Perseguidos por la inflaci¨®n
La delicada relaci¨®n entre precios y tipos de inter¨¦s, definida por el, Banco de Espa?a como l¨ªnea vertebral de su cuidadosa pol¨ªtica monetaria, proporcion¨® ayer la que puede ser pen¨²ltima alegr¨ª, del ejercicio econ¨®mico para los ciudadanos en general, los inversores en particular y los llamados, mercados en abstracto. Veamos por qu¨¦. Una hip¨®tesis inflacionista razonable dibuja un perfil para 1996 en el que abril marca el ¨²ltimo mes de descenso claro de la inflaci¨®n durante este periodo. Las proyecciones conocidas y m¨¢s sofisticadas sobre los precios dicen que en abril estar¨¢n por debajo del 3,5%. en tasa interanual, un resultado que avala la pol¨ªtica antiinflacionista del Banco de Espa?a y la pol¨ªtica de reducci¨®n de tipos que desarrolla la autoridad monetaria determinada por el Bundesbank y la anhelada recuperaci¨®n de la econom¨ªa.Pero, a partir de abril, la inflaci¨®n entra en un amplio desierto, los meses de mayo a septiembre, en el que casi con seguridad permanecer¨¢ estancada y se advierten probabilidades severas de repuntes' de. los precios en ese periodo. El grado de estancamiento o empeoramiento depender¨¢ del grado de volatilidad de los precios habitualmente, menos controlados, que son los alimentos sin elaborar. Mientras se cruza el desierto de los meses centrales, la inflaci¨®n subyacente, hoy en el 4,2%, debe descender suavemente hasta llegar al 3,5% aproximadamente. ?Por qu¨¦? Pues porque los precios de los alimentos elaborados y los precios industriales est¨¢n anormalmente altos y deben descender en ese periodo. Por supuesto, el descenso de la inflaci¨®n subyacente no significa que la tasa general de precios vaya a descender.Tendencias
A partir de octubre, la inflaci¨®n retornar¨¢ probablemente a tendencias descendentes. Pero no hay referentes, tanto para el da?o que puedan causar los repuntes probables como para los recortes estacionales de los ¨²ltimos meses. En el supuesto de que las proyecciones anteriores sean correctas, una hip¨®tesis optimista, pero no mucho, es que a finales de a?o la inflaci¨®n est¨¦ en torno al 3,5% en tasa interanual, d¨¦cima arriba o abajo, que es la versi¨®n de Econom¨ªa y de los economistas m¨¢s moderados; la m¨¢s pesimista, defendida por algunos agentes econ¨®micos o expertos del mercado, es que se aproxime al 4%.
Esta es la evoluci¨®n previsible de los precios este a?o, que sit¨²a una meseta de estancamiento inflacionista en el centro del a?o, entre dos tendencias a la baja. El Banco de Espa?a, cuya l¨ªnea de conducta es el control de la inflaci¨®n en los t¨¦rminos fijados por el Tratado de Maastricht, redujo ayer en medio punto el coste del dinero; pero, en estricta atenci¨®n a sus obligaciones para con la inflaci¨®n, tendr¨ªa apenas dos meses para situar los tipos -siempre en Gonsonancia con el Bundesbank, no se olvide- por debajo del 8% (si finalmente lo considera oportuno), para abaratar las hipotecas y mejorar las expectativas empresariales, muy deterioradas ¨²ltimamente. Los efectos de la bajada de tipos sobre la econom¨ªa tardar¨¢n entre tres y cinco meses en manifestarse.
A finales de 1996 la cuesti¨®n de los tipos de inter¨¦s volver¨¢ a recrudecerse, En la hip¨®tesis de que la tasa de inflaci¨®n se sit¨²e en torno al 3,5%, ?qu¨¦ har¨¢ el instituto emisor? La inflaci¨®n tiene que estar por debajo del 3% en 1997, a?o en el que no habr¨¢ descensos relativos autom¨¢ticos, puesto que en 1996 no se han subido los impuestos. No resulta descabellado suponer que, necesidad obliga, el Banco deba recurrir de nuevo a elevaciones de tipos para garantizar un recorte inflacionista de, al menos, medio punto en la hip¨®tesis m¨¢s favorable.
Conclusi¨®n: la econom¨ªa espa?ola tiene por delante un periodo muy corto durante el cual ser¨¢ factible practicar reducciones de los tipos de inter¨¦s; y eso aunque la autoridad monetaria mire para otro lado y no tenga en cuenta las escasas probabilidades de articular una pol¨ªtica presupuestaria para 1997 que sea cre¨ªble en los mercados, al menos con las expectativas pol¨ªticas existentes aqu¨ª y ahora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.