Con el agua al cuello
Uno de los chistes de repertorio con que los viajantes de comercio sol¨ªan martirizar a sus compa?eros de compartimento durante los largos recorridos de los trenes de carbonilla era contar la respuesta dada por un perdulario al confesor que le preguntaba sobre su principal fuente de placer pecaminoso. Ni el dinero, ni el poder, ni el sexo. "Jugar y perder", era la contestaci¨®n del lud¨®pata del chiste, un pesimista convencido de que la posibilidad de jugar y ganar era puramente ilusoria. Tras 19 a?os de espera y seis derrotas en las elecciones generales, el partido fundado en 1976 por Fraga (para desalojar del Gobierno a Su¨¢rez) y reconvertido a partir de 1990 por Aznar (para reivindicar el legado centrista de UCD) ha saboreado finalmente a la s¨¦ptima va la vencida- las mieles del triunfo, comprobando que la democracia es un sistema tan abierto para premiar la constancia de las pel¨ªculas de colonos y de vaqueros.Las tendencias de avance del PP y de retroceso del PSOE puestas, en marcha en las generales del 93 se aceleraron a caballo de los esc¨¢ndalos de la anterior legislatura; la ¨²nica, inc¨®gnita por despejar ayer en las urnas era saber si el PP conseguir¨ªa mantener las amplias distancias respecto al PSOE obtenidas en las europeas de 1994 y las auton¨®micas del, 1995 y si lograr¨ªa la mayor¨ªa absoluta o, cuando menos, la mayor¨ªa suficiente en el Congreso. Los resultados electorales frustran dram¨¢ticamente las elevadas expectativas de Aznar para legislar sin el apoyo permanente de otros grupos paralmentarios; la corta ventaja obtenida sobre los socialistas (unos 15 esca?os) obligar¨¢ al PP a_gobernar con el agua casi hasta el cuello, corriendo el riesgo de que una crecida de la marea o un fuerte oleaje hagan pasar a los populares por trances desagradables.
En cualquier caso, han quedado totalmente arruinadas las esperanzas de que la victoria del- PP en 1996 constituyese una versi¨®n de derecha del vuelco de izquierda producido en 1982, cuando los socialistas sacar¨¢n 22 puntos por centuales y 95 esca?os a su inmediato seguidor. Los socia listas han sufrido un retroceso bastante menor del pronosticado por los sondeos y se mantienen por encima del suelo conquistado en los comicios de 1977 y 1979. El PP no ha sustituido al PSOE como beneficiario de un r¨¦gimen de partido dominante: el sistema recupera sus antiguos perfiles de pluralismo moderado con posibilidades reales de alternancia en el poder en cada convocatoria electoral.
Los aficionados al f¨²tbol rara vez se ponen de. acuerdo, a la hora de explicar el resultado de un encuentro.: mientras los forofos del equipo ganador suelen atribuirlo exclusivamente a los aciertos de sus jugadores, los hinchas del conjunto, perdedor acostumbran a echar la culpa de su derrota a lo errores del ¨¢rbitro o al juego sucio de los contrarios.La elecciones del 3-M dar¨¢n lugar a interminables discusiones de este tipo en torno a las causas de los resultados obtenidos ayer por las diversas formaciones pol¨ªticas. En cualquier caso, los socialistas siguen representando a mucho millones de espa?oles y contin¨²an ocupando el espacio principal de la izquierda; Felipe Gonz¨¢lez ha plantado a un brutal intento de linchamiento pol¨ªtico y period¨ªstico se ha mantenido sereno en medio, de la borrasca y conseguido llevar a buen puerto al PSOE. Por su lado,_Aznar recibi¨® en 1989 un partido segund¨®n con el 26% de los votantes, lo levant¨® en 1993 hasta el 34% y ayer lo situ¨® el primero en la meta. Los actuales dirigentes del PP han llevado a cabo la renovaci¨®n generacional han conducido hacia el centro a una formaci¨®n creada por antiguos ministros franquistas y han impuesto la disciplina interna en un partido dominado por las fugas. Finalmente, vistos los resultados de IU en las legislativas y en las andaluzas, resulta tentador aplicarle a Julio, Anguita el t¨ªtulo otorgado a Stalin por Trotski: el gran organizador de las derrotas.
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