El Cesid vet¨® investigaciones sobre tr¨¢fico de armas en las que sospechaba la intervenci¨®n de Paesa
La Divisi¨®n de Econom¨ªa y Tecnolog¨ªa del Cesid descubri¨® entre 1987 y 1988 operaciones de tr¨¢fico de armas a Ir¨¢n e Irak en las que presuntamente intervino el colaborador de Interior Francisco Paesa, seg¨²n oficiales del espionaje que conocieron las pesquisas. Los responsables del ¨¢rea nunca pudieron confimarlo: la direcci¨®n de operaciones del Cesid deneg¨® todas las peticiones para abrir l¨ªneas de investigaci¨®n en las que figurara Paesa. El responsable de las investigaciones era Juan Alberto Perote, amigo de un ¨ªntimo de Paesa, el ex comisario Francisco ?lvarez, ex mando de la lucha antiterrorista. Paesa ha negado su implicaci¨®n en los env¨ªos y su colaboraci¨®n con el Cesid.
El ¨¢rea de Econom¨ªa y Tecnolog¨ªa del Cesid, que dirig¨ªa el coronel Fernando de la Malla, descubri¨® en 1987 y 1988 operaciones de env¨ªo de material b¨¦lico a Ir¨¢n y a Irak, entonces en plena guerra. Se trataba fundamentalmente de munici¨®n para artiller¨ªa, morteros y lanzagranadas. Tres empresas espa?olas fueron vinculadas a las operaciones, alguna de las cuales se realizaba mediante triangulaciones: enviando el material a un pa¨ªs intermediario para burlar la prohibici¨®n de hacer llegar armas a los contendientes. En concreto, se detect¨® que se hab¨ªa falseado documentaci¨®n sobre el destino ¨²ltimo del armamento. Las empresas que supuesta mente enviaron este material eran Esperanza y Compa?¨ªa, Instalaza y Explosivos Alaveses. Directivos de las dos primeras han negado que sus empresas violaran la prohibici¨®n, y no hubo respuesta de la tercera. Sin embargo, al menos Esperanza y C¨ªa, y Explosivos Alaveses ya fueron vinculadas a estas pr¨¢ctica! a?os atr¨¢s.
EL PA?S inform¨® el 5 de febrero de 1988 que, pese al embargo de venta de armas a Ir¨¢n e Irak, "empresas espa?olas privadas como Gamesa, Esperanza y C¨ªa o Explosivos Alaveses ( ... ) siguieron vendiendo productos b¨¦licos a estos pa¨ªses en algunos casos mediante triangulaciones, utilizando como pa¨ªses intermediarios a L¨ªbano, Siria, Jordania o Arabia Saud¨ª, para eludir la prohibici¨®n oficial".
El Cesid, a trav¨¦s de la Divisi¨®n de, Econom¨ªa y Tecnolog¨ªa, descubri¨® no s¨®lo las operaciones, sino a uno de sus presuntos coordinadores y comisionistas: Francisco Paesa. Se detectaron algunas de sus gestiones y contactos, que ten¨ªan como plataforma empresas de Barcelona.
"Paesa apareci¨® vinculado a varios de los complicados procesos de compra del material que se necesitaba de cada empresa y, supuestamente, se encargaba de cobrar unas altas comisiones. Por el alto monto de las comisiones, se. lleg¨® a pensar que era una operaci¨®n oficial, pero no se pudo saber porque no hubo luz verde para investigarlo", afirma una. fuente vinculada al Cesid que conoci¨® con detalle la frustrada investigaci¨®n. "A partir de ah¨ª, nunca volvimos a meter las narices en los asuntos de Paesa", a?ade. "Si La Casa no quer¨ªa investigarlo s¨®lo hab¨ªa dos razones: porque la direcci¨®n ya lo conoc¨ªa o porque la unidad de Perote ya estaba en ello".
Paesa niega estas imputaciones. "No tengo infraestructura para eso. Nunca he hecho operaciones de armas, excepto la compra de 100 pistolas Sig Sauer para infiltrarse en ETA en 1985 [la mitad se desvi¨® a los GAL], y una labor de mediaci¨®n no retribuida en una venta fallida de armas a Angola", asegura. ?l colaborador de Interior afirma que no conoci¨® a Perote hasta el pasado verano, cuando se entrevist¨® con ¨¦l "por iniciativa propia" para convencerle de que devolviera los documentos del Cesid.
?nicamente admite que compart¨ªa despacho en Ginebra con una persona que s¨ª realizaba tr¨¢fico de armas: Georges Starckman. Pero asegura que el destino de esos env¨ªos nunca fue Ir¨¢n o Irak. Paesa a?ade que no guarda ninguna amistad hacia Perote por considerar "indigno e inmoral" su chantaje al Estado.
Seg¨²n fuentes que conocieron la investigaci¨®n del Cesid, Instalaza, firma zaragozana, suministr¨® lanzagranadas C-90; Explosivos Alaveses, munici¨®n de artiller¨ªa, y Esperanza y C¨ªa, morteros y munici¨®n. Explosivos Alaveses, filial de UERT (Uni¨®n Espa?ola de Explosivos R¨ªo Tinto) y Esperanza y Compa?¨ªa eran citadas en el libro Armas para Ir¨¢n, publicado en enero de 1988 por periodistas franceses sobre el tr¨¢fico ilegal b¨¦lico hacia ese pa¨ªs.
Las tres firmas compart¨ªan algunos directivos que tambi¨¦n formaban parte de Defex, que aglutina firmas privadas y estatales para la exportaci¨®n de armas, Bofors Expal y Dynamit Nobel Explosives. Casualmente, en el citado libro figuraban como traficantes ilegales de armas la firma sueca Bofors Nobelkrut y la brit¨¢nica Nobel's Explosives Company.
Paesa hizo de mediador en 1992 entre el entonces director de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, y el Gobierno angole?o, que buscaba ayuda militar a pesar de la prohibici¨®n internacional para suministrarle material b¨¦lico. Un informe secreto militar espa?ol sobre las necesidades armament¨ªsticas angole?as fue filtrado por Rold¨¢n a Paesa a trav¨¦s de la empresa de Juli¨¢n Sancrist¨®bal, ex director general para la Seguridad.
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