU. Lleg¨® tarde, cansado y serio. En Madrid se hab¨ªa encontrado, dijo, con gente que "s¨®lo se acuerda de santa B¨¢rbara cuando truena". "En el mundo del arte y la cultura hay un gimoteo: que viene la derecha. Pero nadie se acuerda", se lament¨® Anguita, "de por qu¨¦ ni qui¨¦n ha tra¨ªdo esa derecha, qui¨¦n ha hecho que avance esa derecha".
?l s¨ª se acuerda. Y pide a la gente que lo recuerde. Y que lo recuerde, sobre todo, a partir del 3 de marzo. Que recuerde que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar va a tener poco que hacer porque Felipe Gonz¨¢lez ya lo ha hecho todo. Gonz¨¢lez ha dejado todo hecho: la reforma del mercado laboral, la reforma fiscal que favorece a los defraudadores y penaliza a los trabajadores, la privatizaci¨®n de las empresas p¨²blicas.
No quiere aplausos, aunque la gente que lleva m¨¢s de tres horas en un mitin eterno le reciba enfervorizada, con gritos de "?Presidente! ?Presidente!"; aunque la gente, vestida de fiesta, grite hasta enronquecer, enarbole banderas. "Menos palabras y m¨¢s votos", les pide Anguita, y miles de militantes le interrumpen con un aplauso cerrado.?Llorrar, llorar, llorar!
Anguita reclama una "izquierda fuerte que no se case con nadie. Porque al d¨ªa siguiente de nada valdr¨¢ ?llorar, llorar, llorar!". Y hay un frenes¨ª de banderas. El p¨²blico se pone en pie. "Habr¨¢ que pelear", grita. "S¨®lo IU es capaz de frenar a la derecha", una Izquierda Unida que quiere esta vez "mandar, utilizar la fuerza para imponerse, para dome?ar".
Aqu¨ª, en C¨¢diz, un 28 de febrero, fiesta grande para Andaluc¨ªa, recuerda Anguita aquella vieja Constituci¨®n y explica y pide reflexi¨®n sobre la Constituci¨®n de 1978. Sobre los incumplimientos de esta Constituci¨®n: el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educaci¨®n, a la sanidad, a tina econom¨ªa al servicio del hombre. Recita los art¨ªculos de la Carta Magna como si fueran vers¨ªculos sagrados de la Biblia. Discurso corto y caliente. Son pasadas las dos y media de la tarde de un d¨ªa luminoso. "He querido ir en corto y por derecho", se justifica, "por problemas de tiempo". Y se despide reconociendo la "impotencia de estos tres a?os. Pero ahora", advierte, "lo que pase al d¨ªa siguiente depender¨¢ de vosotros. La fuerza est¨¢ aqu¨ª".Y cuando, al final, la banda Nuestra Se?ora de Palomares, de Trebujena, arremete con el himno de Andaluc¨ªa, y los casi 5.000 asistentes se ponen en pie, el polideportivo Fernando Portillo se viene abajo entre un ondear de banderas, y suenan los versos "andaluces, levantaos, pedid tierra y libertad", algo parecido a un escalofr¨ªo sobrevuela el cielo limp¨ªsimo de C¨¢diz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.