Puntualizaci¨®n

En la edici¨®n del s¨¢bado 19 de febrero del peri¨®dico que usted dirige, en la p¨¢gina 15, su corresponsal en M¨¦xico, Femando Orgambides, afirm¨® que, durante el proceso que culmin¨® con la expulsi¨®n de M¨¦xico de Koldo Dom¨ªnguez y su entrega a la polic¨ªa espa?ola, "el presunto etarra consigui¨® el apoyo del influyente peri¨®dico La Jornada y de algunos intelectuales mexicanos, que escribieron cartas solidarias con su petici¨®n. En una, entrevista con el citado peri¨®dico, Dom¨ªnguez lleg¨® advertir que, si era deportado a Espa?a, las autoridades mexicanas lo estaban entregando a los GAL, organizaci¨®n que, seg¨²n ¨¦l, le habr¨ªa amenazado de muerte".En el p¨¢rrafo citado, el se?or Orgambides dice una falsedad e insin¨²a otras. La primera es que el se?or Dom¨ªnguez no "consigui¨® el apoyo" de nuestro diario. Las segundas consisten en la difusi¨®n deliberada entre la opini¨®n de nuestros lectores -expresada en nuestra secci¨®n de cartas- y la del vasco entrevistado. Como deber¨ªa saberlo el se?or Orgambides, cuando un medio period¨ªstico difunde opiniones ajenas, no necesariamente se adhiere a ellas ni las suscribe.

Lo que ha hecho La Jornada en sus ediciones recientes no es apoyar a KoIdo Dom¨ªnguez, sino defender nuestra tradici¨®n nacional de asilo, uno de los pilares hist¨®ricos de la pol¨ªtica exterior mexicana y la vigencia de la legalidad en M¨¦xico. M¨¢s all¨¢ de afinidades o enemistades con Estados y Gobiernos, nuestro pa¨ªs se ha caracterizado por recibir a los perseguidos, sin distingo de creencias. As¨ª acogimos a los republicanos espa?oles, a Le¨®n Trotsky, a los rebeldes cubanos encabezados por Fidel Castro (y despu¨¦s, a disidentes del castrismo), a los chilenos, argentinos y uruguayos democr¨¢ticos, a los revolucionarios nicarag¨¹enses y salvadore?os, y al sah de Ir¨¢n: sin juzgarlos, sin manifestamos a favor o en contra de sus motivos ni de los que hubiese podido haber para perseguirlos en sus respectivos pa¨ªses. La Jornada no es un peri¨®dico pro-ETA, sino una publicaci¨®n que pugna por conservar y fortalecer los principios cardinales de la pol¨ªtica exterior mexicana: no intervenci¨®n, respeto a la autodeterminaci¨®n de los pueblos, soluci¨®n pac¨ªfica de las diferencias y derecho de asilo.

Tambi¨¦n nos gu¨ªa el af¨¢n por preservar la vigencia de las leyes mexicanas en el territorio nacional, y lo cierto es que la expulsi¨®n de KoIdo Dom¨ªnguez fue, cuando menos, una acci¨®n de dudosa legalidad en la que se privilegi¨® una forma de actuar discrecional, m¨¢s basada en el procedimiento administrativo que en el esp¨ªritu y la letra de nuestras leyes. El extranjero en cuesti¨®n debi¨® ser sometido a un juicio regular de extradici¨®n antes de ser devuelto a Espa?a. De cualquier manera, el proceso de su expulsi¨®n por v¨ªa administrativa no estuvo exento de irregularidades, denunciadas en su momento por su representante legal mexicana, Pilar Noriega, a la cual no le fue permitido comunicarse con el deportado.- Carlos Pay¨¢n Velver. Director general de La Jornada.