"No me importa que me identifiquen con el mal'
Diamanda Gal¨¢s se ha ganado a pulso una leyenda de cantante sat¨¢nica. Manipula una voz excepcional, de tres octavas y media de tesitura vocal, sac¨¢ndole registros francamente aterradores, desgarrados, demenciales. Sus temas son el sida, la muerte, el asesinato, la tortura o el sufrimiento, mezclados con poetas malditos, referencias b¨ªblicas y negras profec¨ªas. Y sin embargo, las ideas que propone con todo ello son por lo general, altru¨ªstas: la defensa de los d¨¦biles y marginados. Como un ¨¢ngel exterminador, se presenta con una est¨¦tica sadomasoquista que impone ideas de justicia y tolerancia a zarpazos.Diamanda Gal¨¢s llega a Espa?a, donde har¨¢ una sola representaci¨®n, ma?ana en el Teatro Central de Sevilla, como parte del programa ?rase una vez... del minimal al cabaret: 70-90, que consiste en una selecci¨®n de v¨ªdeos y performances realizados por mujeres.
"Yo no llamar¨ªa perfomance a lo que yo hago", explica. "Yo prefiero usar mi nombre y que la gente se imagine el resto". Esa es una frase que no funcionar¨ªa con cualquier cantante, pero la fama de Diamanda Gal¨¢s suele ser suficiente reclamo como para esperar cualquier cosa en una de sus actuaciones.
Cuando habla, su voz es dulce, fresca y amistosa. S¨®lo una risa algo macabra delata sus inclinaciones est¨¦ticas. No en vano usaron su voz en los efectos especiales de Dr¨¢cula, de Coppola. El espect¨¢culo que trae a Sevilla tambi¨¦n es una muestra caracter¨ªstica de su negro repertorio. "Lo que voy a presentar en Sevilla son dos tipos de trabajo muy distinto. La primera pertenece a The plague mass (Misa de la plaga), una obra que he desarrollado durante diez a?os. La pieza se titula There are no more tickets to the funeral y se trata de un solo de 20 minutos con mi voz y un m¨ªnimo de sonido electr¨®nico. La segunda parte de la actuaci¨®n es para voz y piano. Algunas son piezas de la Misa de la plaga, con textos de Tristan Corbier, Charles Baudelaire, G¨¦rard de Nerval y m¨ªos".
Cantar para ella parece una experiencia dolorosa, pero Diamanda Gal¨¢s la considera m¨¢s bien terap¨¦utica. "Yo me libero con cada actuaci¨®n, disfruto much¨ªsimo haci¨¦ndolo", asegura la cantante norteamericana. Hay gente que la compara con una catarsis, pero es m¨¢s que eso. Es arrojar fuera toda la energia que acumulas en tu interior para continuar respirando. Es muy saludable", dice riendo. "Es algo que los cantantes siempre han sabido, que alivia la depresi¨®n y la tendencia a quedarse catat¨®nica, y los vuelve a la vida".Lleva tatuados en los dedos de la mano cuatro palabras y un s¨ªmbolo: We are all HIV,+ (Todos somos seropositivos). Una declaraci¨®n de principios que, aun en esa forma silenciosa, le ha causado varios disgustos con personas intolerantes. "Me tatu¨¦ eso hace varios a?os junto a otras mujeres de Brooklyn, un grupo llamado las Hermanas Brujas, y lo hice para decir que no me siento separada de la gente con sida; para m¨ª, la epidemia es algo con lo que todos tenemos que vivir hasta que ¨¦sta termine. Es una manifestaci¨®n contra la cuarentena. Cuando alguien con sida pasa cualquier aduana, a menudo tiene que quedarse fuera y dejar que su familia pase. Y aun con este peque?o tatuaje he tenido problemas con aduaneros est¨²pidos, que me ponen a un lado, me registran, tratan de humillarme. Tengo muchos amigos envueltos en la lucha contra la epidemia, muchos amigos muertos. Y pensamos que no hay que bajar la guardia". hasta que se acabe la epidemia".
Lo que parece contradictorio es ver a esta mujer defender a los m¨¢s vulnerables, enfrentarse a la intolerancia, y hacerlo con una imagen chocante que genera el rechazo de aquellos a los que pide un cambio de actitud. Un malditismo espeluznante en defensa de nobles causas. ?Es que acaso pretende situarse m¨¢s all¨¢ del bien y el mal? "Sat¨¢n, en el Antiguo Testamento, significaba Enemigo explica. "Siempre estuvo en la posici¨®n de exponer la debilidad de Dios, exponer la debilidad de la ley divina. El Lev¨ªtico, del Antiguo Testamento, es un libro de leyes que condena la homosexualidad, que dicta la segregaci¨®n social de las mujeres durante la menstruaci¨®n, que las considera impuras; separa lo limpio de lo sucio. La posici¨®n que yo adopto es la del mal para mucha gente, y no me importa que lo piensen. Porque sigue siendo una posici¨®n de poder y eso me interesa. La m¨ªa es una posici¨®n moral, pero hay cosas que yo exploro en mi interior que son a menudo muy inc¨®modas para mucha gente. Debe ser mi lado griego", a?ade.
La religi¨®n desarrolla un papel importante en su trabajo y es una referencia constante. "Uso el Antiguo Testamento como una geograf¨ªa de la mentalidad de la plaga. Lo uso para mostrar la posici¨®n arquet¨ªpica de los legisladores que han instaurado una sensaci¨®n de rechazo ante la plaga, lo que significa separar lo puro de lo impuro. Una posici¨®n cobarde que margina a gente d¨¦bil e indefensa", y suspira diciendo: "La inteligencia en Am¨¦rica parece estar en m¨ªnimos cuando acepta esta posici¨®n. Luchar contra tanta estupidez es agotador".
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