La Hacienda federal y los cantones
Las conversaciones entre Aznar y los l¨ªderes nacionalistas, Pujol, Arzalluz y Hermoso, giran en gran parte sobre el reparto de los ingresos fiscales, es decir, sobre qui¨¦n pone la mano en la caja. Para que el ciudadano pueda elegir con los ojos abiertos cu¨¢nto gasto p¨²blico quiere, es esencial que pague su cuota parte de los impuestos correspondientes a ese gasto. Luego las autonom¨ªas deben financiarse con impuestos auton¨®micos y con recargos auton¨®micos sobre los impuestos estatales, votados por los parlamentos auton¨®micos.Dos territorios cobran sus impuestos propios y retienen lo all¨ª recaudado con los impuestos estatales: a la Hacienda central, Navarra y el Pa¨ªs Vasco no pagan m¨¢s que un cupo fijo anual. Las dem¨¢s Autonom¨ªas retienen el producto de ciertos impuestos menores, como son patrimonio, sucesiones, derechos reales; adem¨¢s, reciben fondos correspondientes al coste de los servicios transferidos; y por fin tambi¨¦n perciben el 15% de lo recaudado por el IRPF. No les extra?e tanto ingreso, pues a las Autonom¨ªas corresponde aproximadamente un cuarto del total del gasto p¨²blico espa?ol. Las dos haciendas Torales tienen que quedar como est¨¢n, de lo que deduzco que Aznar no tendr¨¢ problema alguno con los minoritarios nacionalistas vascos para llegar a un acuerdo fiscal: toda la discusi¨®n con ellos girar¨¢ alrededor del cambio de la peseta y de la reducci¨®n de las cuotas patronales para la Seguridad Social.
Me sorprendi¨® Dur¨¢n y Lleida con una reclamaci¨®n de la "deuda hist¨®rica de Catalu?a", cuando le entrevistamos en la SER el martes pasado. Los andaluces llevan tiempo llorando porque dicen que la Hacienda central no les ha transferido los fondos correspondientes a los servicios cedidos. Se quej¨® tambi¨¦n ese ilustre pol¨ªtico nacionalista minoritario de que los catalanes reciben menos dinero de lo que cuestan por los servicios transferidos. Por esta raz¨®n entre otras, quieren los nacionalistas minoritarios que el Estado pase a dejar en las Autonom¨ªas el 25% del IRPF (10 puntos m¨¢s que ahora). No hay l¨ªmite a lo que las Autonom¨ªas, o cualquier gobierno, pueden gastar si se lo financia otro. Cuando paguemos la deuda hist¨®rica (de 15 a?os no m¨¢s) de, los andaluces, los catalanes, los canarios, etc¨¦tera, el coste de los servicios transferidos, o cuallesquiera otros, volver¨¢ a aumentar. El ¨²nico l¨ªmite eficaz del gasto p¨²blico es que quienes gozan de ¨¦l lo paguen.
La propuesta sensata para resolver los problemas de la financiaci¨®n de las Autonom¨ªas es que la Hacienda central reduzca los impuestos estatales del IVA y el IRPF y sugiera a los gobiernos auton¨®micos que se financien con impuestos propios y con recargos sobre los impuestos estatales. Los recargos tienen que quedar muy claritos, para que los votantes locales disciplinen a sus representantes si ¨¦stos son pr¨®digos. Habr¨¢n notado, cuando viajan a Nueva York, que en cada factura de venta aparece el recargo de impuesto de ventas de la hacienda local. Adem¨¢s, cada americano paga un recargo estatal.
Los impuestos estatales, se ha dicho siempre, deben servir para la compensaci¨®n entre personas ricas y pobres, y entre regiones atrasadas y adelantadas. Es curioso que un pol¨ªtico democristiano, a quien no se le cae de la boca la palabra solidaridad, no quiere que Catalu?a se pase en la ayuda a los estudiantes de Extremadura, o a los ancianos de Castilla-Le¨®n. De acuerdo estoy, si todos los impuestos, de ahora en adelante se convierten en proporcionales en vez de progresivos. Estos pol¨ªticos minoritarios no piensan m¨¢s que en apoderarse del presupuesto. Digo minoritarios porque, si sumamos los votos de IU, PSOE y PP en el Pa¨ªs Vasco y en Catalu?a respectivamente, suman m¨¢s que los de todos los nacionalistas juntos.
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