Solbes decide un nuevo recorte del gasto en 165.000 millones, no incorporados al Presupuesto de 1996
El ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Pedro Solbes, -ahora en funciones- envi¨® la pasada semana un carta a cada uno de los dem¨¢s ministros con la orden expresa de no incorporar al Presupuesto de 1996 unos 165.000 millones de pesetas que no se gastaron en 1995. De ellos, 140.000 millones corresponden a los cap¨ªtulos de inversiones reales y transferencias de capital y el resto a gastos corrientes. Este dinero corresponde a partidas de gasto comprometidas en 1995 que, tras la decisi¨®n de Solbes, deber¨¢n pagarse con cargo al Presupuesto de 1996.
En la carta, enviada d¨ªas antes de las elecciones, Pedro Solbes explica a los dem¨¢s ministros que su decisi¨®n obedece al "objetivo de cumplir el programa de convergencia" y de "reducir el d¨¦ficit p¨²blico" como una tarea fundamental del Gobierno. Por ello, les explica que ha decidido la no adicci¨®n -al Presu puesto de este a?o de los rema nentes que proceden del ejercicio anterior y que, por diversas circunstancias, no fueron utilizados. La cantidad total es de 165.000 millones de pesetas, de los cuales 140.000 corresponden a los cap¨ªtulos VI y VII (inversiones reales y transferencias de capital) y los 25.000 res tantes a gastos corrientes. El ministro explica en su carta que se trata, en esta ocasi¨®n, de una medida complementaria a la declaraci¨®n como no disponibles de 850.810 millones de pesetas en el Presupuesto de este a?o. La no disponibilidad se utiliz¨® para evitar que la pr¨®rroga de los Presupuestos de 1995, al rechazar el Parlamento los de 1996, comprometiera el objetivo de d¨¦ficit p¨²blico. El reajuste del gasto total se eleva, por tanto, a m¨¢s de un bill¨®n de pesetas. El presupuesto para 1996 asciende as¨ª a 17,83 billones de pesetas, incluidos los cr¨¦ditos extraordinarios y las ampliaciones de cr¨¦dito.
Se trata de gastos que se comprometieron en 1995 pero que no se han convertido en obligaciones reconocidas. El compromiso de gasto se produce cuando el Estado firma un contrato de suministro de bienes o de ejecuci¨®n de obras y la obligaci¨®n reconocida s¨®lo se contabiliza cuando se entrega el bien o el servicio contratado. La fase posterior ser¨ªa el pago ordenado y, despu¨¦s, el realizado que es cuando efectivamente se produce el gasto. La obligaci¨®n reconocida es el dato que se utiliza para medir el gasto en t¨¦rminos de contabilidad nacional y es el punto de referencia para el cumplimiento de los criterios de convergencia. El pago realizado es el que sirve para calcular el d¨¦ficit en t¨¦rminos de caja, una vez calculada la diferencia con los ingresos.
Todos los a?os se produce un desfase entre los compromisos de gasto y las obligaciones reconocidas. Cuando este desfase es a finales de a?o, los ministerios pueden incorporar al ejercicio siguiente el cr¨¦dito que ten¨ªan disponible para afrontar ese gasto comprometido. Si ahora, tras la decisi¨®n de Solbes, ese cr¨¦dito -calculado en 165.000 millones de pesetas- no se puede incorporar a 1996, significa que los ministerios tendr¨¢n que pagar con cargo a este a?o compromisos de 1995. En definitiva, tendr¨¢n menos dinero del que pensaban para afrontar nuevos proyectos.
Por ello, la no incorporaci¨®n de cr¨¦ditos es asumido por los dem¨¢s ministerios como un recorte. En los ¨²ltimos a?os, este instrumento se ha utilizado como una medida de contenci¨®n del gasto. El pasado a?o, por ejemplo, Solbes decidi¨® la no incorporaci¨®n de 150.000 millones de pesetas correspondientes a compromisos asumidos en 1994 que se han tenido que pagar con cargo a los Presupuestos de 1995.
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