Stephane Lissner afirma que no le interesan en el Real "divos sin tiempo para ensayar"

El nuevo director art¨ªstico del Teatro Real de Madrid (TRM), el franc¨¦s St¨¦phane Lissner, de 43 a?os, que se desplazar¨¢ a la capital espa?ola el pr¨®ximo jueves para explicar su proyecto art¨ªstico al patronato de dicha, instituci¨®n, es el hombre que ha convertido el Th¨¦?tre du Ch?telet en el de mayor prestigio de Par¨ªs, "Para mi es important¨ªsimo contar con un gran director de orquesta y con un director de escena no menos bueno. Quiero que esas dos personalidades impongan su sello en el espect¨¢culo", declara Lissner. "En el Teatro Real espero poder repetir lo logrado en el Ch?telet. No me interesan los grandes nombres, los divos que no tienen tiempo de ensayar".

St¨¦phane Lissner a?ade que apuesta por cantantes "que ensayen junto con los directores un m¨ªnimo de cinco semanas", y no por "los que llegan el d¨ªa antes de la actuaci¨®n y se marchan cuando a¨²n resuenan los aplausos porque un avi¨®n les espera para llevarles a cantar a la otra punta del planeta"Lissner no quiere desvelar ning¨²n detalle de c¨®mo ser¨¢ su primera temporada al frente del TRM, la 1997-98, "porque me parece de mala educaci¨®n hablar antes con la prensa que con el patronato y el equipo directivo del Real".

De sus intenciones y de su experiencia en Par¨ªs se deduce, sin embargo, que los d¨ªas de Ros Marb¨¤ como director musical del TRM est¨¢n contados, porque Lissner ha asumido en el Ch?telet esa funci¨®n y ha buscado para cada espect¨¢culo un equipo distinto que "garantizase la sinton¨ªa entre el foso y la escena".

La confusa situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola no parece preocuparle demasiado, porque est¨¢ habituado a tratar con responsables de todas las tendencias, aunque lo cierto es que el Ch¨¢telet viv¨ªa en un 50% de una subvenci¨®n municipal y el resto de su presupuesto lo cubr¨ªa vendiendo entradas, discos, retransmisiones radiof¨®nicas, grabaciones televisivas y sus producciones a otros teatros. "Un 6% suplementario lo aporta un grupo de mecenas. Se trata de dinero en efectivo y eso es muy importante porque permite arrancar proyectos y encontrar el resto de financiaci¨®n". En el TRM todo el presupuesto depende de las subvenciones del Estado -72,5% del Ministerio de Cultura y 27,5% de la Comunidad de Madrid-

"Para m¨ª ir al Real es una aventura apasionante, un nuevo reto. El ¨²nico problema es de tiempo. Es dif¨ªcil montar la temporada 97-98 en tan pocos meses. Y hay que poner en marcha la orquesta y el coro. Y tengo que aprender espa?ol en dos meses". En Par¨ªs, Lissner ha cimentado gran parte de su prestigio en la comparaci¨®n terrible y sistem¨¢tica con la ¨®pera de la Bastilla. Con un presupuesto entre cuatro y cinco veces m¨¢s peque?o que el de la gran rival, el Ch?telet serv¨ªa de escaparate de la buena pol¨ªtica cultural de la alcald¨ªa -Chirac-, frente al despilfarro mayest¨¢tico del Estado -Mitterrand-.

Ahora, con el ex alcalde convertido en presidente de la Rep¨²blica, el papel del Ch?telet ya no pod¨ªa ser el mismo. Lissner lo sabe y quiz¨¢ eso le ha empujado a la aventura madrile?a. Sus relaciones con el actual alcalde -Jean Tiberi- eran inexistentes, y su propuesta de nombrar como directores de la orquesta de Par¨ªs al alem¨¢n Christoph von Dohnanyi y al holand¨¦s Frans Br¨¹ggen no eran bien vistas por quienes reclaman un franc¨¦s para el cargo.

Empezar de cero

El maleficio que pesa sobre el TRM o la inestable situaci¨®n de Elena Salgado, directora. general de la Funaci¨®n Teatro L¨ªrico, no le son desconocidos. "Los problemas del teatro han quedado atr¨¢s y ahora lo que hay es una sala con una ac¨²stica excelente y con la que casi habr¨¢ que empezar de cero. Madrid lleva much¨ªsimos a?os sin ¨®pera. Respecto a Elena Salgado, creo que las recientes elecciones no le han sido desfavorables. A fin de cuentas, a ella la han nombrado responsables socialistas pero tambi¨¦n gente del PP. El problema de la politizaci¨®n de la vida cultural es parecido en todas partes, en Francia, Italia o Espa?a".En el Ch?telet, Lissner hab¨ªa hecho una cuesti¨®n de principios el que "todos los montajes puedan viajar y as¨ª amortizarse en parte". Jean Luc Bondy, Patrice Ch¨¦reau, Jeffrey Tate, Daniel Barenboim, Pierre Boulez, Dieter Dorn o St¨¦phane Braunschweig son algunos de los nombres convocados por Lissner para hacer del Ch?telet "un teatro de temporada y no de repertorio" y para "privilegiar la m¨²sica del siglo XX frente a la del XIX".