Aviones en miniatura se pelean en Getafe
Cada avi¨®n pesa menos de medio kilogramo, su motor es una pieza min¨²scula de 2,5 cent¨ªmetros c¨²bicos y el piloto maneja el aparato con dos cables fin¨ªsimos de acero trenzado. Sin embargo, estos peque?os ingenios giran a 150 kil¨®metros por hora y, cuando chocan, los trompazos son de aut¨¦ntica consideraci¨®n. El Club de Aeromodelismo Breguet 19, de Getafe (144.600 habitantes), organiz¨® ayer el IV Campeonato Nacional de Combates A¨¦reos, una modalidad al aire libre s¨®lo apta para deportistas que a¨²nen reflejos felinos con un juego de mu?eca prodigioso.
El presidente del Breguet -nombre del primer aeroplano que cruz¨® el Atl¨¢ntico-, Jes¨²s Fern¨¢ndez Villena, de 47 a?os, se ha propuesto extender una afici¨®n que, "en contra de lo que pudiera pensarse, no es nada cara", asegura. En estos trepidantes combates, los aviones llevan en la cola una cinta de tres metros que el rival intenta rebanar con su h¨¦lice. El corte se premia con 100 puntos, pero si el avi¨®n cae pierde un punto por cada se gundo que permanezca en tierra. Los acontecimientos se su ceden a un ritmo vertiginoso: los aparatos suben, bajan en pi cado, revolotean cual moscardones, se buscan y se enzarzan y, en ocasiones, acaban estampados contra el suelo. A los cuatro minutos todo ha terminado y los jueces verifican las cintas; hay que tener buena vista para seguir las evolucione sin perderse.
Reflejo puro
La competici¨®n de ayer contaba con el atractivo de la presencia de Juan Jos¨¦ Garc¨ªa Baquero, un madrile?o de Cuatro Vientos, de 36 a?os, que ya se ha apuntado tres campeonatos de Espa?a y figura en el tercer puesto de la clasificaci¨®n mundial. "Las cosas suceden tan r¨¢pido que en los combates no hay nada racional; todo es reflejo puro", sostiene, convencido. La clave, dice, est¨¢ en no mirar al avi¨®n propio, sino al del contrario. "De hecho, buena parte del entrenamiento consiste en volar con los ojos cerrados. Los movimientos se repiten hasta la saciedad y est¨¢n mecanizados, algo as¨ª como en el esgrirria".Garc¨ªa Baquero es ingeniero aeron¨¢utico, al igual que un buen n¨²mero de sus rivales. Pero en los clubes de aeromodelismo se encuentra de todo: carpinteros, maestros de escuela, estudiantes... "Yo me enganch¨¦ porque me encantan las manualidades", confiesa Alberto Bejerano, un chaval de 20 a?os que ya es monitor en Breguet 19. El prefiere el vuelo libre, una variante sin motor en la que los aviones alcanzan alturas insospechadas gracias. a las corrientes t¨¦rmicas. "Es una modalidad mucho m¨¢s pausada, eso va con el car¨¢cter de cada uno", corrobora con una media sonrisa.
En cambio a Alberto Romero, el benjam¨ªn del club con s¨®lo 12 a?os, le va la marcha. "A m¨ª me molan los combates porque tienen m¨¢s vidilla", exclama, "y me gustar¨ªa llegar a competir". Alberto se tir¨® un mes mont¨¢ndo su primoroso velero con l¨¢minas de madera.
Santiago Rodr¨ªguez (47 a?os, 35 d¨¢ndole a los avioncitos), es un hombre que vuelve a casa de trabajar a las diez de la noche y se queda hasta altas horas absorto en la preparaci¨®n de sus prototipos. Santiago se ha especializado en el vuelo en recintos cerrados, para lo que dise?a modelos de apenas dos o tres gramos de peso (y no es una errata) con unas membranas ¨ªnfimas. Semejantes artilugios, por estas cosas que tiene la f¨ªsica, pueden tirarse hasta una hora describiendo c¨ªrculos sin carburante alguno. "C¨¢lculo puro", resume Rodr¨ªguez.
Pese a todos estos atractivos, el presidente del club getafense admite que el aeromodelismo sigue siendo un perfecto desconocido. Las gradas del polideportivo San Isidro presentaban ayer un aspecto desolador, aunque a ello ayud¨® que el d¨ªa era de perros. "Pero muchos siguen creyendo que esto es un capricho de gente con dinero", concluye Fern¨¢ndez Villena. "La verdad es que con 300 pesetas de cables, 2.000 para el cuerpo del avi¨®n y 4.000 para el motor se puede hacer un aparato estupendo".
M¨¢s informaci¨®n en la Federaci¨®n A¨¦rea Madrile?a (Barquillo, 19, 1?). Tel¨¦fono: 52160 70.
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